u n o

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JungWoo cree que estar enamorado de Lucas no es tan terrible, es decir, pudo enamorarse de un stripper, un actor porno o quizá peor, un drogadicto. Pero sin duda, el rubio le causaba más dolor que todos los anteriores nombrados juntos. A pesar de que no era un stripper, tenía un cuerpo esculpido por los Dioses Griegos; a pesar de no ser un actor porno, tenía a miles de chicas consigo; y, a pesar de no ser un drogadicto, podía ser más adictivo que cualquier droga. Por muy exagerado que sonara, JungWoo sufría por todas esas razones. Desde que conoció a YukHei -nombre el cual amaba, pero Lucas no- en el jardín de infantes, aquel día se dio cuenta que no quería dejarlo ir jamás, y no solo por el hecho de que le hizo comer un pastel de lodo, sino que su forma de ser le entregaba calidez, una que nadie más le entregaba.

Lucas era tan extrovertido que hasta al propio JungWoo le hacía sentir incómodo. Con sus hermosos ojos acaramelados, piel canela y cabello rubio, cautivaba hasta al ser más asexual existente. Era seguro de sí mismo, no le importaba lo que demás pensaran de él, y por sobre todo: no se enamoraba. Sí, como leyeron... no se enamoraba. Eso pensaba JungWoo, pero Lucas sabía que aquello era incorrecto.

-Hola, Xuxi. -sonrió el de cabellos grisáceos, arrugando la nariz. -¿T-Te divertiste anoche? -su expresión había cambiado en menos de tres segundos.

El corazón de Lucas latió fuertemente por aquel apodo que tanto le encantaba, pero era muy testarudo como para darse cuenta del verdadero motivo por el que su pecho bailaba de emoción. En menos de tres segundos, su esófago se achicó impidiéndole pasar la comida. Aquella pregunta le había tomado desprevenido. ¿JungWoo se había enterado de todo? El hecho de perder a su amigo le producía náuseas y angustia terrible.

-Hola Woonie. -le sonrió de vuelta, mientras jugaba con las hebras de su cabello. -Uhm, sí... Mark me dio un aventón y llegué temprano a casa.

-Oh... ya veo.

No era la primera vez que YukHei le mentía mirándolo a la cara, es más, hasta ya había perdido la cuenta de cuántas veces lo había. Quizá lo hacía para protegerlo del daño que eso le provocaba, pero... Lucas ni siquiera sabía de sus sentimientos, ¿por qué le ocultaba sus follajes fiesteros?

-Chenle me dijo que Jennie pasó la noche en tu casa. -simuló no darle importancia. El nudo en su garganta era inevitable de deshacer.

-Eh, sí... -dió una mascada a su pan para evitar que se notara el nerviosismo, fracasando gracias a su tartamudez. -E-Es que era muy tarde y... y sus padres la regañarían. Solo eso.

-Sí, claro.

Inevitablemente su respuesta había sonado lo más fría posible. Y es que saber que Jennie era otra mujer más sumada a la lista de El Irresistible YukHei, le hervía la sangre.

-Es en serio... -su voz sonó como una suplica, involuntariamente sus manos picaron por tocar la piel del contrario, pero como siempre, no lo hizo.

-Ya, Lucas... da igual. -dio un mordisco a su manzana para evitar tartamudear y hasta quizá lloriquear. -No tienes que darme explicaciones.

-Claro que sí, tú... -suspiró negando, mientras le sonreía como si nada de esa conversación le estuviera afectando. -Tú eres mi mejor amigo.

-Da igual. -tomó su bandeja, dispuesto a pararse. -No me importa lo que hagas o dejes de hacer con tu vida.

Aquellas palabras habían caído como un balde de agua fría, y Lucas pudo sentir su corazón contraerse de dolor. Claro estaba, JungWoo jamás se fijaría en un mujeriego como él. Merecía algo mejor que estar con un fiestero que ligaba cada noche.

-Es más, puedes acostarte con medio instituto si quieres. -se paró tomando su bolso, empujando la silla sin verse muy afectado. -¡No me interesa!

Friends. [ LuWoo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora