Ok antes de comenzar el shot no sabia si esto podría contar como Katalu porque uno de la pareja es un perro pero me vale verga yo lo voy a poner
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En el bajo mundo eran bastante conocidos los negocios que se manejaban ahí: prostitución, tráfico, robo, peleas ilegales etcétera.
Y de lo que hablamos en especifico en este caso son peleas de perros.
Era bien conocido que Charlotte Linlin alias "Big Mom", era la mujer más poderosa del bajo mundo. Era tanto temida como respetada; todo gracias a los múltiples negocios que ésta manejaba y uno de ellos era las peleas de perros.
Su perro ganador era un gran danés; precioso de patas largas y fuertes. De cuerpo fuerte, macizo y de buena altura a la cruz; orejas bien alzadas y su pelaje reluciente y azabache hacia que diera una imagen majestuosa (multimedia).
Su nombre "Katakuri" brillaba en su placa de metal el cual era sostenido por un collar de cuero negro con unos pinchos dándole un toque bastante rudo.
El gran danés nunca había perdido en ninguna pelea, era el gran campeón en ese terreno y siempre salía invicto de las peleas de perros.
Más sin embargo, un día mientras luchaba contra un pastor alemán bajó la guardia y el otro perro aprovechó para atacarlo.
El pastor alemán le había mordido con fiereza su hocico y beltos; y al intentar quitárselo de encima sólo consiguió que le arrancaran los beltos y le lastimaran parte de su cráneo y hocico.
Al final de la pelea, Katakuri había terminado con feas cicatrices en el hocico y en ambas partes de su cráneo casi llegando a las orejas.
Su dentadura había quedado totalmente expuesta y gracias a sus cicatrices que tenía había adquirido una apariencia demasiado feroz.
Pero a Big Mom no le servía de nada un perro atemorizante si había perdido contra aquel perro.
Así que se había dirigido junto a su perro y guardaespaldas a un callejón y jaló a Katakuri por su collar y con voz indiferente pero llena de rabia espetó
-Ya no me eres útil, lárgate y piérdete de mi vista animal estúpido, tienes suerte de que te tuviera un poco de compasión o ya te hubiera matado yo misma-
Fue lo último que le dijo la mujer antes de patearlo y dejarlo abandonado en aquel callejón.
El perro, que quería mucho a su dueña, intentó ir detrás de ella y sus gorilas pero uno de los guardaespaldas vió a Katakuri queriendo acercarse; así que sacó su pistola y disparó cerca del gran danés dándole una clara advertencia de que no se acercara y se alejara.
Se apresuraron para irse en su carro, dejando a Katakuri con su corazón roto al ver que la humana que tanto quiso y que competía en varias peleas siempre saliendo victorioso para complacerla y hacerla felíz, lo abandonaba como un objeto viejo.
El tiempo pasaba y el pobre can deambulaba por las calles buscando algo para comer. Tenía bastante hambre, ya era de noche y desde que lo abandonaron en la mañana no había probado bocado alguno.
Para su fortuna vió trozos de carne y pollo en el piso cerca de un bote de basura de un restaurante.
Se acercó al bote de basura y cuando estaba tan cerca del alimento una manada de perros callejeros apareció, gruñendo y ladrando reclamando que las sobras eran suyas. Obviamente el gran danés no se dejó intimidar y les respondió con más fiereza.
Pero los perros no retrocedieron, en cambio se abalanzaron hacia él; el estar en peleas de perros por tanto tiempo era un factor peligroso y beneficioso al mismo tiempo para un perro como Katakuri y le dió una clara ventaja contra la manada de canes desafiantes.
