Capítulo 4

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Demonios, su hermano podría haber omitido la parte del vino, se metió en el cuarto sin contestar, junto con Max, estuvo algunos minutos en el sillón mientras Max deambulaba, dios le daba vueltas la cabeza y para colmo el ruido le estaba provocando migraña…

- Bueno hermanita tengo tu pijama y algo de ropa… larguémonos de aquí o no podrás dormir y la jaqueca será horrible.

Su hermano era el mejor, pero después de todo él debía saber de borracheras, se abrazo al brazo de su hermano, porque no podría caminar en línea recta sin un apoyo, salió con Max y le dedico una mirada a esa odiosa puerta, hay estaba el con… seguramente Maddy, aunque no podría jurarlo, el solía cambiar chica como se cambiaba la ropa, la chica estaba de espaldas… el la miro muy extraño, no dejo de pensar en esa mirada en todo el fin de semana, aun en el departamento de Max siendo el foco de todas sus bromas ella seguía con la cabeza en… el. Su padre intento convencerla el domingo por la tarde de vivir con su hermano, y aunque adoraba a sus dos hermanos ella los mataría si tenia que soportarlos todos los días, adoraba su espacio… su soledad… su intimidad.

Como siempre era un irresponsable, la llevo casi de madrugada, apenas tenia tiempo de tomar una ducha y dormirse, tenia una clase a primera hora, diablos Max, se despidió con un fuerte abrazo y una sonrisa por que igual lo adoraba, ella no lo sabia pero era observada por una ventana, con rabia, una mirada llena de rabia.

Salió con las chicas apresuradas para ir por un café, el café matutino, Lynz y Dallas iban haciendo bromas a ella y a Camille, solían ser las mas serias de la habitación, Dallas y Camille se adelantaron porque adoraban el café… ella espero a Lynz mientras esta cerraba con llave el cuarto… de reojo lo vio salir, el se detuvo cerca y al parecer las miraba pero no podía jurarlo.

-¿Cuál seria la palabra? ¿Mojigata? –Gerard se acercó con intensiones de fastidiarla-

Apretó los labios para no soltarle una palabrota, eso seguro era para ella, no discutiría con el, optaría por ignorarlo, de momento, Lynz tenia la boca abierta y caminaba a su lado volteándose para mirarlo, el bestia venia caminando tras ellas.

- O seria mejor… ¡Mosca muerta! Embustera… fraude. –siguió espetando insultos-

Miro por sobre su hombro con una sonrisa, porque el cielo se caería antes de contestar a sus palabras.

-Y pensar que muchos la consideran una santa… dulce… una flor frágil… fraude, una gata que maúlla por las noches.

Y el puerco se lo estaba poniendo difícil, pero no contestaría, sacaría toda su fuerza de voluntad si fuera necesario pero no le contestaría.

- Alzando la cola para que cualquier gato se la monte… no, perdón, a la gatita le gusta violento… cadenas, aretes y dibujos en la piel… quien pensaría que a la sureña le gustaba montárselo con Frankenstein y darse sexcapadas de dos días completos.

Escucho a Lynz soltar un gritito y contener el aire al mismo tiempo, maldición si hasta a ella la impresiono, la provoco, el se lo busco.

-Me asombra que te perturbe… hasta donde se tu eres la versión moderna de roma antigua, me pregunto si colgarías un falo en tu puerta… incluso escuche que te… ¿Cómo era? A si, te “montarías” sobre lo que sea si esto tiene donde cobijarte. La verdad me da asco… debes de tener mil infecciones y debes ser un cumulo de enfermedades… ¡espero que te revisen los médicos! Ósea aquí compartimos las duchas las chicas, y las enfermedades se pegan.

Empujo la puerta de la cafetería y entro en el atestado lugar, nunca lo había visto mirarla con tanto odio antes, parecía que la golpearía en cualquier momento, cuando Frank le pregunto...

Esto se esta poniendo emocionante, por que creeis que se a puesto asi? 

ya lo ireis descubriendo poco a poco si lo leis

gracias a todos por leer la historia y beso a todos, que lo disfruteis

Acéptalo, eres mía (Gerard Way y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora