Capítulo XXI

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―No.

La grave y fuerte voz de la Senju llamó la atención de todos, obligándolos a observarla con confusión ante su breve interrupción.

―¿No? ―Preguntó el Uchiha confundido― ¿Qué estás diciendo?

―No vas a recuperar ese tiempo; no vas a recuperarnos.― Habló fría, seca y muy furiosa.

―No te comprendo. ―Dijo Madara, con un toque de confusión, debido a que esa era una respuesta a sus pensamientos.

―Nos perdiste desde el primer momento es que pusiste un pie fuera de la Aldea, Izuna nunca supo quién fuiste, él sólo conoció lo bueno que yo le pude contar de ti. ―De alguna manera; la mirada castaña de Yagura, ahora estaba nublada― Te perdiste de sus mejores años, creyendo que visitarlo entre sueños podría hacer alguna diferencia, tuviste tanto tiempo para regresar y no lo hiciste, tan sólo... el día de mi muerte, nunca estuviste.

Algo dentro del inmune corazón de Madara dolía, ella tenía la boca llena de razón; no estuvo en ningún momento. A pesar de las visitas, de los continuos Genjutsus en los que enredaba a su amada e hijo, de las incontables veces que durmió a su lado sin que ella sospechara algo, era verdad; ella nunca supo que él estuvo ahí.

―¡Hashirama, necesito que traigas la infusión que está en la cocina, rápido!

La voz apurada de Mito, los pesados pero rápidos pasos de Hashirama y la completa comunidad Uchiha esperando a una respuesta para saber acerca del estado de su líder temporal, todos estaban tensos.

Mientras tanto, Yagura con la vista nublada y el corazón cada vez más débil no paraba de murmurar palabras poco entendibles para Mito.

―Por favor, Yagura, deja de esforzarte, necesito que te relajes...

La Uzumaki era completamente consciente de lo que sucedía con la castaña, pero por más que la pelirroja le había prohibido seguir haciéndolo, ella no se había detenido ni por un momento.

―¡Por favor detente!

Mito rogaba por la vida de la castaña, utilizando todo su chakra intentaba que el corazón de Yagura siguiera latiendo con regularidad, pero eso era algo que no duraría para siempre.

―¡Hashirama! ―Desesperada, la pelirroja gritó nuevamente, esperando a que su esposo finalmente le llevase lo que le había pedido.

Su pulso, cada vez más débil, mientras la pelirroja lo único que hacía era dedicar todo su chakra a la vida de Yagura, parecía que no habría resultado. Finalmente después de unos segundos, Hashirama entró corriendo a la habitación con una taza en mano.

Por favor, daselo a beber, se delicado... Ordenó, sin quitar sus manos del pecho pálido de la mujer.

Vamos, Yagura... aún tenemos mucho que hacer aquí juntos. murmuró Hashirama, tomando con delicadeza la cabeza de su hermana.

Una breve sonrisa entre palabras poco entendibles se asomó por el rostro de Yagura, por un momento detuvo lo que estuvo haciendo, para mirar detenidamente a su hermano; con lentitud y una pesadez impactante, Yagura movió su mano sobre la de su hermano, negando lentamente con la cabeza. Ella no quería el té. Era una señal bastante clara para ambos presentes.

El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha | [2da Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora