Pasión

Epilogo

Bueno, como me destrozó el corazón haber dejado corazones rotos con aquel final.
Me dije a mi misma.
— Mi misma, darles un final hermoso.

Así que aquí lo tienen, disfruten lo.

Mi padre y yo navegamos por las aguas de mar mediterráneo con mi pequeño Adrien .
El es el vivo retrato de su padre sus ojos verdes y cabello rubio al igual que el.
Es un niño encantador.
Y bastante hiperactivo a pesar de solo tener 3 años.
Me pone los nervio de punta cuando se pone a correr en la cubierta, siento que cae por la borda.

La brisa marina me relaja y me lleva a aquel recuerdo de Adrien y yo en la isla hicimos el amor de tantas formas y en cada rincón de la isla.
Mi sonrisa se amplio mientras mi corazón se conmovía con todo aquello.

— Capitana el capitán de aquel barco pide una audiencia.

— Me dice un marino señalando un barco a estribor.

Aceptó la audiencia junto a mi padre.
La tarde comienza a caer y el sol pinta el mar de un hermoso naranja. La brisa fresca de la noche me baña en un tierno abrazo de agua salada, las olas se mecen con calma y en una bella sinfonía que trae con sigo un calma alentadora a mi corazón.

Un bote de remos se posa junto al barco y los marinos ayudan a subir al hombre que venia en el.
Un hombre alto de gabardina negra sube al barco y mi cuerpo se hiela ante una sensación familiar. Mi corazón se acelera o detiene  todo al mismo tiempo, el aire abandona mis pulmones y mía ojos se nublan por un momento, es que acaso mi imaginación me engaña, el mar me esta jugando sucio como tantas veces lo a echo.
El se quita su sombrero dejando libre una larga melena rubia y permitiendo ver unos ojos color esmeralda con un brillo pícaro en ellos.

Su sonrisa se  asé amplia cuando me mira totalmente sorprendida.

— ¡A. A Adrien.

Me acerco a el lentamente y el sonríe con satisfacción, mi boca, mi cuerpo, todo me tiembla, trato de tragar saliva pero me es imposible, no tengo saliva, mi boca esta seca. Todo parece irreal, como si frente a mi hubiese una aparición, una ilusión provocada por mar, asta el momento donde mi mano toca su mejilla en una fuerte bofetada con toda la furia que podía sentir haciéndolo tambalearse por la fuerza del impacto.

— ¡¿Por que!? — Pregunta incrédulo con sus ojos llenos de sorpresa —¡¿ creí que estarías feliz al verme!?

— ¡Tres años Adrien! ¡ fueron tres jodidos años de llorar tu muerte!
¡Eso fue por no aparecer antes! Y esto.

Le digo halándolo de la solapa de la gabardina y besándolo con pasión, desesperación, lujuria y no se que mas se desato en ese beso, del cual solo nos separamos para tomar aire.

— ¿y eso? — Me pregunta picaron

—Por volver a mi. 

— Mami ¿quien es?

Marinette mira los ojos sorprendidos de Adrien y los ojos curiosos del pequeño.