Capítulo 5 - Pequeños detalles

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Después de la cena, Izumi le preguntó si había leído un cuento llamado Amor entre dragones. Akame respondió que no, era parcialmente verdad, ya que había escuchado a la mamá de Rin haberla contado alguna vez, pero no se acordaba de los detalles o, mejor dicho, simplemente no había puesto atención en esas ocasiones.

La pequeña princesa pidió permiso a sus padres para levantarse de la mesa, luego de que se lo concedieron, Izumi tomó por el brazo a su heroína y empezó a dar saltitos pidiéndole de favor que la acompañara a su habitación. Akame no pudo oponerse de ninguna forma a la energía entusiasta de la princesa. Se levantó de la mesa, agradeció al Señor y a la Dama de fuego por la cena, inclinándose ligeramente mientras todavía tenía a Izumi sujetándola del brazo, luego de eso ambas salieron del comedor con paso apresurado.

Le encantó escuchar a Izumi leer, en general le escuchaba ese tono en particular que las personas adquirían cuando leían; se convirtió en un gusto adquirido porque, después de todo, no era como si tuviera otra opción.

Se habían quedado a mitad de la historia cuando Zuko y Mai encontraron al cuarto, indicándole a su hija que ya era la hora de dormir. De nuevo, Akame comenzó a disculparse, creyendo que había hecho mal al mantener despierta a Izumi, pero ella fue corregida diciendo que no había hecho tal cosa, solamente había empezado el tiempo para alistarse e ir la cama.

Mai, junto con una sirvienta, acompañó a Izumi para que la lavaran. Mientras tanto Zuko se quedó con Akame en el pasillo, él extendió su mano hacia el otro lado del corredor mientras le preguntaba si podían caminar juntos, ella no encontró la forma de negarse.

Zuko no ignoró el hecho de que la chica estaba cojeando, no era muy notorio, pero aun así era perceptible.

- ¿Te sientes mejor?

Ella tardó un segundo en comprender.

- Sí. Bueno... La pierna me incomoda un poco, pero fuera de eso me siento bien.

- Qué bueno, me alegra saber eso.

Solamente habían avanzado unas cuantas puertas cuando el Señor del fuego se detuvo, Akame no entendió, según recordaba, su habitación se encontraba más lejos. Ella miró confundida al hombre que estaba a su lado.

- Ya que vas a quedarte un poco más de tiempo. Me gustaría ofrecerte una habitación más grande, espero que te sientas cómoda.

¿Un cuarto más grande? Tenía que estar jugando ¿no? Pensó Akame. La habitación en la que ella estaba anteriormente debía de ser, y por mucho, más grande que el departamento en el que ella y sus hermanos vivían en Ciudad República.

- No es necesario, la habitación de antes está perfecta.

Zuko no pudo evitar enternecerse ante la actitud tímida de la niña frente a él. Era obvio que se trata de alguien con gustos simples, incluso él consideraba que las habitaciones del ala real eran demasiado ostentosas; intentó cambiarlas una vez pero al final, aconsejado por Katara, decidió dejarlas como estaba.

- Entonces velo de esta forma, me gustaría... mi esposa y a mí nos gustaría que te quedaras cerca de nosotros. Como ya viste, el cuarto de Izumi está solamente a unos metros de distancia y si necesitas algo nuestra habitación está al fondo del pasillo o puedes llamar a uno de los sirvientes así, mira.

El Señor del fuego abrió la puerta la habitación y, haciendo uso de su fuego control, las velas se encendieron. Le mostró a Akame una cuerda que colgaba a lado de la entrada, indicando que si jalaba de ésta, un sirviente vendría.

- Gracias, pero creo que me las puedo arreglar de aquí hasta mañana - una sonrisa burlona salió de los labios de la chica.

A la mañana siguiente, Akame se encontraba siendo asistida por Yuga, Xia y Huan para decidir qué vestido usaría ese día.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2018 ⏰

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