9: Recordando el pasado [2]

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Park Jimin estaba agotado, nervioso e inquieto, pero feliz.

Hoy cumplía un año de relación con la chica que lo enamoró desde la primera vez que la vio, hace varios años atras.

Sí, eran jóvenes en ese entonces, e incluso en este momento seguían siendolo. Pero eso no importaba, lo importante era que ambos eran felices.

Si estaban juntos, nada más importaba.

Ni la presión de ser trainee sin saber si algún día debutarían, ni lo agotador que era dormir solo 4 horas (o aveces ninguna) por estudiar y entrenar, nisiquiera las constantes peleas por motivos que desconocían que ultimamente tenían los señores Yoo y Park.

Nada de eso se interponía cuando el corazón del chico de grandes cachetes daba brincos de la emoción al verla.

Jimin sonreía con la simple presencia de la adolescente, un año menor a él. Se sentía completo.

Y por eso, quería que esta noche fuera perfecta.

Había planeado todo desde hace meses: Tenía un trabajo de medio tiempo en una tienda de ropa, entre los recreos atendía el kiosco de la escuela, los fines de semana ayudaba a una anciana vecina en las cosas del hogar y cuando encontraba un pequeño tiempo libre bailaba en la plaza cercana a la empresa para que la gente que pasaba le deje algo de dinero.

Con ese dinero más el ahorro de la mesada que le daban sus padres reservó una mesa en un lujoso restaurante y compró un collar de Legos, para su "Legitos".

Jimin faltó al colegio, para asegurar los últimos detalles.

Tampoco iría a la empresa: Le habían dado a 6 trainees más y a él un día libre para festejar la reciente noticia de que al fin debutarían.

Pero Jimin decidió festejarlo con la chica que siempre lo apoyó a cumplir sus sueños... Aquella que lo alentaba y confiaba en él incluaso cuando este mismo no lo hacía.

Estoy segura, nisiquiera unos idiotas debutarían a un grupo y no te incluirían en él! ¿Quién podría resistirse a tu hermosa voz, perfecto baile, sexy cuerpo y adorable personalidad?

Jimin sonrió al recordar esas palabras que lo ayudaron a no rendirse.


...

El señor Yoo también había estado al tanto del aniversario de su hija y el hijo de su amigo de la infancia, así que citó a Jimin para "felicitarlo".

Ahora el pequeño de grandes cachetes estaba tirado en el suelo, con su cuerpo cubierto de su propia sangre.

Recibió tantos golpes que era casi un milagro que aún se encontrara conciente.

— N-No me alejaré de ella... — Dijo mientras cubría su rostro antes de que su suegro vuelva a golpearlo, aunque este había evitado esa parte del cuerpo para asegurarse de que nadie vea las heridas. Estaba seguro de que Jimin no hablaría. — Yo la amo.

¿La amas? — Soltó una seca y frustrada risa.

El hombre,de unos aproximadamente 45 años, se había enterado de que su hija menor ya no era virgen, gracias a la ayuda de Jimin.

Se sentía avergonzado, ¡Ellos solo tenían 17 y 18 años! ¿Qué dirían los vecinos si se enteraban? Seguramente no hablarían bien ni de él, ni de cómo crió a sus hijas. Ya bastante tenía con su mujer.

No estaba para nada contento y no dudó en hacerselo saber a Park.

Eres igual de idiota que tu padre. ¿Amor? Eso es lo mismo que decían él dice de tu mamá y mi mujer de mi, pero se olvidan del estúpido amor cuando nos engañaban —El hombre con los ojos llorosos, tomó al chico del cuello de la camisa y lo levantó del suelo —Pareces un buen chico Jimin, me agradas, así que terminemos esto bien.

Volvió a arrojarlo al suelo, dejandolo unos metros más lejos, no sin antes quitarle el celular que el adolescente tenía en el bolsillo.

Jimin solo se limitó a secar sus lágrimas mientras observaba como el mayor parecía enviar un mensaje.

El señor Yoo tomó a Jimin del cabello, haciendo que lo mirara al rostro - Si en verdad quieres a mi hija, no vuelvas a ponerte en contacto con ella. De no ser así, la llevaré conmigo a Inyang. No dejare que un Park me quite a alguien importante en mi vida, no otra vez —Le arrojó su celular —Y por cierto, felicidades por el debut. Me lo contó tu amigo, ¿Taejung?

...

Las palabras del hombre que hace ya 10 minutos se había ido, dejandolo completamente solo en aquel callejón, no dejaban de repetirse en su cabeza.

¿Se llevaría a Jeongyeon? Eso arruinaría su carrera, aplastaría sus sueños...

Como pudo, tomó su celular y leyó los mensajes que el hombre había hecho con este.

Sus ojos se cerraron con fuerza, y por primera vez en mucho tiempo le importó una mierda los estereotipos que la sociedad le habían impuesto... Y lloró.

Y mientras lo hacía, recordaba la última vez que había llorado tanto: Hace un año, cuando la pelicorta le dijo "Sí, oh Dios Jimin lo eh esperado por mucho tiempo, ¡SÍ QUIERO SER TU NOVIA!" Y saltó a sus brazos.

Pero en ese entonces el sentimiento era diferente. En ese entonces se sentía completo, y ahora hecho pedazos. Lloraba desconsoladamente mientras se aferraba a lo que ahora sería la máxima cercanía que tendría de ella: El collar.

Debía dejarla ir...

Jimin la amaba tanto como para trabajar por meses para darle una sorpresa.

La amaba tanto como para nunca fijarse en otra chica, ella tenía todo lo que él necesitaba y amaba.

La amaba tanto como para hacer lo que sea para que cumpla su sueño.

La amaba tanto como para alejarse y priorisar la felicidad de Jeongyeon, sin importarle el propio sufrimiento.

[Lo siento Yoo, terminamos.]

[Voy a debutar en unos meses, espero que puedas entenderlo. Sabes que no me gustan las despedidas, así que no
empeoremos las cosas
y no me llames.
Lo siento, pero tú también
harías lo mismo en mi lugar.]

Ignore ➳Y.jy y P.jm Donde viven las historias. Descúbrelo ahora