Naufragio De Tempestades

"ESPERANZA A LO LEJOS"

CAPITULO 7

"ESPERANZA A LO LEJOS"

No sabía cómo contestar a esa pregunta dada por mi primera al mando, el vacío seguía dentro de mí, no tardo en que alguien diera la información al verme incapaz de responder aquello, me sentía débil, <<¿Cómo se me pudo escapar de las manos? Por el amor a lo que quiera>>, Ese era mi pensamiento en ese momento, no tenía ni idea de a qué lugar pudo haber ido como para mandar a mis hombres sin levantar sospecha, me sentí encerrado, incapaz, inútil y todo por un mocoso estúpido.

Torcí la boca al sentirla amarga, muchas fueron las veces que perdone las faltas de Miguel, tantas y él no lo apreciaba, no conocía la vida de un marino como para apreciar ese perdón que se le dio, si yo fuera otro capitán él ya estaría nadando con los peces, literalmente.

Mis camaradas me vieron de una manera angustiante, en cambio Gogo me miraba enojada, ella no era muy partidaria de dar castigos a los insubordinados, solo les daba tareas extras y pesadas, pero hasta ella sabía que esto tenia cierto punto de tolerancia, sus ojos se achicaron más con el entrecejo fruncido y la respiración agitada, no estaba molesta conmigo sino con Miguel, pues en este momento nos ponía en peligro a todos, mi enojo también creció.

Honey con una mirada me dio a entender que estaba angustiada, Fred preocupado por lo que le fuera a pasar al moreno y Wasabi con tenía algo de culpa carcomiéndole. Enderece mi cuerpo y con autoridad hable, di el mandato de encontrarlo a toda costa, y si alguien preguntaba por él, que solo dijeran la verdad, que era el esclavo del capitán y se había escapado.

Entre a mi camarote sin que nadie más entrara, quería estar solo y es que me sentía tan engañado, tan molesto, tan herido pues confié en que el pudiera cambiar realmente, Miguel sabia lo importante que era esta misión para mí y aun así se empeñaba a echarlo a perder. Una lámpara fue a dar al suelo en mi arrebato de furia instantánea, quebrándose en mil pedazos, mi cabeza dolía y sentía pesada la parte del abdomen herido, no lo podía concebir por completo, quizás el chico tenia razones para hacer lo que hizo.

Suspire y lleve mi cabeza hacia atrás.

Un hombre de color entro al camarote, uno de los ayudantes de Wasabi, se tomaba del brazo con culpa, Wasabi había entrado con él, no quería decir nada pues si lo hacía parecería que tuviera algo contra los dos sin motivo, mi amigo empujo del brazo al hombre y con algo de enojo y culpa hablo.

–Mi capitán, vengo a informarle sobre una falta, Señor– hablo claro Wasabi dándole formalidad al asunto.

–Este no es el momento adecuado, tercer maestre Wasabi– dije con el ceño fruncido pero con formalidad.

–Me temo que no puedo esperar Señor, es un asunto grave que tiene que ver con el esclavo Miguel, Señor– Me quede mudo ante sus palabras, preguntándome qué relación tendría con Miguel.

–Pues hable maestre, tiene permiso para hablar– dije concediendo el permiso para que continuara.

–Con vergüenza, Señor, vengo a informarle que el cabo aquí presente es el causante de las constantes huidas del esclavo Miguel, señor– abrí mucho los ojos ante lo escuchado dejándome casi en blanco –Al parecer el esclavo Miguel conseguía salir de su celda, con ayuda del cabo aquí presente, él es portador de las llaves de las celdas, di mi confianza para una buena supervisión, pero rompió toda regla dejando salir al chico en diferentes ocasiones, además de darle palabras que impulsaron al energético muchacho a seguir intentando sus dramáticas escapadas. Y él es la causa de que el esclavo Miguel ya no esté aquí esta noche–