s i e t e

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El estómago de JungWoo se revolvió a tal punto de sentir ganas de vomitar. Conocía esa sensación a la perfección; tendría una crisis dentro de poco. Su equilibrio decayó, haciéndolo caer poco sutil en el columpio de su espalda. Se afirmó de la cadena, buscando con la mirada los acaramelados ojos de Lucas, quien miraba a la chica con una ira que jamás había visto en él. Por el contrario, ella se jactaba de la reacción por parte del mayor, disfrutaba verlo tan afectado por una simple frase que ni siquiera sabía si era verídica. Tan iluso, tan frágil y perdedor, eso era JungWoo para Jennie. Disfrutaba tanto de la desgracia ajena, y por sobre todo, disfrutaba que esos dos tontos no se dieran cuenta de nada.

-¿Qué dices? Solo acepté ser tu pareja de fiesta por cortesía.

Los brazos de la castaña decayeron, dándole una mirada desafiante al chico de cabellos rubios. Sabía perfectamente lo que él tenía planeado, pero ella jamás quedaba como estúpida. Fingia serlo, pero no lo era.

-Sí, lo que digas. -se encogió de hombros. -Solo que JungWoo no me dejó terminar la frase, estaba preocupado de caer en un lugar seguro. -rió.

-¿A qué viniste?

-Soy tu pareja.

Los dedos de Lucas viajaron por las hebras de su cabello, tirando de ellas con impaciencia. Dio un grito ahogado, terminando con un suspiro.

-Eres mi pareja de fiesta, Jennie. -repitió poniendo énfasis, asegurándose de que la chica captara la indirecta. -Y estoy ocupado.

-Sí, entiendo. Que te diviertas, cariño. -sonrió dando la media vuelta. Sus pies se pararon en puntitas hasta poder llegar a los oídos de Lucas y así poder susurrar con malicia. -Ten mucho cuidado con lo que dices y haces, idiota. Sabes muy bien que puedo abrir mi boca y destruir tu vida junto con la de ese inadaptado.

Cariño. Le había dicho cariño frente a sus ojos, con tal descaro de sonreír y marcharse despampanante. Quizá el pequeño Chenle tenía razón, quizá Lucas ya conocía hasta los más recónditos lugares del cuerpo de aquella joven, o quizá JungWoo estaba siendo demasiado paranoico.

-Yo... lo siento. Ella no está bien y... -la frase quedó inconclusa, pues Kim siempre se limitaba a interrumpir.

-Descuida. -hizo un vaivén con las manos. -De todas formas pensé que yo era tu pareja.

¿Qué tan ridículo e indigno tenía que ser como para contradecir sus palabras en menos de diez minutos?

-¿Somos pareja? Pensaba que estabas soltero.

A Yukhei le gustaba tanto juguetear con las emociones de JungWoo, podía hacerlo sonreír y luego cohibirse. El poder de sus palabras siempre daban como resultado reacciones para su deleite por parte del mayor.

-M-me refería a pareja de la fiesta. -puchereó nervioso.

-Pensé que no estabas de acuerdo con eso.

-Olvidalo, solo bromeaba. -sonrió. -¿Quieres entrar?

Odiaba tener comportamientos de niño pequeño, odiaba arrepentirse de cada palabra que salía de su boca, odiaba ser tan sensible, odiaba ser así, odiaba ser él. Lucas no merecía ser querido por alguien tan egoísta como él. Alguien que solo piensa en su felicidad.

-¿Quieres entrar? Digo, hay mucha gente, puedes tener alguna cris... -la mano de JungWoo se encontraba tapando por completo la boca de Lucas. Le había hecho callar en el momento preciso.

-Shhh, no digas eso aquí. Alguien de otro grado podría escucharte y pensarán que aparte de inadaptado soy un loco enfermo.

Los labios de Yukhei formaron una perfecta O, sabía que las palabras tenían el poder de afectar al mayor a tal punto de tomárselas en serio y luego usarlas en su contra, convirtiéndolas en una tortura.

