Capítulo 2

63 8 9
                                    

Ciudad Escona. Hace 3 años.

¡Ay Dios, mamá me va a matar cuando llegue a casa!

Se preguntarán a qué se debe este pensamiento, muy sencillo. Toda mi vida he sido el mejor promedio de mi grado, pero resulta que este año no lo conseguí y mamá siempre se enoja mucho cuando bajo mis notas.

Estoy en tercer año de la preparatoria y las materias, principalmente matemáticas, me han costado mucho; a pesar de eso mamá se niega a ver que es dificultad y no vagancia como ella cree. Ella es de esas madres exigentes y perfeccionistas que buscan que sus hijos siempre sean los primeros promedios para mostrar una especie de "superioridad" ante los demás, tonto, lo sé, pero nadie ha podido hacer que ella lo vea de esa manera.

Estuve parada frente a la puerta de la casa por diez minutos antes de tomar el valor para entrar y enfrentar la posible furia de mamá. Finalmente lo hice, entré a la boca del lobo.

−Diana Torres Leblanc− Oh no, eso no es buena señal− Ven aquí por favor, necesito hablar contigo.

−Sí, madre− dije tomando asiento frente a ella− ¿qué querías decirme?

−Creo que lo sabes muy bien, pero ya que quieres hacerte la ignorante te lo diré. Me llegó hoy el reporte de tus calificaciones, bajaste dos puntos en tu nota final. ¿Tienes idea de lo que significa eso? Significa que alguien quedó como primer promedio y no fuiste tú.

«Ahora los demás estudiantes pensarán que tienen alguna ventaja sobre ti porque demostraste debilidad. Todo lo que trabajamos para que te vieras superior a ellos lo tiraste a la basura. ¿Y todo por qué? ¡Porque se te ha metido la idea de que te cuesta la materia entonces no te esfuerzas!»

No puedo creer que mi madre me esté diciendo todo esto. Estoy viéndola estupefacta desde mi asiento, sabía que esto pasaría, pero no esperaba que doliera tanto.

−Pero madre, sí me esforcé. No quería quedar debajo de alguien, de verdad. Matemáticas está muy difícil y el profesor no quiere ayudarme.

− ¿Cómo se te ocurre pedirle ayuda a un profesor? ¿Quieres que los profesores también te vean como alguien débil? ¿Eso es lo que quieres? – No sabía qué hacer o qué decir, sólo quería llorar− ¡Respóndeme!

− ¡No! ¡Eso no es lo que quiero! Sólo quería recibir un poco de ayuda para seguir siendo la "perfecta" hija que quieres que sea. Pero para ti no es suficiente, nunca lo es.

Para este punto no puedo seguir escuchándola así que sólo me doy la vuelta y salgo de la casa mientras los gritos de mi mamá siguen sonando. Empiezo a caminar, sin saber hacia dónde me dirijo; sin embargo, no me importa, sólo quiero relajarme un poco.

Así es como llego a un parque ubicado a unos veinte minutos de mi casa, veo una banca vacía y sin pensarlo me siento. Me siento sola, aparte de mi madre, la única persona que me queda es mi mejor amigo Teo, pero él anda de paseo con su familia. De mi padre no recuerdo nada y la familia de mi madre vive en Francia, así que no tengo relación con ellos.

Mientras pienso en toda mi historia familiar, y básicamente en porque las nubes son blancas y esponjosas, me percato de que un grupo de chicos ha comenzado a jugar fútbol en una plaza a unos cuantos metros de donde me encuentro sentada. Me encanta el fútbol, pero no lo juego ya que mamá dice que es un deporte de chicos y, bueno, ya les expliqué cómo es ella conforme a las apariencias.

De pronto siento como de la nada caigo al suelo, golpeándome de paso la cabeza en el pavimento; no entiendo cómo rayos me he caído si no me he movido y la banca no podría moverse sola, ¿o sí?

No es hasta que veo como uno de los lindos chicos corre hacia mí que me doy cuenta de que la banca no se había movido como yo pensaba, ¿cómo se me ocurrió eso?; sino que en un mal lanzamiento me habían golpeado la cabeza con la pelota, provocando la caída. El chico llegó hacia donde estaba, aún tirada en el piso.

−Lo siento, le he dicho a los chicos que debemos calcular más hacia donde mandamos la pelota− sé que me está hablando pues veo sus labios moviéndose, pero estoy muy concentrada en el timbre ronco de su voz, en su cabello castaño peinado hacia el lado, en esos ojos marrones, okey, parece que estoy babeando mentalmente− espero que luego de este incidente me hagan caso. Soy Owen− dijo mientras extendía su mano.

Owen, hasta su nombre parece creado por los mismos dioses.

Pero Diana, te habló y tiene su mano extendida hacia ti. ¡Haz algo por el amor de Dios!

−N-no hay problema, no fue nada− ¿en serio Diana? ¿Fue lo mejor que se te ocurrió? Dijo esa voz en mi cabeza a la que me gusta llamar Nina. Al menos debería tomar la mano que, por cierto, aún estaba extendida. −Soy Diana.

Tomé su mano y con fuerza me ayudó a levantarme.

− ¿Te duele mucho el golpe? – siendo sincera no había notado que me dolía hasta que él lo mencionó, y vaya que me dolía. Aunque pensándolo bien, buena pregunta Owen, ¿me tiran al piso del golpe y me preguntas si me duele?

−No, casi no lo siento en realidad− no tengo idea de porqué dije eso, es una contradicción total a lo que acabo de pensar. Este chico me está afectando.

−Que bueno. Creo que debería volver con los chicos, estábamos a medio partido y sólo los dejé para ver cómo estabas− ¿no es lindo? Dejó el partido para ver cómo me encontraba, aunque en cierta parte es lo menos que podía hacer.

−Claro. Gracias por ayudarme− no quería que se fuera, pero tampoco me podía pasar la tarde hablando con un desconocido cuando él quería ir a jugar, a no ser...− ¡Hey Owen! ¿Podría jugar con ustedes? − ¿Qué rayos estás haciendo Diana? Pues, me gusta el fútbol y quiero jugar. ¡Pero son desconocidos! ¿Y qué te importa? De todas formas, ya estoy lo suficientemente loca como para hablar contigo.

− ¿Segura? Si quieres jugar, pues, bienvenida; pero no estamos acostumbrados a jugar con chicas y podrías salir lastimada− aún se preocupa por mí. Creo que Nina y yo babeamos sólo de escucharlo.

−Claro que sí. El fútbol es mi deporte favorito y me encantaría jugar con ustedes. Los golpes son parte del juego, además ya estoy golpeada y no he comenzado a jugar− dije riendo, provocando que él riera.

−Tienes razón. Pues vamos entonces, nos espera una buena partida.

Con un simple golpe conocí a un chico extraordinariamente guapo y comenzaron lo que serían los mejores y los peores días de mi vida. De haber sabido que conocer a Owen me traería todo lo que pasó no hubiera salido de casa, y definitivamente no hubiera ido a ese parque. Pero no todo fue culpa de Owen, ¿verdad?

****************

Un poco largo, lo siento.

Los quiero💕 

El Cambio de Diana [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora