Since then we've been history (Kellin Quinn) FINALIZADA.

Capitulo 31:

Capitulo 31:

Nos sentamos en unos bancos mientras bebíamos, comíamos algo o hablábamos de tonterías.

Vi a Abel al fondo junto a una chica muy guapa. ¿Si tenía pareja porque me invitaba a mi?  Es un chico extraño y de verdad lo es porque como si sintiera mi mirada dirigió la vista hacia mí. La aparté lentamente, disimulando.

– ¿Me escuchas? – dijo Kellin pasándome la mano por los ojos.

– Eh, perdona, estaba…

– ¿A quién miras, hum?

– Al chico pesado que me invitaba al baile, estaba preguntándome porque tiene pareja y quería ir conmigo.

– La debe haber encontrado a última hora, eso o aun tenia esperanza de ir contigo.

O no. No solo seguía mirándome si o que venía hacia aquí. Dejó a la chica con una amiga y vino rápidamente, esquivando parejas que bailaban.

– Así que este es el chico por el que nos has rechazado – dijo señalando a Kellin y le acercó la mano, Kell se la estrechó – enhorabuena por ganar.

– No soy un trofeo.

– Lo sé – rió – era una forma de hablar. Espero que al menos estéis saliendo, porque yo soy mucho más guapo – reí.

– Sí, Neus es mía – dijo Kellin y me abrazó por la espalda.

– Me alegro, hacéis buena pareja. Bueno, me voy, que os divirtáis.

– Igualmente – dijimos a la vez.

–Pues no parece tan estúpido – dijo Kellin cuando ya se fue.

– ¿Lo ves?

– En fin… te toca bailar – dijo cogiéndome de la mano y obligándome a ir a la pista.

– ¿Ba–bailar? – él solo me miró y asintió.

Me llevo a un lado de la pista, donde apenas nadie prestaba atención.

– Supondré que no has bailado nunca – dijo y asentí.

La canción era lenta y romántica así que el baile también. Kellin colocó una mano en mi cadera y me posiciono la mía en su hombro luego juntamos nuestra mano libre.

Me indicó los pasos pero se me olvidaron al momento. Empezó a bailar y fue un desastre por lo que rió y yo me avergoncé.

– ¿Qué tal si te abrazo y damos vueltas? – ni si quiera contesté.

Pasó sus dos manos por mi cintura y me atrajo a él. Colocó su barbilla sobre mi hombro y yo le abracé por el cuello, dejando mi cabeza contra su pecho.

Cerré los ojos mientras girábamos porque estar con él es lo más relajante de este mundo, poder sentir su calor, su olor, escuchar su corazón latir por mi.

No sé ni cuánto tiempo estuvimos así. No separamos porque a Kellin le vibró el móvil repetidas veces así que decidió mirarlo. Nos volvimos a sentar en unos bancos.

– Son los chicos – dijo enseñándome el móvil – Preguntan si hacemos algo esta noche, que quieren hacer una fiesta de pijamas.

– Podemos ir en un rato.

– ¿Seguro? Es tu fiesta.

– Ya harán otra, además no me importa lo único que quería era ir contigo.

Kellin sonrió. Dimos una vuelta más para el típico sitio de fotos, para aprovechar y comer algo más y me despedí de Raquel y su novio.

De nuevo Kellin condujo hasta casa de Jack.