Los brazos de Jazmín me envolvían, tan cálidos y firmes como sus besos. Cuando sus manos se prendieron a mis pechos sensibles bajo la fina tela del vestido, no pude reprimir un jadeo que chocó contra sus labios y le arrancó un gemido desde el fondo de la garganta.
–Sos tan linda –susurró. Sonaba atormentada por ese hecho y me mordió el labio inferior como castigándome por ello.
Ya no me recorría el cuerpo con fervor, pero sus movimientos estaban muy lejos de ser castos. Cada beso me estremecía de pies a cabeza, sobrecargando mis sentidos hasta asfixiarme... y me encantaba.
–Jaz...
Yo recordaba haberme puesto intensa con bastante gente, pero con nadie como con ella. Era abrumador lo profundo que se sentía cada roce, cada suspiro compartido.
Deteniéndose para unir nuestras frentes, la estafadora inhaló lentamente. Luego soltó una risa temblorosa.
–Suficiente –concluyó.
Me alejé un poco para mirarla bien a los ojos con el ceño ligeramente fruncido.
–Puedo torcer un poco las reglas –explicó–, pero no las puedo romper.
Aún así, me observó detenidamente con la mirada llena de una devoción que nadie jamás me había dirigido hasta entonces. Acarició mi rostro y yo presioné mi mejilla contra su palma de manera casi instintiva, girándome para depositar un leve beso en su muñeca.
–¿Entonces para qué aceptaste mi oferta? –le cuestioné.
Jaz estaba lo suficientemente cerca para que pudiera notar el estremecimiento de su cuerpo, cual cuerda de guitarra recién rasgada.
–No pensé que me ibas a ganar –confesó.
No la dejé notar que me acababa de hundir con sus palabras.
–Mujer de poca fe –le devolví su frase.
Ella se encogió de hombros y bajó la mirada.
–Mirá, no me cambiés de tema –reprochó–. Esto es cosa de una sola vez, ¿ok?
Se puso a jugar con su pelo, haciéndose rulitos, despistando mi atención hacia sus dedos enredados entre los mechones colorados. Se mordió el labio inferior en actitud pensativa negándose rotundamente a encontrarse con mis ojos.
–Ya está. No soy buena para vos, igual –su tono era dulce, como el de quien tiene que explicarle algo a un niño, pero me di cuenta de la nota de tristeza que yacía debajo. Me dio un simple beso en la frente antes de seguir–. Ahora, a la cama, preciosa. No me esperés. Y no me sigás tampoco.
–¿A dónde vas?
Por un segundo, sus preciosos ojos verdes me parecieron más oscuros, como los de un depredador altamente peligroso.
–Necesito un trago –explicó, aunque para mí había sonado como "necesito una buena ducha de agua fría".
Pero me limité a asentir y a meterme en el baño para prepararme para dormir, mientras ella salía de la habitación.
🌠🌠🌠🌠🌠
Dormirme no fue fácil. Estaba incluso más confundida que antes respecto a todo. Ok, para Jazmín yo era como la fruta prohibida del Edén. Sin embargo, si ese no fuera el caso, era dudoso que pudiera verme como algo más que una aventura. Aunque eso sería perfecto, ¿no? No era como que esa mujer fuera del tipo del que conviene enamorarse. ¡Por Dios! ¿De verdad estaba considerando que podía "enamorarme" de Jazmín del Río? No. La verdad que no, esa no era mi intención, lo único que me interesaba era ganar el torneo para ella y poder irme de ahí. Me había protegido para eso. Me había animado, entrenado... besado. Mierda.
ESTÁS LEYENDO
Gangsters In Love - Flozmin (Gangster Jaz)
FanficCuando una banda de gangsters secuestra a Florencia, ella debe elegir a uno de sus cinco captores para que se encargue de custodiarla a tiempo completo. ¿Qué pasará si escoge a Jazmín, la mujeriega y hermosa estafadora que no para de lucir sus encan...