"ENCARGO ESPECIAL DE CORTEZ"

142 22 15
                                    



CAPITULO 1

"ENCARGO ESPECIAL DE CORTEZ"

Habían pasado exactamente seis meses desde que me entere de esa horrible noticia, estaba desesperado e impaciente, quería partir hasta donde se le había visto por última vez, pero mi curso ya estaba trazado a la nueva España por mandato del rey, ir por un regalo que había ofrecido nuevamente el nieto de Cortez, en esos tiempos España e Inglaterra estaban en desacuerdos, Francia también se les sumaba al conflicto, así que de vez en cuando el famoso nieto de Hernán Cortez mandaba esclavos del nuevo mundo como mercancía ilícita a los demás gobiernos, con tal de no perder en la jugada de bandos.

Esta iba a ser mi primera expedición al nuevo mundo, nunca había pisado esa tierra bendita plagada de oro y riquezas ya que solo nos concentrábamos a ser los marinos del rey y defender costas u otros lugares pertenecientes a Inglaterra.

Mi paciencia tenía un límite y estaba a punto de quebrarla, quería mandar los seis meses de viaje al demonio e ir por mi hermano, pero me detuvo el grito de Wasabi dictando que habíamos llegado a tierra, Salí de mi camarote para ver todo un continente alzándose sobre el mar, la primer oficial Gogo, me informo del estado de las cosas, Honey lemon y Fred que le hacían de segundos daban órdenes a los marinos para que alistaran todo lo necesario para el desembarque, camine por la cubierta con algo de ansiedad y Gogo me seguía el paso sin detenerse siquiera a respirar al informarme, asentí con la cabeza todo lo que me decía, preguntaba lo que era realmente importante y ella me contestaba con la eficacia de siempre.

Solo tardamos una hora y media tocar el puerto de Veracruz donde varios soldados nos esperaban para recibirnos con todos los honores y las reglas que manda el código, me sentí tan agradecido que la persona a cargo se haya tomado las molestias de darnos la bienvenida de ese modo. Un hombre de test morena, sin rayar en lo negro, alto y fornido, se acercó a nosotros, tenía solo unas pocas canas en sus cienes, pero era una persona joven de actitud animada, lo supe cuando extendió sus brazos a medio camino para darnos la bienvenida, podría jurar que este hombre era Ernesto de Cortez, nieto de Hernán Cortez, y no falle en mi presagio puesto que efectivamente se presentó como tal.

­Nos dimos un apretón de manos formal y uno de sus esclavos llevo nuestras pertenencias hasta el carruaje que nos estaba esperando, no nos quedaríamos por mucho tiempo, ya que esto apremiaba el rey y entre más pronto mejor para mí, nos dirigimos hasta un hermoso palacio que había por el lugar, era pequeño, pero cómodo y de buen gusto, nos instalaron en recamaras más que acogedoras y a la hora de la cena no cabíamos por el deleite de los exquisitos y extravagantes platillos de la región.

El señor De Cortez nos preguntó sobre el viaje, a lo que solo pudimos responder con la educación que no había sido para nada emocionante y que fue incluso agotador, nuestro anfitrión se oyó más que complacido al saber que no hubo problemas con los piratas y corsarios que rondaban la zona, todo se desarrolló en una agradable conversación sobre experiencias profesionales hasta terminar un poco en lo personal, el señor De Cortez nos comentó que le gustaba mucho la música del lugar, que incluso llego a componer algunas y que sería feliz de interpretárnosla en alguna ocasión, aceptamos gustosos aclarando que le tomaríamos la palabra en otro momento, ya que nos sentíamos cansados y queríamos dormir después de un largo viaje.

.

A la mañana siguiente desperté con un mejor humor, la cama era cómoda, el servicio era bueno y el cuarto era de mi agrado, lo único que no podía concebir era la poca disponibilidad del baño, ya que fred se la paso ahí dentro desde la madrugada culpando al coctel de camarones por caerle pesado, llame a una sirvienta, la cual no me intereso saber su nombre, para que me trajera la tina y así poder darme un buen y merecido baño de burbujas, cuando estaba adentro de la tina cerré los ojos con tranquilidad sacando un exhalo que no había podido dar en esos horribles seis meses dentro del barco, de cierta forma no dejaba de pensar en Tadashi y en su repentina desaparición, no muy lejos de aquí, a no más de tres meses en barco y yendo un poco más al norte se ubicaba mi hermano.

Naufragio De TempestadesWhere stories live. Discover now