Recuerdo 10. Marca indeleble

136 6 105
                                    

Solo quería ser feliz, que en su pecho aquel cálido sentir regresara, donde sus días tuvieran color y dejaran de ser grises. Quería abrazarla de nuevo, besarla y que su fantasía se cumpliera. Un hada se acercó a él y con su colorido aspecto un deseo le concedió, donde al jugar con la realidad, aquello que su corazón gritaba le dio. La felicidad regresó, la calidez lo abrazó y el mundo de un diverso arcoíris se coloreó.

Sin embargo, una deuda pendiente quedó.

Ella debía morir para que el presente no se cancelara. Algo fácil de pagar, solo debía esperar el momento perfecto y una mano que el guardián del destino le proporcionaría. Con lo que el hada no contó, es que desde el momento en el que ella nació en el destino de él se convirtió. Así fue como la anomalía comenzó.

El destino es un ser muy estricto, por lo que respetó lo que desde el nacimiento se dictó. Donde ella vivió y la razón de su deseo él olvidó.

Donde los tres juntos no deben estar. Un mundo donde si uno vive, ellos dos no lo hacen. La flor se comienza a marchitar y la cuenta regresiva empieza a marchar.

Lily una lección debe aprender. Las reglas no se pueden romper, no importa el nivel que tengas de poder.

 Las reglas no se pueden romper, no importa el nivel que tengas de poder

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucille no se había movido de su asiento ni un milímetro. Bajó su mirada gris e inspiró para tratar de calmarse, el corazón aún le latía a mil y sentía como este golpeteaba su pecho. Esa era la sensación que la tal Mónica le transmitía y la odiaba. Sentía los insistentes ojos de Ethan sobre ella, en los labios de Lucille se formó una mueca a la imaginación de los pensamientos del muchacho.

—No me disculparé —masculló Lucille con voz quebradiza—, no lo haré con ella ni con Lucy. Si quieres hacerlo tú hazlo, pero de mis labios no escucharás nada.

La muchacha cerró los ojos a la espera de una reprensión, sin embargo, solo escuchó el sonido de metal golpear contra la porcelana. Curiosa volteó y notó a su amigo comer la tarta de chocolate con tranquilidad, Lucille apretó los labios con incomodidad al ver tan pobre acción de su amigo.

El chico alzó su mirada mientras estudiaba a su amiga. Había problemas que ocupaban a algún tercero, sin embargo, no con ellos. Jared se había metido en un embrollo grande con otra chica, sí lo admitía, pero su amigo ya estaba lo suficiente grande para tomar sus propias decisiones. ¿No le conmocionaba ver a Lucille en ese estado? Sí, sí lo hacía. Sin embargo, no sería tan frívolo con él y confiaría en que haría las cosas bien.

—Habla con él —aconsejó Ethan mientras daba otro bocado—. En vez de comerte la cabeza de cómo conoce a Mónica, pregúntale directamente a él.

Lucille apretó sus puños tan fuerte, que las uñas comenzaron a hacerle daño a sus palmas. De que Ethan tenía razón, la tenía y con creces. La base de una buena relación consistía en la buena comunicación y confianza. Y confiaba en Jared, sus acciones siempre fueron transparentes y sus palabras claras. Lo conocía desde siempre.

Time after timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora