22: Comienza el contra tiempo.

999 105 34
                                    

El pequeño tacto cálido que dio a parar en mis labios hizo mantener mi mente en blanco durante unos segundos en los que pude tener calma total.

La marca, que antes estaba perjudicándome, había parado su dolor regalándome paz.

No hay más ardor, no hay dolor, no hay molestia ni incomodidad. Todo estaba bien. 

Yami por fin se separo de mis labios mientras me miraba fijamente y yo a él.

-¿Por qué?. -

-Perdona mi  imprudencia, pero así no duele ¿verdad?, la marca. -Me dijo. Acaricio mi mejilla y con su pulgar me dio otra caricia que hizo que cerrara los ojos, agradecí internamente, aquello me reconforto de mil maneras. 

-No vuelvas hacer eso. - Dije una vez tuve los ojos abiertos, note un poco de dolor en sus ojos pero lo ignore dándole la espalda. - Pasando a otro tema, ¿Cuál es el plan para llegar con tu curandero que mencionaste?

- Ir viajando todo el día, solo dando las respectivas paradas para descansar un poco y alimentarnos y seguir adelante hasta llegar a Kenrra. -

-¿Kenrra? -

Nunca había escuchado un lugar así.

-Es una villa que esta afuera del alcance de la civilización, llena de curanderos y plantas medicinales, es como dicen por ahí, un pueblo mágico- Me sonríe. -  van a ayudarte. -

-No lo dudo, es solo que, ¿Dónde esta ubicada exactamente?, quiero decir, si quiera Ate... él, ¿lo sabe?. -Me corregí antes de empeorar las cosas.

Yami negó, camino por la habitación y saco un par de mochilas de cuero donde comenzó a echar todo lo que había comprado cuando llegamos al motel de paso, menos mal  tenía una tienda de ropa y otra tienda de comestibles.

Empaco la poca ropa que compro, algunos utensilios de aseo personal y aquello que me hacía temblar el cuerpo; dos armas de fuego y un cuchillo de cacería, un arma la echo en una de las mochilas de cuero y la otra se la equipo al igual que el cuchillo. Después fue hasta el pequeño armario destartalado y de ahí saco una chaqueta la cual se puso y un zarape de tonos cafés que me lo coloco .

-El camino será friolento, es mejor salir abrigados, será muy largo por lo que pedí un desayuno y café. -

-No me gusta el café.- 

-Lo decía por mí. - Me dijo. - Dudo que sepas conducir .-

-Claro que sé-  Respondí un poco molesto. Se que trata de ayudarme, pero esto, el que me trate como una dama en peligro y que no sepa como cuidarme era ridículo.  -Solo en cuanto te canses yo te relevo.-

-No. -

-Puedo ayudar. - Dije molesto. 

-No lo dudo. - Me rebatió.- Pero en tu condición no puedes manejar, solo la diosa luna sabe cuanto tiempo te queda antes de que los verdaderos síntomas comiencen a lastimarte y a cambiarte.- 

Aquello me dio un escalofrió, ¿Había más síntomas dolorosos?

-¿Cómo cuales?.- Pregunte con temor.

-El cambio físico es uno de los más principales, tu cuerpo comienza a cambiar de manera súbita. - Se comenzó alejar de mi caminando y yo lo seguí por detrás. Cerró la puerta de la habitación, le quite una de las mochilas y lo ayude a cargar con la maletas.

Bajamos las escaleras pasamos por la recepción, dejamos la llave y nos encaminamos hacía el pequeño local de comida.

-No se como se siente, pero ¿alguna vez has escuchado acerca de los cólicos menstruales? .-

-Sí.- Respondí confundido, ¿Qué tenia que ver con el...?.- ¡Joder!, ¿¡Me voy a desangrar?!. - Grite con miedo haciendo que los pocos clientes me vieran raro e incluso unos querían burlarse de mi, eso me importo tan poco cuando se trataba de mi salud. - ¡¡JODER VOY A MOR...¡¡HMMM!!. -

Yami tapo mi boca con su mano, ¡yo estaba que me mieaba del miedo!, ¡¿Cómo que a menstruar?!, ¡eso no era posible!

-Lo siento, lo siento, mi compañero aun sigue pasado de copas. Por favor no le hagan caso. -Yami les hablaba a los otros comensales mientras yo estaba tratando de sacarme de su agarre, el cabrón si que era muy fuerte, no podía creer que con una mano pudiera callarme  y retenerme.

Pronto comencé a cansarme, pero a cansarme muy rápido porqué de repente sentí como mis piernas temblaban y se comenzaban a flexionar, esto no era normal. 

-¿Estas bien?. - Pregunto Yami sosteniéndome firme, de manera que no me cayera, su mano, la que antes me retenía la voz, ahora sostenía mi cadera.

-Un poco...- Jadee. - Cansado. -

-Mierda... ¿Cuan cansado te sientes?. - Me pregunto bajamente notando la mirada curiosa de los demás. 

-Cómo para no poder caminar. - Y si lo intentaba estaba seguro que caería.

-¿Qué?. -Se escucho sorprendido Yami, después de eso me levanto como a un costal y le dijo a la señorita que lo esperara con su orden en unos minutos volvería por la comida después de dejarme en una Jeep negra.

Yami con todo el cuidado posible, abrió la puerta  del copiloto me deposito en el lugar, me coloco el cinturón de seguridad , yo lo mire un poco con la vista cansada.

¿Qué mierda me pasaba?, ¿esto era uno de los síntomas? ¿O es algo derivado de la infección de mi cuello?, ¿no estaba avanzando muy rápido?... Eso me asusto.

-No llores. - Me pedio Yami en una sutil voz que trataba de reconfortarme.

-No ha empezado el viaje y ya me siento mal. - Llore, sentía las gruesas lagrimas bajar por mis ojos empapando mi cara. - Esto es una mierda, no creo poder lograrlo, voy a morir... -Oculte mi rostro en mis manos.

Escuche un gruñido molesto de Yami para luego descubrir mi rostro, ambas manos sostenían mi desastroso rostro.

-No, no vas a morir. -Aseguro.-Al Yugi que yo conozco no se rinde demasiado rápido. - Retiro mis lagrimas con sus pulgares. - Cuando las cosas se ponen pesadas, ¿Qué es lo que hace?. - Me mira con un brillo en sus ojos . Yo no se que responder. -Se ponen tan terco como una mula y luego dice...

-¿Cómo putas no voy a poder con esto?. -  Dijimos al mismo tiempo mientras me quedaba desconcertado, ¿Cómo él sabía que yo decía eso?.

-Así que...- Continuo limpiándome las lagrimas con la manga de su chaqueta. - Muéstrame lo terco que eres. - Después se acerco a mi y beso mi frente. 

¿Qué le muestre?...


Continuará...





Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 28, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Esposo ¿Es Un Alfa? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora