Sodam se encontraba de rodillas, con su cabeza gacha mirando fijamente el suelo mientras apretaba sus manos formando puños sobre la tela de su delantal, las venas en ellas se marcaban notablemente y esto solo reflejaba la ira que dominaba su cuerpo.
-Déjalo en libertad- dijo entre dientes.
La silueta delante de ella no expresaba más que burla en su rostro ante la humillación que se auto-obligaba a dar la humilde sirvienta.
-¿Por qué hacerlo?- dijo con simpleza.
-Ese muchacho no tiene culpa de nada, no lo obligues a vivir algo que sabes muy bien cómo terminará- se mantenía en la misma posición mientras hablaba.
-Sabes la razón por la que lo traje... debe casarse con Yoongi- apartó su mirada de ella posándola en algún lugar incierto de la habitación.
Sodam levantó su cabeza para observar el rostro de su jefe. Jihyuk.
-¿Condenarás a un alma inocente para salvar a un demonio?- expresó con furia frunciendo el ceño a su paso.
-No permitiré que mi hijo esté con ese hombre- giró su rostro para obsérvala a los ojos -si en mis manos está salvarlo... lo haré-
-Sálvalo, pero no condenes a ese pobre muchacho- demandó.
Jihyuk la miró incrédulo juntando sus cejas y achicando sus ojos, buscando respuesta a la interrogante que rondaba con necesidad en su cabeza. ¿Por qué tanto le interesaba Jimin?
Sin respuesta alguna y aún con los mismos gestos en su rostro, habló.
-¿No deberías preocuparte por el bienestar de tu hijo a contrario de un hombre a quién apenas conoces?-
Sodam arrugó su rostro mostrando las marcas que dejaban al descubierto los años que había vivido. Un nudo palpable se formó en su garganta y el aire salía con velocidad elevada emitiendo sonidos bruscos y agitados por su nariz. Lo que más deseaba era ahorcar a ese hombre y quitarle la vida. ¿Cómo se atrevía a decir aquello? Su hijo le importaba y demasiado; y ese hombre infame se atrevió a decir que no se preocupaba por él cuando renunció a su propia libertad por el bienestar de su hijo.
-Vivir humillada, odiada por tu esposa, encerrada en este infierno de casa, obedeciendo órdenes, sometida a tu voluntad, entregando mi cuerpo a... a ti- su voz salía histérica puesto que el odio ante ese humano que solo la maltrataba con cualquier acción estaba creciendo en demasía -desperdiciando mi felicidad para verlo sonreír, cortando mis alas para que él pueda volar, escondiéndome para no estropear su futuro, dejando de ser su madre para protegerlo... dime Jihyuk ¿no son razones suficientes?... Yo protejo a mi hijo-
Jihyuk simplemente la miró y escuchó con paciencia las palabras de la sirvienta. Sonrió incrédulo y, posando su mano en el mentón, dijo.
-Nuestro hijo-
-Mío- Sodam le corrigió, aumentando la fuerza en su voz.
El hombre aumentó el volumen de su sonrisa ampliándola hasta convertirla en una pequeña carcajada.
-Corrección... nuestros hijos-
Y el cuerpo de Sodam se petrificó.
Vio el cuerpo ajeno entrando en shock y supo que la afirmación que hizo produjo en ella miedo. Se levantó de la silla en la que su cuerpo reposaba y con pasos sigilosos caminó hasta el arrodillado cuerpo de una mujer con su mente en blanco. Cuando llegó se dejó caer hasta quedar en la misma posición y con arrogancia fijo sus ojos en los de ella.
-Sodam, Sodam... ¿En dónde tienes a la pequeña Hani?-
La mente, cuerpo y corazón de Sodam se encontraban en un punto ciego procesando la reciente aclaración que su jefe le había dado.
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Destruido - ||Yoonmin||
Fiksi PenggemarNi la inocencia más pura logra atrapar la libertad que tu cuerpo necesita. Ni la sonrisa más honesta impide que el destino se forme de una manera despiadada. No, simplemente no puedes volar y ser libre cuando ni tus propios pensamientos lo son, ni t...