17:Enemigo.

1.2K 138 26
                                    

¿Por qué cuándo las cosas parecen marchar bien, debe de ocurrir algo malo para arruinarlo todo?.

Siempre me lo he preguntado y jamás he tenido la respuesta correcta.

Por muchos años he querido saber si e tomado la decisión correcta de alejarme de mi familia, a veces me planteo que esa fue la peor decisión y otras veces la mejor.

Pero dadas las circunstancias...

Veo a Yugi en la cama, inconsciente, aún.

Siento que he tomado la decisión correcta de dejarlos.

—No... No... No quiero... —

Me acerco con cautela hacia la cama, Yugi murmura por lo bajo, pero soy capaz de escuchar sus palabras, su ceño se frunce, parece que está tenido una pesadilla.

—Duele... Por... Por favor, no. —

Me pregunto si él es capaz de recordar lo que le hicieron varios años atrás.

—No quiero... Duele... Deténganse . —

Yo creo que solo su subconsciente lo recuerda.

—No... —

—Shhh. — Limpio una lagrima de Yugi, esta llorando dormido, está sufriendo en esa pesadilla. Quisiera poder borrar ese horrendo recuerdo que atormenta sus sueños, pero no puedo. Lo único que puedo hacer es aliviar un poco su dolor.

Acaricio su cabeza con suavidad, me acuesto alado de él y le brindó un poco de mi compañía, espero que con mi cercanía pueda calmarse.

El cuerpo de Yugi parece tranquilizarse, gira sobre su propio eje y sin pensarlo se acerca a mi, me abraza por la cintura y su cabeza se recuesta en mi pecho, me quedó inmóvil unos segundos pensando que lo había despertado, pero cuando escuché su respiración lenta y acompasada, me hizo sentir que él aún dormía, ahora, más tranquilo.

—Yugi, ¿serias capaz de recordarme, compañero?. —


Por la mañana soy el primero en despertarme debido a que siento la presencia de aquella fémina que me mira con esos ojos morados, los brazos cruzados y la mirada seria.

— Buenos días dormilón, ¿qué tal la noche?. —

—Agitada. — Respondí ante la rubia, palpo mi cuerpo, pero de inmediato siento otro, el de Yugi que sigue abrazándome como si de su peluche personal fuera.

— ¿Hubo cambios físicos en él?. —

—Digamos que esta en la primera fase, aún qué me preocupa que avance muy rápido a la tercera. —

Mai levanta una ceja, su gesto se frunce enseguida.

—¿A que te refieres?. —

—Heba se apareció ayer por la noche, tomó posesión de Yugi y llegó a amenazarme. — Con cuidado me levante, no quería despertar a Yugi.

—¿Heba estuvo aquí?. —

—Sí. —

Mi amiga comenzó a caminar alrededor de la habitación, sabía por lo que estaba pensando y tal vez me reclame del por qué no le hable en el momento, ya que ellos dos, tenían asuntos pendientes que atender.

— ¿Qué te dijo?. —

—Lo que era de esperarse de él. —Resumí.

—¿Más en específico?. —

—Quiere deshacerse de la esencia de Yugi. —

Ella ríe.

—Típico  de él. — Dice ella. —Supongo que aún envidia a Yugi aún después de la muerte. —

Avanza hacia la ventana, corre un poco la cortina y la luz de la mañana blanca ilumina un poco la habitación.

—Hace mucho frío, deberías abrigar bien a Yugi, no queremos que se enferme. Aún que eso, creo que será imposible si te tiene a su lado. —

—Te recuerdo que ese no es mi objetivo. —

—Tampoco era el objetivo de tu hermano enamorarse de Yugi y miralo ahora, buscando a su omega por todos lados, rastreandolo, adorando lo y anhelando su regreso hacia sus brazos donde no dejara que Yugi se vuelva a escapar.—

—Mai. — Advertí con voz gruesa.

— Ya, me callo, solo quería recordarte lo que nos espera, después de todo... —Abrió la ventana y la ventisca de la nieve se colo por la habitación. —Ya está aquí. —

- - - - - - - - - - - - -

Continuará.

- - - - - - - - - - - - -




Mi Esposo ¿Es Un Alfa? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora