Capítulo 1 - Primer encuentro

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La mañana en el puerto había empezado apacible, pero paulatinamente se transformó en un completo tumulto formado por personas con labores por hacer, animales de corral siendo llevados de un lado al otro y transportes de carga dirigiéndose a su destino.

Akame se había dado cuenta de esa pequeña pero, desde su perspectiva, fascinante rutina que envolvía a aquel pintoresco pueblo de la Nación del Fuego tan solo con haber estado unos cuantos días ahí. En realidad, no era muy diferente al ambiente que había en casa; pero el simple hecho de ver algo que no fuera de su hogar ya representaba una novedad; después de todo y a pesar de haber viajado por una gran parte del Reino Tierra, nunca había salido de los confines del gran continente.

Ella había esperado que este viaje la ayudara a encontrar más que solo nuevos paisajes, pero después de casi una semana de buscar entre puestos de comida, tiendas de artesanías y vendedores con mercancía de dudosa procedencia; no había podido encontrar la razón por la había venido.

- Solo te esperaré diez minutos, si no regresas antes de eso me iré sin ti; y sólo Agni sabe quién más va a dejarte subirse a su bote gratis y llevarte hasta el Reino Tierra. – dijo el pescador mientras empezaba a desamarrar algunas sogas.

- ¿Gratis? – Cuestionó la niña, sus ojos verdes fijos en el anciano mientras fruncía el ceño, apoyando una mano en su cintura y la otra sostenía un cesto – Shiu, me hiciste limpiar cada rincón del bote durante todo el viaje como método de pago, ¡tú mismo me impusiste esa condición!

- Estás perdiendo tu tiempo, ¿si lo sabes, verdad? – el anciano ni siquiera se molestó en voltear cuando le respondió, siguió enrollando con su brazo la misma cuerda que unos momentos antes había desamarrado del puerto.

- Como sea. – Akame puso los ojos en blanco antes de empezar a caminar hacia el puesto de verduras más cercano a la bahía.

Estaba a unos cuantos metros de donde estaba originalmente; no formaba parte del puerto, por lo que la tierra que pisó se volvió ligeramente lodosa a causa del agua que permanecía en sus sandalias. La vendedora, que se trataba de una mujer robusta, la saludo cortésmente y con una sonrisa, ella respondió de la misma manera.

- Oh cariño, ¿quién te hizo eso? – el rostro de la mujer se había transformado en una máscara de extrema preocupación mientras apuntaba con su dedo regordete a la cara de Akame.

- ¿Qué? ¿Esto? No se preocupe, es de hace mucho – se tocó ligeramente la cicatriz en forma de media luna que atravesaba parte de su mejilla izquierda hasta llegar al puente de la nariz.

Intentó darle a la vendedora otra sonrisa pero no lo logró tan bien como antes.

Estaba acostumbrada a que miraran su rostro con asombro, curiosidad e incluso asco, pero cuando veía tristeza o angustia... era su perdición, la incomodidad se expandía dentro de ella en tan solo un parpadeo y la volvía una completa inútil al hablar.

- Yo... estoy bien, no es... nada... bueno sí... ¡No...! Yo... lo que quiero decir es... – avergonzada, bajó la cabeza y se quedó mirando el cesto que cargaba durante unos segundos. Lo único que se le ocurrió hacer fue extender los brazos hacia la vendedora mientras seguía sujetando el canasto con sus manos ahora temblorosas y la cabeza todavía agachada – ¿Me puede dar unos rábanos, por favor?

La mujer se quedó mirando a aquella niña con gran confusión durante unos momentos, hasta que por fin reaccionó la pregunta casi inaudible que le habían hecho.

- Por supuesto cielo ¿cuántos necesitas?

- Van a ser...

De repente, Akame sintió un cosquilleo en la planta de sus pies, inmediatamente se puso en alerta y empezó a poner más atención, se dio cuenta que se trataban de ligeras vibraciones, si se quedaba mirando fijamente a algún objeto pequeño podrían lograr notarse. Comenzó a mirar a todas direcciones, buscando la fuente de esas perturbaciones; y entonces, a lo lejos, pudo observar como estaban siendo arreados un grupo de vaca-hipopótamos hacia lo que parecía un almacén.

Después de todos estos añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora