Dos palabras para decirles lo que se viene.......... pussy boy eso es todo
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Ah el día del amor y la amistad, San Valentín, o como sea que ustedes le digan al 14 de febrero, el día donde hay un chingo de mercancía con la temática de corazones. Dónde hoy se venden chocolates, dulces, flores, peluches y muchos descuentos en tiendas y restaurantes solo por San Valentín.
A Katakuri nunca le llamó la atención esta celebración, solo le gustaba por los dulces (más si son donas) que recibía por parte de sus hermanos y, para su consternación, de sus empleados (más específico mujeres).
Hoy tenía planeado volver a casa temprano, no quería pasar mucho tiempo en la empresa trabajando, no cuando tiene unos deliciosos dulces que comer junto a su esposo ese día.
Desde que habían comenzado a salir hace 5 años, ellos tenían la costumbre de pasar el 14 de Febrero ellos solos, degustando los chocolates y dulces en la comodidad de su hogar, disfrutar de un delicioso almuerzo (o cena) en algún restaurante o bueno, disfrutar el San Valentín de manera más......candente.
Esta vez su pelinegro le había enviado un mensaje por whatsapp, diciendo que lo estaba esperando en casa con su regalo liso, aquel mensaje lo tentó y fue suficiente para acelerar su ritmo en terminar el papeleo y despedir temprano a todos hoy.
Así que dicho y hecho, abandonó el edificio donde trabajaba, se subió a su auto y condujo hasta su hogar donde su pequeño lo estaría esperando con una agradable sorpresa. No le tomó más de 20 minutos llegar a su residencia, una casa no muy grande pero tampoco pequeña, era del espacio perfecto para un matrimonio.
Salió del auto, y entró a la casa, lo primero en llamarle la atención fue que todo estaba en silencio, conociendo a Luffy mínimo le habría recibido con un abrazo sorpresa y un beso. Pero no se encontraba a la vista.
Otro aspecto que notó es que las cortinas de la sala estaban cerradas, dando un poco de oscuridad al lugar, al pelinegro le gustaba que todo esté iluminado así que eso era raro, pero su línea de pensamiento se detuvo cuando su nariz detectó un olor peculiar.
Vainilla, olía a vainilla, Katakuri decidió seguir el olor, el olor venía de su habitación, la cual la puerta de esta estaba medio abierta y el aroma de la vainilla era más fuerte.
Ya estando más cerca de su cuarto, escuchó leves quejidos de alguien, conque ahí estaba el menor, tomó el picaporte y abrió un poco la puerta, deseando saber que estaba haciendo el moreno. Escuchó los quejidos un poco más fuerte y sonaban temblorosos, decidió entrar de una vez.
—¿Luffy?— se aventuró a terminar de abrir la puerta encontrándose con una agradable vista
Su querido esposo estaba en la cama, con solo una camisa (su camisa), alrededor de la cama había chocolates y juguetes sexuales esparcidos por las sábanas, y en la mesa que esta a un lado de la cama había una vela encendida, una vela aromatizante grande de vainilla.
¿Pero lo mejor?, el pelinegro estaba acostado, sus piernas temblaban a la par que jadeaba de placer, soltando gemidos necesitados y tomaba con fuerza el dobladillo de la camisa y lo jalaba, desesperado por aferrarse a algo en medio de tanto placer.
—Vaya, ¿así que este es el regalo del que me hablabas cariño?— al ir entrando al cuarto se fue quitando el estorboso traje de 3 piezas junto a su cubre boca y se acercó a donde Luffy gemía sin parar
En cambio el monito al escuchar la voz de Katakuri y sentir que se posicionaba sobre el abrió los ojos, se sintió un poco avergonzado de que lo haya encontrado en medio de su actividad.
