q u i n c e

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-¿Vas a decirme qué ha pasado entre ustedes?

WinWin se encontraba mascando una manzana. Semana y media había pasado desde que Lucas se le había lanzado encima para estamparle un beso en los labios y no habían cruzado palabra desde ese entonces. Él tampoco pensaba hacerlo, pues prefería vivir con la poca dignidad que le quedaba, que andar derritiéndose por aquellos labios enfrente suyo.

Apoyó el codo en la mesa y dejó descansar su cabeza sobre la mano. Puchereó levemente y le miró con temor. -Uhmm, es... algo difícil de entender.

-Me haces un dibujito si quieres. -se encogió de hombros. -Además, si puedo decifrar la actitud de Yuta, puedo resolver cualquier cosa.

JungWoo rio. Era cierto, Yuta podía ser aún más complicado que Lucas y quizá un tanto más impulsivo que el menor.

-Bueno, pues... -se mordió el labio. Había estado tratando de evitar recordar todo suceso de aquel día, pero ahora no debía olvidar ni el más mínimo detalle. -Me le he confesado a Lucas.

Su cara de asombro era realmente la más sincera que había visto en su vida. Le sonrió, parándose del asiento de enfrente yéndose a su lado.

-¿Hablas en serio?

JungWoo asintió.

-¿Y luego qué?

-Luego... -no quería recordar las palabras que habían perforado su corazón hace diez días. Era tan doloroso. -Dijo que eramos amigos y -suspiró. -que no confundiera las cosas. Que estabamos mejor así.

-¡¿Que ese imbécil dijo qué?! -la voz de Yuta se escuchó por todo el casino, llamando la atención de más de un alumno. -Es una broma.

-Hyung... -WinWin arrugó su rostro, susurrando un pequeño shhh. -¿Y...?

-Y... luego me besó.

Ambos espectadores quedaron asombrados. La indignación se apoderó del mayor de todos y, JungWoo creía que en cualquier momento Yuta golpearía a alguien. -Ese estúpido niño. -dijo entre dientes.

Era un estúpido, sí. Pero por alguna razón, JungWoo no dejaba de sentirse atraído hacia él. Estaba acabado.

Las clases comenzaron y todos ahí murmuraban los chismes semanales. Una compañera suya con problemas auditivos, alzó la voz por inercia y todo el salón términó escuchando aquellas palabras. Quiso morir.

-¿Supiste que Jennie y Lucas están saliendo?

Dentro de él lo sabía, todo este tiempo lo supo, pero había preferido hacer vista ciega. Ahora la realidad estaba frente a sus ojos, gritándole a la cara. Lucas jamás sería suyo, ni aunque fuera la única persona que habitara la tierra. Quizá debería bajar los brazos y darse por vencido, es decir, ya nada quedaba. Él se había visto feliz sin hablarle, y prefería verlo bien, aunque fuese a la lejanía. De eso se trataba el amor, ¿no? Velar por la felicidad del otro.

WinWin le dedicó una mirada de compasión y consuelo. -No me digas nada, Win.

Su corazón se contrajo y sintió ganas de llorar. No lo hizo, no valía la pena hacerlo si ya todo estaba hecho. Era el presente y no un futuro incierto. Se sentía destrozado, y su mente estaba alejada de sí mismo.

Aquel día había sido uno de los peores que ha vivido, y los fuertes motivos eran inspirar lástima. En cada receso Yuta y WinWin trataban de subir su ánimo, fallando en los intentos. Sólo deseaba llegar a casa para ver una digna maratón de Naruto. Ni siquiera la muerte de Itachi y Jiraiya juntos le había dolido tanto.

¿A esto le llaman corazón roto? -pensó.

El patio trasero siempre era la solución a sus problemas, allí nadie le molestaba y sentía una paz interior que ningún otro lugar podía otorgarle. Y es que quizá esas cuatro paredes conocían sus problemas más que cualquier persona.

El olor a cigarrillo mezclado con alcohol que allí había le recordó a aquella noche en que las fotos se habían viralizado. Odiaba las fiestas, pero ese día quizá se había atrevido a ir a una, ese día necesitaba escapar de su mierda, de la rutina.

El rostro embriagado de Lucas se le vino a la mente, estaba tan cerca que pudo sentirlo en ese preciso momento.

"Este idiota está..."

No lograba recordarlo, no podía hacerlo cuando sentía ese par de ojos comerle con la mirada. La voz de Doyoung resonó en su oído.

-Vaya, aún me pregunto por qué ese día te fuiste de la función sin avisar. -rio sin gracia. -Luego me di cuenta que Lucas tampoco estaba allí; todo calzó a la perfección.

-Lo siento, hyung...

Su voz sonaba tan destrozada.

-Descuida. -sonrió. -Yo también me escaparía con la persona que me gusta si tuviera la oportunidad. -Me escaparía contigo.

-Me le he confesado a Lucas.

Aquello había salido de su boca con mera naturalidad. Y es que Doyoung le inspiraba tal confianza de poder hablar con él quisiera lo que quisiera.

-Vaya, genial. -asintió. -¿Todo salió bien?

De su boca salió exactamente lo que había pasado. Sin que se le escapara el más mínimo detalle de la situación a la que había estado sometido hace días, expulsó todo sentimiento acumulado.

Las manos de Doyoung se cerraron en puños llenos de rabia. Y es que ver al menor tan vulnerable ante él le partía el corazón. Necesitaba tenerlo a su lado para protegerle lo que la vida le permitiese; jamás le haría daño.

Jamás.

-¿Por qué sigues ahí... junto a él?

No había explicación. Quizá lo quería tanto, más que a sí mismo. Tal vez era la costumbre de estar amarrado a ese pseudo-amor-unilateral. Pero lo que sí sabía con seguridad, es que caería una y mil veces por esos ojos cafés.

-No sé, yo-

-Me gustas.

JungWoo había estado evitando ésa conversación desde hace bastante tiempo. No quería perder a su amigo, era una de las pocas cosas buenas que le habían pasado en la vida, y perderlo le destrozaría el corazón.

Su respiración era irregular. No quería dejar salir ninguna palabra de su boca, sabía perfectamente que terminaría titubeando.

-Lo siento, hyung.

Era lo único que podía decirle. Porque a pesar de las muchas veces que Doyoung le prestaba su hombro para llorar, él seguiría prefiriendo a Lucas. Así era, el corazón mandaba. Su corazón le pedía a gritos dejar el orgullo atrás.

Su mente imploraba darse una segunda oportunidad, con alguien quien sí le quería.

-Lo sé. -sonrió el pelinegro. -Tampoco quiero perder tu amistad.

El mayor podía leer su mente, había usado las palabras precisas.

-Tan sólo necesito...

Su cabeza dio vueltas y el tiempo se detuvo. Los labios de Doyoung se encontraban sobre los suyos. Corresponderle era lo menos que hacía. Intentó apartarlo, pero no tenía la fuerza suficiente, se sentía débil.

Aquel beso tuvo sabor a corazón roto, por parte de ambos. Vivir un amor unilateral y buscar consuelo era la peor opción a elegir.

-Suerte.

Dijo, yéndose despampanante. Dentro de él sabía que JungWoo no le correspondería jamás, pero ese beso estaría en su memoria para siempre.

Sabía que el amor entre Lucas y JungWoo luchaba por salir a flote. Quizá un leve empujoncito no estaría mal.

Friends. [ LuWoo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora