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Narra Vernon.
al levantar mi vista de las postales hacia la persona con quien había chocado, no pude evitar notar lo inflado de sus mejillas. sus labios carnosos haciendo un ligero puchero inconscientemente. cabello ondulado y esos ojos dulces que quedaban congelados a pesar de los años.
"¿Seungkwan?"
pero el sujeto se levantó rápidamente agarrando las postales. lentamente y procesando lo que veía también me levantaba del piso.
"¡cartón! esto era lo que me faltaba." hablo otro hombre quien llegaba corriendo hacia nosotros mientras le quitaba una postal de las manos a Seungkwan.
"¿Seokmin?" pregunté ante el comentario.
"¡ah, Vernon! ¿cómo estás?" me saludo alegre aquel conocido. "espera. esto no es bueno." dijo mirando a Seungkwan y de nuevo a mi.
"enserio una disculpa." dijo Seungkwan al vendedor mientras colocaba las postales en el mostrador. "vámonos, Seokmin."
"hola Seungkwan." con una sonrisa cortes y simple mire a aquel hombre. a pesar de los años, era como si el no hubiera cambiado en lo más mínimo. como si el tiempo se hubiera detenido en el y sus rasgos. pero pude notar aquella tristeza en esos ojos tan oscuros como la noche.
tristeza de la cual yo fui culpable.
"enfrente de la fuente, caminas una cuadra y la encuentras." dijo Seungkwan indiferente sin siquiera mirarme a los ojos.
"¿disculpa?"
"la casa de tu tía. vámonos Seokmin." dijo Seungkwan sujetando de el brazo a Seokmin mientras lo jalaba tratando de alejarse del lugar.
"¿Seungkwan?"
"¡adiós Vernon! ¡que bueno verte! digo, ¡no! ¡ojalá hubieras sido Voldemort! ¡bonita nariz!" gritó Seokmin y reí un poco. tal vez por la melancolía del ayer y recordar la ingenuidad que Seokmin siempre tuvo.
pasaron los años, el calendario me mostraba como pasaba el tiempo y como las cicatrices se curaban. era lo que pensé está mitad de mi vida. esperar un día feliz solo era momentáneo y me culpe mucho por ello. pero el dolor en mi corazón y la cicatriz que yo mismo me cause punzaba con una intensidad que podría mover mil montañas.
lo vi partir apresurado mientras un poco indiscreto miraba hacia atrás para ver si yo aún seguía ahí. Boo Seungkwan. esta isla tenía su esencia por todas partes y la sentí desde que di mi primer paso en años en Jeju. mis palabras huecas era lo menos que aquel ya hombre necesitaba.