Luna roja; ns

feel me;

ruelle; game of survival

Ojos azules observó a Harry durante unos segundos, estaba molesto con él por ocultarle información, pero también estaba aterrado, y no quería dejarlo ir. El Vampiro los había llevado a una casa de seguridad ubicada en un bosque a las afueras de la ciudad, un buen escondite sin duda alguna, fuera de los radares de Brujos y Lobos, pero Niall no quería quedarse ahí, quería ir con Harry y protegerlo de todos los idiotas que quisieran hacerle daño, sin embargo también debía pensar en la seguridad de sus hijos, era algo complicado para el.

"No me mires así, lo único que quiero es que estén a salvo." Styles bufo, tomando por los hombros a su querido y gruñón Omega. "Los niños y tú son lo más preciado que tengo, no puedo exponerlos al peligro."

"Pero tu..."

"Importan ustedes." Interrumpió el ojiverde, bajando sus manos hasta tomar las del menor. "Yo voy a estar bien."

Niall bajó la mirada, esas palabras no lo hacían sentir mejor, quería proteger a Harry personalmente, su animal interno le rogaba que lo hiciera, pero no podía y eso lo hacia sentir inútil.

Harry lo obligó a subir la mirada cuando le tomó el mentón. "Te juro por nuestros hijos que no voy a dejarte solo, que voy a volver, y lo haré muy pronto, sólo tengo que matar a Yaser y a su estúpido hijo."

"Lo dices como si fuera tan fácil." Niall gruñó y desvió la vista.

"Matar para mí no es difícil, lo hice durante mucho tiempo." Contestó el mayor y se acercó más al cuerpo de su pareja, hasta que pasó sus brazos por aquella cintura que tanto le gustaba y acercó sus labios a la mejilla ajena para plantarle un suave besó. "Sabíamos que este día tenía que llegar, cachorro."

Niall suspiró pesadamente y terminó por abrazar al Vampiro con fuerza, memorizando cada centímetro, cada olor y cada color de aquel hombre, de su hombre. "Tienes que cumplir tu juramento."

"Lo haré." Harry le besó la frente y después bajo hasta sus labios, dejando un perfecto y húmedo besó en ellos, y cuando se separó le susurró al oído un suave. "Te amo."

"Te amo también." Niall respondió y volvió a besarlo, por lo que parecieron minutos, pero fueron interrumpidos por un Liam armado hasta los dientes, el cual entró a la estancia sin previo aviso.

"Debemos irnos." Dijo Payne.

Harry asintió y besó nuevamente la frente de su Omega antes de salir, hacía ya unos minutos había ido a ver a sus hijos y también se había despedido de Martha, Noah, Roland, Louis, y Elías, los cuales acompañarian a Niall esa noche.

Horan vio al amor de su vida cruzar el umbral de la puerta y Roland comenzó hacer un hechizo para ocultar la energía contenida en la casa, así sería casi imposible que los encontrarán.

"Muchas gracias por ayudarnos." Niall le dijo al Brujo cuando este había terminado su trabajo.

"No me agradezcas, Styles a sido mi amigo durante los últimos cien años, así que no podía darle la espalda en esto." El ojimiel se encogió de hombros y tomó asiento en uno de los sofás.

Segundos después Martha entró a la estancia con una expresión cansada en el rostro y dijo. "Los niños quieren los brazos de su Madre."

Niall le sonrió reconfortante y se dirigió a la planta de arriba para dormir a sus pequeños, cuando llegó vio a Noah y a Louis sobre la cama aun lado de los bebés, intentando que dejarán de llorar.

"Oh, por fin llegas." Soltó Noah y se levantó de su lugar.

Niall se sentó en la cama y Louis le acomodo a sus hijos en ambos brazos y estos dejaron de llorar.

"¿Cómo te sientes, Lou?" Preguntó Noah, sentándose en un pequeño sofá que se encontraba a lado de la cama. "¿Ya cerro tu herida?"

"Me siento bien y mi herida ya cerro, pero la sangre de Harry me ocasiono un fuerte dolor de estómago." Comentó el ojiazul, recostándose completamente en la cama, junto a Niall.

Tiempo después, los bebés  por fin a habían quedado profundamente dormidos y Horan los pudo pasar a la cuna y se quedó mirándolos, ignorando completamente a sus amigos, quienes conversaban del ataque que habían sufrido antes de llegar a la residencia Styles.

Horan sonrió débilmente, pensando que dentro de todo lo que hizo, lo bueno y lo malo, había sido recompensado con dos angelitos y otro enorme, el cual seguramente estaría en medio de una batalla, y tenía todas sus esperanzas en él, Harry no era fácil de vencer, y lo sabía bien.

Todos lo sabían.

"Niall." Noah puso una mano en el hombro de su amigo. "Martha hizo de comer, ¿bajamos?"

El ojiazul asintió no muy convencido,  no quería separarse de los bebés, sin embargo sabía que debía alimentarse para estar lo suficientemente fuerte para cuidar de ellos.

Louis pareció adivinar sus pensamientos y dijo. "Yo me quedaré aquí."

Niall le sonrió y bajo junto a Noah, la casa no era grande, por lo que les fue fácil encontrar el comedor y Roland, Elías y Martha ya se encontraban sentados, los Omegas se sirvieron y comieron en silencio al igual que el Brujo y el Humano.

"En unas horas comenzará anochecer." Martha comentó, mirando hacia la ventana. "Tenemos que estar muy alertas."

"Liam me ayudó a poner trampas para oso alrededor de la casa, ya saben por si pasan la barrera de Roland." Elías comentó, y se levantó para dejar su plato en el fregadero. "También me dijo que habían dejado armas en una de las habitaciones."

"No pueden pasar mi barrera, porque la casa es invisible e intocable ante los ojos de cualquiera, pero puede que caigan en las trampas, será divertido." Roland murmuró con una sonrisa tirando de sus labios y también se levantó para dejar su plato, rozando el brazo de Elías accidentalmente.

Niall tambien sintió un roce y volteó hacia Noah, quien estaba a unos cuarenta centímetros de distancia de el y estaba muy ocupado comiendo como para atreverse a tocarlo.

Roland se giró y observó desconcertado a Elías. "¿Por qué tienes esa energía?"

"¿De qué hablas?" El de ojos grises fruncio el ceño.

"Tu cuerpo desprende una energía igual a la de un Lobo Omega, no entiendo." El Brujo murmuró lo último para sí mismo y puso una mano sobre el pecho del humano cuando este se descuido.

Niall sintió perfectamente como tocaban deliberadamente su pecho, incluso podía sentir la astucia de unos dedos moverse sobre su camiseta, entonces miró a Roland y este ya lo estaba mirando.

"El Brujo los unió." Murmuró el ojimiel, moviendo de un lado a otro su mano en el pecho ajeno y Horan lo sintió de nuevo. "Esto es malo, es muy malo."

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