-¿Por qué dices eso? No creas lo que los demás digan de ti. -acarició una de sus mejillas con las yemas de sus dedos. -Jennie es una estúpida.

-Aceptaste ser pareja de una estúpida.

-¿Por qué le sigues dando vueltas al tema? -le tomó por los hombros, dándole una pequeña sacudida. -Ya dije que acepté por cortesía... ¿estás celoso?

No, Lucas no estaba bromeando. Siempre tenía esperanzas de que cada vez que preguntara eso JungWoo le dijera que sí. Pero engañarse a sí mismo con falsas ilusiones no ayudaba. Claramente el mayor no estaba celoso, solo se preocupaba de él y con quién se relacionaba. Cada palabra que decía en serio, terminaba disfrazada de broma junto a su forzada risa que luchaba por conservar su dignidad.

-No digas tonterías.

Sí, eso eran, puras tonterías.

-¿Vamos a entrar? C-creo que necesito beber algo. -volvió a hablar el de cabellos grisáceos.

Estaba mal, Lucas sabía que lo estaba.

-Estás tomando medicamentos, JungWoo. No puedes beber.

-Vine a divertirme, y lo haré.

Ambos tenían tantas facetas que ni ellos mismos conocían. JungWoo por su lado podía ser un niño mimado y desagradable, que siempre estaba firme defendiendo su punto de vista. Y por otro estaba Lucas, quien podía ser el más masoquista y a la vez hiriente de todos.

(...)

-¿Dónde estabas? Te buscamos por todos lados.

La voz de WinWin resonó en su oído, a penas pudiendola distinguir por la fuerte música. Levantó su mirada, encontrándose con un sudado rubio en compañía del alto pelirrojo chico sacado de un anime.

-Estaba aquí, junto a... -entrecerró los ojos, murmurando algo inaudible. -¿Cómo te llamas?

-¡Me llamo Taeyong!

-Sí, sí. Estábamos hablando junto a Taehyun sobre lo aburridas que eran las fiestas.

-¡Es Taeyong!

Ambos chicos sobrios se miraron, quizá ideando un plan de rescate. Sabían lo peligroso que era JungWoo para la sociedad estando borracho, y lo peligroso que era para él mismo mezclar medicamentos con alcohol.

-Creo que deberíamos irnos.

-¿Qué? No, no... me estoy divirtiendo.

WinWin era el tipo de amigo que se preocupaba del otro a tal punto de no importarle su propio bienestar. Había conocido a JungWoo hace tres años, era nuevo en el Instituto y el único que se acercó a él fue el tímido chico con aires de solitario. JungWoo había sido su salvación de ser el centro de burlas por ser nuevo, y eso le agradecía hasta el día de hoy.

-Tenemos que llamar a Lucas. -le susurró al chico de su izquierda.

-Ese niño no hará nada más que empeorar las cosas. -Yuta siempre era el que se encargaba de regañar a Yukhei hasta por la más mínima equivocación.

-P-pero hyuuung. -puchereó el rubio. -Es su casa y solo él puede calmarlo.

Y así era, Lucas podía tener a JungWoo a su merced. Podía adiestrar al mayor tal cual dueño lo hace con su perro. Pero las cosas no eran así, el rubio tan solo se dedicaba a hacer que los sentimientos del inadaptado crecieran de forma dolorosa, y a pesar de que lo hacía inconcientemente, siempre funcionaba de manera que el mayor terminaba luchando consigo mismo en su propia mente.

Lucas le daba motivos a JungWoo para que él lo quisiera con tanta instensidad. Y JungWoo por otro lado, hacía que el menor se cuestionara el porqué la vida era tan injusta al hacerle semejante jugada.

Ambos se hacían daño, sí.

Pero, ¿por qué ese dolor les hacía sentir bien la mayoría del tiempo?

Friends. [ LuWoo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora