summer days • verkwan

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2do lugar; @punchblossom ❤️
favor de mandar nombre de la ship que quieras y discutir ideas para tu one shot/writing prompt ¡felicidades!

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— SeungKwannie...

Aquel castaño hablaba con aquella voz de niño carente de atención mientras observaba como su querido Boo parecía estar más entretenido tomando fotos a quien sabe que cosa. No le molestaba en absoluto que lo hiciese, de echo le causaba ternura todos los gestos que aquel chico hacía cuando parecía ser que la foto se veía perturbada o cuando la foto salía tan bien que parecían brillarle los ojos, casi pareciendo estrellas en su rostro.

Si había algo que le gustase a Vernon de SeungKwan, eran los miles de gestos que le hacía a la cámara, a él o a Seokmin cuándo hablaban de las locas ideas de aquel último chico. Nada era mejor que observar aquella sonrisa reluciente en su rostro o aquel adorable puchero que Vernon se lanzaba a besar cada que lo notaba. Y entre esas, había miles de cosas que le gustaban del chico, pero no ser atendido no era una de ellas.

— Seungkwannie...

— ¿Qué pasa?

Frunció su nariz al notar como seguía pegado a aquella cámara, así levantándose de la roca en la cual estaba sentado para ir a abrazarlo por la espalda, ahora siendo él quien mantenía aquel puchero en sus labios, pidiendo atención de quien estaba enamorado. SeungKwan soltó una risa antes de intentar sacárselo de encima, pues, había varias personas en esos lares y lo que menos quería era que su padre o alguien más que no fuese Seokmin se enterase de aquella "relación" que mantenía con el forastero. — ¡Yah, Vernon!

— Estoy aburrido, Boo. Me tienes ahí sentado desde que llegamos mientras tú no paras de tomar fotos.

Rodó sus ojos tras escucharlo, aun intentando quitárselo de encima. — ¡Quítate!

— ¡Pero Boo!

— ¡Estoy tomando fotos a las cosas bonitas que veo, Vernon! — Fue cuando por el rabillo de su ojo, notó como una sonrisa tal cual de un zorro se presentaba en los labios ajenos. Aquí íbamos de nuevo —.

— No entiendo entonces porque no me estás tomando fotos a mí, Boo.

— ¡Yaaah! ¡Tú, forastero engreído y maloliente!

— ¿Maloliente?

Boo suspiró, tomando con fuerza la cámara mientras señalaba con su cabeza la misma roca en la cual el forastero había estado sentado. — Ve allá, tomaré una foto.

— ¿Y después me darás un beso?

— ¡Ve allá!

Sin importar aquella respuesta que no parecía decir nada, Vernon fue tal cual cachorro a sentarse en aquella roca. SeungKwan ahogó una risa, pues Vernon podía ser un chico tan egocéntrico como luego comportarse como un niño pequeño. Tras verlo ahí sentado, no tardó en tomar las fotos y sacudir la misma en cuanto salió, casi sacudiéndola como si no hubiese un mañana para que se viese, justo como había pasado con las otras.

No fue hasta que escuchó un pequeño grito que atrajo su atención (y de algunas personas) que hizo que saliese de su trance, porque justo ese grito provenía del propio Vernon. Un tanto preocupado, SeungKwan fue a donde el otro, observando como la mueca asustada del otro se mantenía ahí mismo, casi intacta. Pensó en tomarle una foto, pero eso sería muy cruel y más porque él se encontraba también terriblemente preocupado.

Al estar cerca de él, trató de observar por donde podía si lo había picado alguna serpiente o un bicho raro de mar. Pero no fue hasta que sintió como el otro le robaba un beso, que entendió todas aquellas intenciones. Y podría haberse enojado de verdad, pero a quién engañaba, le gustaban esos besos en su totalidad.

Fue hasta que cayó en cuenta de que seguían en las rocas, casi tumbándolo de la misma en cuánto lo empujo para que se separasen y observando a todas partes por si alguien los había visto, pero suspiró de tranquilidad al notar que todos parecían estar demasiado en sus asuntos como para prestarles atención. Dirigió su mirada a Vernon, quien reía por el rostro preocupado del más bajo, cosa que solo le provocó que se molestase un poco, pero el hacerse el sentido para que Vernon lograse entender que no había sido gracioso, era algo que se hacía desde que había llegado a Jeju.

Quizás para los pocos que habían parado a observar a ese par, solo veían a unos amigos quienes peleaban por cualquier cosa. Pero para los dos chicos que discutían, eso era algo de una rutina de todos los días que en pronto desearían repetir las veces que fuesen necesarias