Since then we've been history (Kellin Quinn) FINALIZADA.

Capítulo 11:

Capitulo 11: 

La relación con Kellin cambió desde esa conversación, desde que le dije que me hacía daño. Pasó una semana y media y a penas nos hablamos más que para lo fundamental. Comíamos separados porque él iba a ensayar con su grupo. Salía de fiesta y volvía tarde, se levantaba cuando yo ya me había ido a trabajar.

El problema con mis estudios se había solucionado e iba bien en el trabajo. Tuve que darle una buena explicación a Matty de porque falté, inventándomela claro.

Me acostaba tarde porque no dejaba de pensar en él. Echaba tanto de menos que se metiera conmigo… Su risa, su tacto, sus… labios. Echo tanto de menos sus besos… Sé que solo me dio dos pero fueron perfectos.

– ¡Maldita sea! – grité y tiré el cojín con fuerza hacia la puerta de mi habitación.

Me levanté rápidamente y salí cabreada. Oí el agua, Kellin estaba duchándose. Me planté de pie en la puerta.

– ¿Neus? – se extrañó cuando salió.

– ¡No aguanto más! – casi le grité.

Agarré a Kellin por el cuello de la camiseta y lo acerqué a mí. Junté desesperadamente sus labios con los míos. Necesitaba sentirlo, saborearlo, olerlo, necesitaba a Kellin. Noté como él sonrió entré nuestros besos. A diferencia de los primeros este era más rápido, impaciente. Él me cogió de la cintura y me empujo hacia él, luego me abrazó colocando sus manos en mi espalda. Yo rodeé su cuello y despeiné su pelo, mojado de la ducha. Cuando me quedé sin aire me separé pero no corté nuestro abrazo.

Kellin empezó a reír como era de esperar.

– Sabía que no aguatarías sin besarme  – dijo con superioridad pero no conteste porque al fin y al cabo tenía razón – pero no me esperaba esto.

– Quizás no debería haberlo hecho…

– Ni hablar, no sabes lo que me ha puesto… – susurró contra mis labios antes de volver a besarme.

Kellin empezó a andar sin cortar el beso y acabó tumbándome en el sofá, como la última vez. Se colocó encima de mi y pude notar como esa frase era cierta ya que sentí su erección sobre mi. Eso me hizo darme cuenta que Kellin me besaba apasionadamente y que esto iba muy rápido.

– Kellin espera…  – dije apartándolo un poco. – Esto es… incómodo.

– Tienes razón perdona… – Kellin se separó rápidamente de mi – Me he dejado llevar.

Me senté en el sofá sin saber que decir.

– No quiero forzarte u obligarte, perdona – repitió.

– No pasa nada – dije y me sonrió por lo que yo hice lo mismo – Esto es tan vergonzoso… – dije tapándome la cara con las manos y oí como rió.

La verdad es que yo también empecé a reír. Echaba tanto de menos esto…

– Echaba tanto de menos esto… – dijo como si me hubiera leído la mente.

– Yo también – dije mirándole.

– Estaba harto de fingir que quería liarme con otras tías en las fiestas… – le miré extraño – Lo intenté varias veces y siempre acababa pensando en ti.

Eso me hizo avergonzarme más, si era posible.

– Ahora me odian la mitad – dijo y reí – pero me da lo mismo. Ahora solo quiero tus besos.

– Kellin… Todo eso que dices… ¿Lo dices enserio o es… solo para acostarte conmigo? – por fin obtuve el valor de preguntarlo.

– Lo digo enserio – dijo mirándome a los ojos – si quisiera solo acostarme contigo hubiera podido hacerlo hace un momento.