Después de aquel encuentro, el pequeño venía cada día a verme, así duramos unos 3 meses. Él platica mientras yo solo lo escuchaba y asentía o negaba a lo que decía.
Su compañía fue algo maravilloso, desde hace mucho tiempo que no sentía aquella paz desde que era un niño y este chiquillo me dio una calma y tranquilidad impresionante.
Lo observaba siempre, su cara, sus labios, su voz, su risa, su cuerpo y su personalidad; era algo que siempre me fascinaba y me daba deseos de jamás dejarlo ir.
Pero para mi mala suerte, Luffy, se había ido a otro país. El día en que me lo dijo lloraba a mares diciendo que no quería irse y que se quería quedar conmigo; yo lo había abrazado como si temiera que si se fuera a desvanecer en cualquier momento.
Yo tampoco quería que se fuera, que me dejara
-No llores Luffy, no hay porque, aunque te vayas yo no te olvidaré-
Le susurré mientras le secaba las lágrimas de sus ojos y le besaba las mejillas
-¿Lo prometes Kata?- me suplicaba, rogando de que haga la promesa
-Te lo prometo- y le di mi mayor posesión, un collar que tenia colgando un diente de tiburón
-Este collar te lo doy para que siempre me recuerdes y, verás que algún día, nos volvamos a ver- finalice para darle un beso en sus labios. Obviamente era su primer beso por lo cual e azabache se quedó estático, pero cerró los ojos y se dejó guiar
Luego nos separamos y dijo que se tenía que ir ya que mañana partían del país, me dio un último abrazo y se fue
Desde eso han pasado 12 años, yo también desde que el se había ido yo me mudé a Europa por los negocios de mi a madre en donde pasé 4 años continuando mis estudios y para posteriormente tardar 2 años en prepararme para atender el negocio de mi familia.
Culminando con mi estadía en Europa viaje durante un año por varios países para tratar de recabar información sobre mi pequeño.
Ah, no hubo día en el que no pensara en el, cada día me preguntaba cómo estaba; que estará haciendo........si aún se acordará de mi.
Siempre que pensaba en eso un miedo gigantesco se apoderaba de mi, temía con el solo pensamiento de que el me haya olvidado. No podría soportarlo, que él me olvide, preferiría morir antes de que ya no me recuerde.
Pero también otro horrible pensamiento albergaba mi cabeza......la probabilidad de que tenga a alguien más.
El mero pensamiento me repugna, me asquea. La ira se apoderaba de mi cada vez que lo imaginaba; jamás permitiré que alguien más lo tenga.
Él es mío
Desde aquel día que chocó conmigo y me dio calidez que yo había dado dado por perdida decidí que lo haría mío
A cualquier costo, cueste lo que es me cueste
Había pasado 5 años en investigar sobre Luffy, donde estudiaba, donde vivía, con quien vivía, su familia, la gente con quien estaba; a ellos los investigaba más a fondo. Los gustos de mi ángel y sus disgustos, sus pasatiempos y su rutina diaria, todo y absolutamente todo lo investigué.
No fue difícil dar con su paradero, aquel día 5 de mayo era su cumpleaños y decidí sorprender a mi ángel.
Me había vestido con mi mejor traje, tenía un ramo de rosas y fui a recogerlo a su colegio.
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