Su fin de semana había sido tan ajetreado, que asistir a clases se le era una tortura gigantesca. Y no era por el hecho de ver a Lucas reír feliz con otras personas que no eran él, si no que solo tenía cansancio. Sí, eso era.
-Hola. -la voz de Doyoung le sorprendió haciendo pegar un pequeño gritito. -Ya... ¿tan feo te parezco?
-¡N-No, hyung! -negó respirando lento. -Es solo que me has asustado.
-Esta bien. -sonrió. -¿Qué tal tu fin de semana?
Definitivamente no le contaría lo mal que se la había pasado, ni que había sufrido una repentina crisis gracias a sus estúpidos pensamientos. No, Doyoung no tenía por qué lidiar con sus malditos problemas.
-Excelente. -sonrió sacando sus libros de aquel casillero. -¿Y el tuyo?
-Fatal... -apoyó su cabeza en la puerta de metal para mirar al menor de más cerca. -Te he echado de menos, ¿sabes?
-Uhm... -sonrió incómodo. -T-Tengo que ir a clases, hyung... ¡Nos vemos!
Para Doyoung estar enamorado de JungWoo no era tan terrible. Siempre supo que era riesgoso, pero a su personalidad tan testaruda no le importó sufrir las consecuencias por las que pagaba en la actualidad. Ver al menor mirar con ojos llenos de ilusión a su mejor amigo le dolía, sí que le dolía, pero la felicidad del pequeño podía compensarlo todo. Ver su sonrisa, limpiar sus lágrimas y estar ahí para él era lo único que necesitaba para estar pleno. No importaba si su amor no era correspondido, el hecho de tenerlo cerca lo llenaba por completo.
-Aich... pequeño astuto. -sonrió arrugando su nariz.
Lucas observó como el pelinegro abandonaba aquel pasillo ya solitario. Había escuchado la pequeña conversación de hace un momento, y tenía claro los sentimientos de Doyoung por JungWoo. Dentro de él sabía las intenciones del chico por su hyung, y eso de alguna forma le dolía y alertaba a su pequeño corazón. Se intentaba convencer de que aquel sentimiento era miedo a perder la amistad del mayor y no se trataba de celos.
-Estúpido Doyoung hyung. -murmuró sacando sus libros lleno de ira, dándole una gran paliza a aquella puerta del casillero frente a sus ojos.
Las clases ya habían comenzado y JungWoo se encontraba en su salón, terminando de hacer su tarea. Su compañero de banco tarareaba una canción sacándolo de sus casillas.
-Hey... ¿Winwin? -susurró. -¿Puedes dejar de cantar esa... tonta canción? No puedo hacer las actividades.
-Ugh, pues no. -sacó su lengua, continuando con la acción que para JungWoo era lo más irritante del mundo.
-Le diré a Yuta hyung que eres un fastidioso. -respondió el peli-grisáceo casi riendo ante su logro, puesto que el chico de su derecha se había quedado callado por unos largos segundos. -¡Já!
-Uhm... ¿Ah, sí? -tartamudeó nervioso. Su compañero sabía cómo y dónde atacar en el momento preciso. Conocía a la perfección sus debilidades. No por cualquier motivo eran amigos. -Pues entonces le diré a Lucas que hablaste con Doyoung hyung, y que al parecer te extrañaba mucho. -habló poniéndole énfasis a aquella última palabra.
-Espiar es malo, y... -suspiró pensando en un contraataque lo más rápido posible. -No tiene nada de malo hablar con alguien, Lucas no tiene porqué enojarse.
-Sí, lo que digas. -rodó los ojos ante la actitud de desinterés fracasado de su amigo. Sabía a la perfección los sentimientos de ambos, y que ellos no se dieran cuenta lo sacaba de sus casillas.
Winwin era alguien en quién podía confiar, a pesar de que su forma de ser era la de un niño inmaduro, también era la de alguien puro y honesto. Desde hace dos años se habían vuelto amigos un tanto cercanos, y aquella cercanía se generó por un malentendido que hasta el día de hoy les hace reír por lo estúpido que fue.
El chico de sonrisa dulce y cabellos rubios continuaba tarareando aquella canción, que, ya para JungWoo se había vuelto una melodía melancólica. The Neigbourhood era una de sus bandas favoritas, pero escucharla en una circunstancia de angustia se le era un martirio.
-¿Por qué siempre haces que mi ánimo baje? Pensé que eramos amigos. -murmuró resolviendo el ejercicio que le estaba dando dolores de cabeza desde hace varios minutos.
-No es mi culpa que mis canciones te recuerden a alguien especial que no quiero nombrar ahora. -se encogió de hombros pegando una pequeña risita. -Luego te enfadas conmigo.
-Tu cara de bebé engaña a todo el mundo. -puchereó apoyando su cabeza en una de sus manos, dirigiendo su mirada hacia el compañero de puesto que tanto lo confundía con sus palabras. -Eres malo.
-Sabes de qué hablo, JungWoo. -murmuró botando pequeñitos suspiros. -Y... -miró la extensa ecuación de aquel ordenado cuaderno. -Creo que lo hiciste mal.
-Ya no te quiero.
-Sí lo haceees ~~ -canturreó.
A Winwin le encantaba ser meloso después de cada pelea y ahora no era la excepción. Se encontraba moviendo su cara contra la del peli-grisáceo mientras repetía que él sabía lo mucho que lo quería.
-Deberías parar. -susurró serio. -Te conviene hacerlo.
-¿Por qué debería? Sé que me quieres mucho. -rió.
-Pues porque Yuta hyung te está viendo. -asintió triunfante ante su logro de alejar a su alegre y hostigoso amigo.
Y aquello era verdad, Yuta estaba ahí con su cabello sedoso y brillante moviéndose al compás del moviemiento de sus caderas, detrás le seguía el rubio y carismático Lucas un tanto tímido.
-Creo que nos vienen a ver. -rió despacio.
-No digas tonterías y escucha lo que tienen para decir.
El tan distraído profesor se encontraba viendo imágenes en su antiguo celular, que no se había percatado que dos alumnos de diferentes grados se encontraban en la sala de clases de la que él estaba a cargo. Ambos jóvenes se movían impacientes al no ser vistos por el docente, pero sí por aquellos amigos que miraban expectantes a que saliera siquiera una palabra de sus bocas.
El mayor de ellos simuló tener tos para obtener la atención del cuarentón hombre.
-¿Crees que Yuta hyung esté enfermo? Acaba de toser.
-Guarda silencio, Winwin. Es obvio que no lo está.
-Aich... -le miró fastidiado.
Un codazo del mayor le hizo perder el equilibrio a Lucas, haciendo reír a toda la clase. Su rostro se tornó de rojo e hizo que su mirada se dirigiera a JungWoo, quién le miraba con dulzura y sonreía alegre.
-¿Cierto, Lucas? -la voz del mayor sonaba amenazante, puesto que odiaba demasiado las distracciones, y, para Lucas todo era una distracción.
-¿Q-Qué?
-Que están todos cordialmente invitados a participar a la recaudación de fondos para El Baile de Primeravera... ¿cierto?
-¡Sí, cierto! Habrá una fiesta en mi casa, se encuentra a unos cuántos kilómetros de aquí... ¡No es tan lejos, lo juro! Tienen que pagar entrada y llevar a quién quieran. -asintió con entusiasmo mostrando el cartel de sus manos. -Será este fin de semana, espero puedan ir. -terminó la frase dirigiendo la mirada hacia JungWoo.
-¡Oh, casi se me olvida! -habló Yuta. -Habrá un premio de popularidad que se dará a conocer ese día. Vayan para que podamos pasar un baile digno, no como los años anteriores.
-Ni lo digas, hyung. -rió Lucas.
-Eso era... -murmuró el rubio. -Pueden continuar con sus labores.
Ambos informantes abandonaron la sala y los dos hiperventilados amigos que allí se encontraban, chocaron miradas simultáneamente.
-¿Estás pensando lo mismo que yo?
-No tengo una mente tan retorcida.

ESTÁS LEYENDO
Friends. [ LuWoo ]
FanfictionNo somos amigos, nunca lo hemos sido. Los amigos duermen en camas separadas. Los amigos no me tratan como tú lo haces. Mis amigos no me aman como tú. Donde JungWoo y Lucas creen no estar completamente enamorados.