Después de media hora el joven logró llevarse a Katakuri a su hogar; no sin antes darle una visita al veterinario para que lo vacunaran y revisaran si no tenia pulgas, garrapatas o alguna infección.
Cabe resaltar que el gran danés estuvo inquieto durante toda la consulta. Pero gracias a su nuevo dueño que siempre estaba cerca calmandolo no fue tan difícil la revisión médica.
-Tú perro si que es bastante grande mocoso, diría que demasiado incluso para un perro de su raza- decía la veterinaria mientras observaba al can y este se removía cada vez que tocaba su cabeza
-¿y eso es malo?- preguntó palmando el costado del perro
-No, pero si que es muy inusual que un gran danés macho sea de este tamaño ¿Sabes cual es su edad?-
-Los del refugio me dijeron que parecía que tenia casi dos años-
Kureha alzó una ceja no creyendo lo que decía ¿un perro de casi dos años tenía ese tamaño? bueno era eso o los del refugio eran unos idiotas.
-Muy bien, oye mocoso ¿le dejarás esa placa y collar o le darás otros?-
El pelinegro observó la placa plateada con el grabado del nombre del perro "Katakuri"
-Nah, se la dejaré, parece que le gusta mucho su nombre ¿verdad amigo?- el perro ladro de forma un tanto orgullosa pero afirmativa.
Al terminar la revisión Kureha le había recetado ciertos cuidados en cuanto al hocico del perro por su falta de beltos.
Llegaron a su hogar y fueron recibidos por otros tres perros, un gato y un conejo; los canes se abalanzaron hacia él pelinegro dándole varias lamidas en su rostro chillando y ladrando de emoción.
-Woah, hey tranquilos chicos, shishishi estoy de regreso- a cada perro le dio caricias y palmadas en la cabeza
Katakuri podía ver lo amable que era su nuevo amo con los animales, eso lo hizo sentir un poco celoso y en respuesta dió un ladrido logrando captar la atención de los animales y de Luffy.
-Shishishi es cierto, muchachos les presento a Katakuri, ahora vivirá con nosotros y será parte de la familia. Sean buenos con él- decía mientras tenía al conejo en una mano y acariciaba a Katakuri con la otra
Los demás animales le observaban con mucho detenimiento, analizando y viendo si podían confiar en el nuevo inquilino.
Las demás mascotas eran un doberman, un pitbull y un pastor alemán; un gato de bengala y una coneja.
Luffy desde que era pequeño amaba a los animales y había desarrollado un hábito de salvar animales.
Cuando el tenía 16 años en un viaje había salvado a una pantera negra de ser asesinada por cazadores ilegales y al tener 18 rescató a un tiburón ballena de una red de pesca.
Desde ese entonces había rescatado a muchos animales: claros ejemplos eran sus mascotas.
El doberman había sido arrebatado de su madre cuando apenas tenía unas semanas de nacido y los que lo tenían lo maltrataban mucho, tanto que le sacaron un ojo y quedó con la cicatriz; después lo abandonaron y Luffy lo encontró.
El pitbull, al igual que Katakuri, había sido víctima de las peleas de perros y ahora tiene 3 cicatrices en la parte derecha de su cara y le falta la pata delantera derecha, pero tiene una prótesis.
El pastor alemán era maltratado por su anterior dueño, con ayuda de la policía detuvieron al tipo y logró tener la custodia del perro.
Con el gato, lo había encontrado en su patio herido, había tenido una fuerte pelea con un águila y con rápida intervención médica logró curarse. Para cuando estuvo totalmente recuperado, el gato decidió quedarse con él.
