Lights Out.

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Lights Out.

Un día las luces se apagaron y ellos se conocieron. En la oscuridad, mientras el pequeño Baekhyun trataba de conciliar el sueño, ahí fue cuando lo vio. Estaba mirando por su ventana, protegiendo su sueño, como un ángel de la guarda. Todas las noches lo veía, le sonreía y se acercaba a hablar con él unos minutos antes de desearle las buenas noches. Y solo cuando eso pasaba, el pequeño podía entregarse a los brazos de morfeo para disfrutar del mundo de los sueños.

Fue una noche de invierno cuando decidió quedarse despierto esperando por su ángel, quería fingir estar dormido para que se acercara a él como siempre lo hacía pero esta vez el pequeño tenía algo planeado, quería darle un susto a su ángel.

Cuando llegó la noche y el pequeño ya estaba acostado con las mantas abrazándolo, el alto hombre se acercó a la cama con la luz de la luna iluminando en su figura alta y gentil, con sus alas de ángel tan blancas y hermosas como siempre. En el momento en que llegó al lado del pequeño, acarició su cabello con ternura, lo miró con sus ojos negros brillantes y se acercó a su oído.

—Baekhyun, sé que estás despierto, pequeño. —Susurró con voz ronca y gentil. Dándose cuenta de la travesura que planeaba el niño. Un pequeño resoplido se escuchó amortiguado por la almohada.

—¿Cómo haces para descubrirme siempre, Yeol? —Preguntó el pequeño pelinegro mientras abría los ojos y formaba un puchero con sus labios.

—Soy tu ángel de la guarda, se todo sobre ti, pequeño. —Dijo el alto riéndose entre dientes. Baekhyun rodó los ojos y continuó con su puchero, pareciendo la personita más tierna y adorable del mundo a los ojos de su ángel.

Chanyeol siempre lo visitaba en la noche, que según le había contado el más alto, era cuando los ángeles tenían permitido bajar y visitar a sus protegidos.

La primera vez que vio a su ángel de la guarda Baekhyun tenía 8 años. Chanyeol le había explicado que él tenía un don y podía ver cosas que nadie más veía, como a su ángel, la persona que estaba encargada de cuidar de él desde el momento de su nacimiento hasta el de su muerte.

No solo podía ver a su ángel, sino que a veces se encontraba en el camino a su escuela con almas que no habían sido llevadas al cielo o infierno aún, personas que habían muerto recientemente. Todo solía darle miedo al pequeño al principio, pero con el paso del tiempo (y ayuda de su ángel) supo sobrellevar su don con paciencia, calma, y siempre sabiendo que nada podía pasarle. Después de todo, el tenía al mejor ángel de la guarda, Park Chanyeol.

Chanyeol era la persona más atenta y cuidadosa que había conocido en sus actuales 17 años de edad, el más alto había sido su más leal confidente y amigo desde que era un niño. Y siguió siendo así mientras Baekhyun vivía la etapa adolescente de su vida siendo un chico introvertido y reservado. Tal vez fue por eso que no pudo resistirse y terminó enamorándose de su ángel de la guarda, a pesar de lo mucho que intentó controlar sus sentimientos.

Y tal vez por eso ahora se encontraba despierto en la madrugada de un domingo, recordando sus primeros encuentros con su apuesto ángel de la guarda, a sabiendas de que al día siguiente tendría que levantarse temprano para ir a clase. Los domingos eran los días en los que Chanyeol decidía bajar y platicar con él, antes lo hacía más seguido pero últimamente su alto ángel había estado muy ocupado, según contó a Baekhyun.

—¿En qué piensas? —Fue interrumpido en sus pensamientos por la voz ronca que tanto le gustaba de su ángel. Inmediatamente una sonrisa se formó en sus labios.

— En todo, pero sobretodo en esto. ¿No te parece irreal a veces el que seas capaz de verme y hablar conmigo? — Dijo con aire pensador, mientras miraba al más alto.

Lights Out [ChanBaek/BaekYeol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora