El frío de la noche y la obscuridad que nos envuelve no es nada cuando nos encontramos juntos. Nos mantenemos cálidos y en una especie de universo en el que solo existimos él y yo. Un universo donde no hay problemas, ni tías que odian tus amistades, ni chicas que quieren recuperar a su "antiguo novio", ni drogas, ni mucho menos secuestros, disparos o casi muertes. Solo él y yo.
El agua de playa choca contra rocas a lo lejos y roza apenas la arena en la que nos encontramos él y yo acostados. Él esta boca-arriba, su brazo derecho doblado tras su cabeza haciendo una especie de almohada y su brazo izquierdo alrededor de mi cintura, mientras yo tengo como almohada su pecho. Mi cabeza sube y baja rítmicamente con su constante respiración y en mi oído derecho el sonido del latido de su corazón.
Levanto la cabeza hacia él, y encuentro unos labios perfectamente besables, una nariz recta y fina, con unos ojos con pestañas largas y chinas adornadas de unas cejas tupidas. Él esta mirando el cielo estrellado, se mueve ligeramente y nuestras miradas se cruzan. Me atrapó observandolo, me sonrojo y él suelta una pequeña risa varonil desde su ronca garganta. Nada podría ser más perfecto. Nada podría arruinar éste momento.
Una melodía suena sacandome de mis pensamientos acerca de éste hermoso hombre. Es su celular. Lo Revisa y frunce el ceño. Contesta.
— ¿Si?.. Hola, mamá... La verdad si, lo haces... Si... ¿Qué?— abre los ojos como platos mientras se sienta repentinamente. Me deja caer en la arena, no dolió, pero al parecer él no se dió cuenta—
— No creo poder... No me hagas esto— jala su cabello hacia atrás con su mano libre demostrando frustración— ¡Bien! De acuerdo—cuelga—
— ¿Qué paso?— me incorporo mirando su perfecto perfil mientras su mandíbula esta tensa, su mano aprieta su celular a tal grado que lo magulla—
— ¡Danial!— Grito. Él recuerda mi presencia y deja caer el celular y me mira—
— Tengo que encargarme de una mierda— recoge su celular y se levanta seguido de mí, alcanzo a ver por la luz de la luna una vena que se marca en su cuello—
Vagos recuerdos borrosos asaltan mi memoria como destellos, recuerdo estar en su moto, él abrazandome por la cintura mientras yo tenía enredadas mi piernas alrededor de él. Él tenía los puños cerrados con los nudillos blancos alrededor de los mangos de la moto, las cejas juntas y las venas de su cuello se marcaban. Estaba enojado.
Me tambaleo ligeramente por el repentino recuerdo. Él al parecer lo nota
— ¿Estás bien?— furia en su rostro, preocupación en su voz. ¿Es eso posible?—
— Si, estoy bien.
Él solo asiente y me mira sospechosamente. Apaga las velas y deja todo ahí, lo miro esperando a que me diga algo pero no. No pasa. Camina hacia el auto seguido por mí, quita el seguro y me abre la puerta. Cuando ya estoy dentro él rodea el auto y entra sentandose en el asiento del conductor, hace rugir el auto y antes de avanzar me dice "ponte el cinturón de seguridad" me lo pongo y lo miro con cara de "¿enserio?". Él solo se encoge de hombros en respuesta a mi mirada de "por que no te poner el cinturón tú tambien" y avanza a gran velocidad por la carretera.
Después de 25 minutos de silencio incómodo, veo unas luces y a lo lejos aviones despegando ,él estaciona fuera del aeropuerto.
— ¿Qué hacemos aqui?— El nerviosismo presente en mi voz y él solo no contesta, esta en su propio mundo murmurando cosas y veo de nuevo sus nudillos volviendose blancos y las venas de su cuello... De alguna manera para mí eso es sexy—
Cierra los ojos y quita las llaves del auto, me las da y sale del auto.
— ¿Danial?— digo mientras lo veo caminar hacia las puertas automáticas del aeropuerto, salgo corriendo y voy tras él—
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Adrenaline (Danial Malik y tu) Terminada
Novela JuvenilAlguna vez habéis estado en una montaña rusa? Esa sensación de que vas a morir en cual quier momento y lo pasas fatal pero la adrenalina te puede y vuelves a subir una y otra vez? Digamos que algo así es el amor.El no podía parar de parecer el menos...