2:Luna de miel.

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Con el cinturón asegurando su vida, tomo la mano de su amado, quien se encontraba a su lado izquierda del piloto.

El moreno le sonrió y Yugi correspondió el gesto gustoso, vaya que le encantaba esa sonrisa, sobre todo esos ojos de color carmín que lo miraban con mucho cariño.

—¿Listo? —Fue la pregunta que formulo Atem antes de poder encender la camioneta y dirigirse hacia su destino.

Yugi, aun que nervioso y algo ansioso, asintió con valor sabiendo que después de la boda seguiría su luna de miel.

—Sí. —Respondió seguro de si mismo.

—Esta bien, pues allá vamos.—

La camioneta arranco y con ello se puso en marcha mientras sus invitados los despedían felices pues todavía seguía la fiesta, mientras ellos se dirigían hacia donde se llevaría acabo su unión como pareja.

—Y este lugar—Inició la conversación Yugi para calmar los nervios que traía.—¿Lo conoces?—

La curiosidad llenaba a Yugi aparte de estar nervioso y ansioso, la emoción le recorría todo el cuerpo.

—Claro que si. —Respondió Atem con una gran sonrisa.—Sino, no tendría caso que fuéramos.—Añadió burlesco hacía su Hikari.— Además, pienso que es el lugar perfecto para nuestra luna de miel.—

Como si esas palabras: "luna de miel" fueran un interruptor de encendido, las mejillas del amatista se encendieron en un tonó carmín.

—Te confieso algo?—Dijo Atem en un aire romántico, así llevaría más rápido el transcurso al lugar, además de que le gustaba mucho ver el sonrojado rostro de su pequeño esposo.—Me gusta como te sonrojas; La manera en lo que lo haces es muy tierna, me cautiva y me dan unas enormes ganas de pellizcar tus mejillas hasta que estas se vuelvan de un tono más rojo.—

Yugi estaba boquiabierto y algo sorprendido, nunca le había dicho a él que le encantaban sus mejillas cuando estas adquerian color; Un hermoso rojo cereza que pintaban sus mejillas.

—¿E-Enserio? —Tartamudo dijo. Atem asiente, su sonrisa se alarga más. Yugi se sonrojo aun más. —G-Gracias.—

—Es un placer. —

El camino se fue haciendo más largo. Nunca Yugi lo había sentido así, junto con una pequeña incomodidad que lo hacía sentir indefenso pero a la vez seguro cuando esos ojos lo miraban o esa sonrisa se alargaba más sin mostrar maldad en sus labios. Miraba el perfil de su esposo; Se veía hermoso, como si su belleza fuera una irrealidad, su piel bronceada parecía brillar junto con los rayos de la preciosa luna mientras sus ojos tenían un brillo tan intenso que volvían sus ojos dos piedras preciosas; rubíes.

Y sin dudarlo hablo:

—¿Te confieso algo?.—

Atem seguía sin quitar su sonrisa, adoraba oír la voz de Yugi pero el que  le confesara algo le daba un poco de emoción al viaje. Su chico era tierno y lindo . Así que asintió sin dudar.

—Me gusta tú sonrisa.—Confesó Yugi . Atem le dio una mirada rápida a Yugi en señal de gratitud. —Y el color de tus ojos. —Continuó. —Son hermosos.—Agregó y el bochorno aumento en las mejillas del amatistas mientras el tricolor mayor se ruborizaba lentamente, gracias a Ra que bueno que era de noche. —Tu piel me gusta.—

Atem levantó una ceja, ¿Esa fue una insinuación?

Yugi se dio cuenta de la cara que había hecho Atem; ¡Lo había malinterpretado! 

Mi Esposo ¿Es Un Alfa? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora