Since then we've been history (Kellin Quinn) FINALIZADA.

Capítulo 12:

Capitulo 12:

Desperté perezosamente y cuando fui consciente de la realidad noté una mano en mi cadera y la otra en mi trasero.

– ¡Kellin! – dije golpeándole.

– Oj… – se quejó despertando – ¿Qué pasa?

– Me estabas tocando el culo.

– ¿Qu… oh, se me olvidó quitarlas cuanto te metí mano anoche – otro golpe – Au… era broma, lo he hecho sin querer.

– Más te vale.

– Yo si te permito tocarme lo que te apetezca – me guiñó un ojo.

Solté un largo suspiro que le provoco una carcajada. Me levanté y salí de la cama.

– Me voy antes de que hagas algo peor.

– ¡Espera! – dijo y se levantó de golpe y me abrazó por la espalda – Casi se me olvida.

– ¿Qu… – empecé pero lo entendí cuando Kellin apretó su erección contra mi trasero. – A esto me refería… ¿Era necesario?

– Claro, sino no es una buena mañana.

– Eres increíble Kellin… –dije nerviosa y él me soltó.

– Gracias.

– No era un halago – dije antes de salir de la habitación.

Me fui hacia la cocina y me preparé un batido de chocolate con leche. Poco después vino él por suerte con unos pantalones. Empezó a mirar por los cajones y la nevera, supongo, en busca de algo para desayunar. Yo me senté en la encimera mientras le observaba.

– ¿Qué te pasa?

– No me apetece nada para desayunar.

– ¿Quieres? – dije señalando mi vaso.

– Mmm… Sí, gracias – dijo quitándome el vaso.

– ¡Oye ese es m… – empecé pero no me dejo terminar porqué beso mis labios.

Oí como apoyó la taza a mi lado y puso sus manos en mis caderas. Mordió mi labio inferior causándome algo de dolor y haciéndome separar unos milímetros.

– Sabes a chocolate. Creo que voy a empezar a desayunarte todos los días – dijo sonriendo y mis mejillas se tornaron rojas. – Eres el mejor desayuno.

Iba a volver a besarme pero su móvil sonó de golpe.

– ¿Si? – dijo con desgana. – Tío, estaba desayunando. Claro que eso es importante, nos han interrumpido… No importa, dime. ¿Qué? – dijo como preocupado. – Espera, le pregunto. – Kellin me miró – ¿Te importa que Matty venga a vivir unos días aquí? Le han tenido que desalojar por problemas de tuberías y no sé qué.

– Eh, no, claro que no.

– Ningún problema –contestó de nuevo. – Cuando quieras, hasta luego.

– Pensaba que no os llevabais muy bien – me sorprendí.

– Bueno, tenemos las típicas peleas  pero somos amigos de casi toda la vida así que si tenemos un problema nos ayudamos. Cambiando de tema, aún tengo hambre…

– Pues hazte unas tostadas – dije bajando del mármol y yéndome.

– Aburrida – oí como me gritó.

Hoy era sábado así que ni Matty ni yo trabajábamos por lo que pronto estuvo en nuestra casa.

– Muchas gracias.