Un pequeño cuerpo se encontraba posado sobre la cama. La lene brisa entraba por la gran ventana de la habitación. El sol había salido desde hace ya dos horas dejando que sus rayos iluminen espléndidamente el lugar.
Jimin se encontraba aún atrapado en los brazos de Morfeo. Durmiendo muy tranquilamente para luego volver a la realidad.
En su mente, envuelta en el sueño, se encontraba él caminando muy sociegamente por un jardín de margaritas. Estas brillaban debido a la potencia del sol quién las iluminaba haciendo combinación con los ojos avellana y cabello dorado de Jimin. Sonreía ampliamente mostrando lo radiante que su sonrisa puede ser. En cada paso que daba, un pequeño brinco salía de él impulsando su cuerpo hacia arriba y a su vez hacia adelante. Agitaba sus brazos los cuales estaban cubiertos por un suéter grande que tapaban también sus pequeñas manos. Mientras caminaba veía todo a su alrededor admirando y contagiándose de lo tranquilo que estaba el lugar. Sus pensamientos puros solo pertenecían a la felicidad que en ese momento estaba sintiendo. Solo estaba siendo feliz, sintiendo esa tranquilidad, palpando claramente como el bien había llegado a él. La brisa provocó un suave vaivén en su cabello y ropa. Sintió como un pequeño escalofrío recorría su espina dorsal. Al principio creyó que aquello se debía a la brisa pero todo cambio cuando el jardín se convirtió en una habitación. Pequeña y oscura. Solo un rayo de luz pudo ver en aquel sitio. Su cuerpo giró en un ángulo de 180º para poder observar con claridad aquella luminosidad que le intrigaba de sobre-manera. En el suelo se encontraba una rosa. Una rosa negra. Su curiosidad despertó y encaminándose hacia aquella luz y por consiguiente aquella rosa, dejó que su respirar sea lento. Cuando estuvo a centímetros de ella se agachó y la agarró. La vio detenidamente. Achicando sus ojos y ladeando su cabeza de vez en cuando. Tocó sus pétalos con las yemas de sus dedos de manera delicada. Ninguna sonrisa había en su rostro, en cambio un ceño fruncido era lo que se reflejaba. Su aire terminó de cortarse cuando delante de él dos pies descalzos hicieron su aparición. Con suma lentitud fue subiendo su mirada proyectada desde aquellos pies hasta llegar a lo que sería el rostro de aquella persona. Su sorpresa fue grande cuando se dio cuenta que el dueño de aquellos pies era nada más y nada menos que su esposo. Min Yoongi. Sus ojos se abrieron y su corazón detuvo, literalmente, cualquier latido. Quedaron en silencio. En un tortuoso silencio. Yoongi, vestido de blanco, solo veía a ese precioso chico en cuquillas delante de él. Jimin sin siquiera moverse también lo observaba. La concentración de Jimin en seguirlo observando se esfumó cuando un pequeño ser vestido también de blanco y pies descalzo hizo su aparición. Este se ubicó a un lado de Yoongi tomando la mano del mencionado inmediatamente. La sorpresa e impacto en Jimin era grande pues no entendía absolutamente nada de lo que frente a él estaba sucediendo. Ambos seres se miraron mutuamente, regalándose sonrisas sinceras. Un pequeño "papá" por parte del pequeño ser se escuchó en el lugar. Los ojos de Jimin brillaron. Pues ese era el hijo de Yoongi. Una sonrisa apareció en su rostro y su corazón comenzó a latir normalmente pero esta vez con emoción plena dentro de él. Se puso de pie con las claras intenciones de acercarse a ellos pero se detuvo de hacerlo cuando una tercera presencia hizo su aparición. Un hombre, vestido de negro. Jungkook. Se acercó a ellos quedando a un lado del pequeño ser quien tomó su mano rápidamente. También se miraron compartiendo sonrisas para luego mirar a Yoongi y sonreírle. Apartó su mirada de Yoongi para ahora mirarlo a él. A Jimin. Su cuerpo se heló cuando aquel hombre lo miró de una manera muy fría y malévola. Una surca sonrisa se mostró en sus labios. Alzó su mano mostrando en ella una rosa negra. La rosa negra. La rosa que Jimin tenía en su mano. De inmediato elevó su mano notando que la rosa había desaparecido. Su boca se abrió un poco y sus ojos abiertamente mostraban asombro. Miró de nuevo a Jungkook y este en su actitud emanaba arrogancia. Había ganado. Yoongi y el pequeño ser se dieron la vuelta empezando una caminata hasta desaparecer en la oscuridad de la habitación. Jimin los vio alejarse y su cuerpo tomó un impulso por querer correr detrás de ellos y alcanzarlos pero Jungkook lo detuvo. Lo vio. Tan arrogante y malvado. Mantuvieron las miradas puestas en el contrario. Quietos totalmente. Jimin vio como Jungkook alzó levemente su mano con la rosa mientras aún mantenía su actitud despiadada. Lanzó la rosa negra hacia Jimin quien impulsó su cuerpo y estiró su brazo para alcanzar la rosa. Pero falló. La rosa negra rozó la yema de sus dedos para luego caer lentamente e impactar contra el frío suelo. Jimin la vio. Analizándola y sintiéndose entraño por la asfixia que comenzaba a sentir en su cuello. Llevó sus manos a este para tratar de alejar aquello que lo empezaba a ahogar y cortar su aire. Cayó de rodillas en el suelo mientras sentía como su aire escapaba de su cuerpo. Su boca se abría mostrando una O. Vio a Jungkook quien en la expresión de su rostro mostraba cuanto estaba disfrutando su destrucción. La destrucción de Jimin. "Muere" fueron las últimas palabras que escuchó de Jungkook hasta dejar que la oscuridad cubra sus ojos.
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Destruido - ||Yoonmin||
أدب الهواةNi la inocencia más pura logra atrapar la libertad que tu cuerpo necesita. Ni la sonrisa más honesta impide que el destino se forme de una manera despiadada. No, simplemente no puedes volar y ser libre cuando ni tus propios pensamientos lo son, ni t...