El primer amor llega justo cuando tú corazón es puro e inocente, según Freud, pasa cuando eres pequeño , si eres un niño te enamoras de tu madre y si eres niña pasa con tu padre, pero mi primer amor no llegó de esa forma, mi primer amor sucedió en el orfanato, Sebastián , o al menos así le solía llamar antes de que se fuera y cambiarán su nombre y apellido.
Cabellos negros y cortos, ojos verdes y piel de porcelana, Sebastián era un ángel bajado del cielo, hasta las monjas solían decirlo, decían que no había un niño más hermoso que él en todo el continente.
Confesé mis sentimientos justo en día de San Valentín, la tarjeta que sostenía entre mis manos jamás fue aceptada.
-Serena, eres muy guapa, pero me gustan las niñas de ojos azules.
Por noches maldije mi genética y mi cuerpo, por noches y noches lloraba por el amor condicional que existía en el mundo, sin embargo crecí, y cuando Sebastián se fue me di cuenta que el amor iba y venía, ya que unos meses después de su adopción había olvidado que el algún punto estuve perdida por él, y cuando eso sucedió supe que las promesas de amor no eran para siempre, o al menos no en unos niños que ni siquiera sabían con certeza que era amar.
Jamás me enamoré de mi padre, sentía un profundo odio y rencor hacia él, pero sabía que buscaba partes de él en todos los hombres con lo que me relacionaría más tarde, en busca de un poco de aprobación, en busca de elogios y sinceridad, en busca de atención que nunca recibí, quería ser amada profunda e incondicionalmente.
***
Olía a cerveza, apenas comencé a despertar el olor a tabaco y cerveza llegó a mi nariz, haciéndome sentir asqueada por la falta de comida en mi estómago, el piso estaba sucio, tan pronto abrí los ojos vi la enorme capa de polvo que había en él y el colchón en el que me encontraba estaba aceptable, salvó las manchas café que juraba que en algún momento fueron sangre.
Me sentí mareada y miré a mi alrededor a detalle intentando que mi vista se acostumbrara a la oscuridad, era un lugar que yo nunca había visto, no había ventanas pero se colaba un poco de luz de algún sitio.Escuché la puerta abrirse y por instinto gatee hacia atrás con un sobresalto casi mortal, lo primero que pude ver fueron esos ojos profundos azules que no se despegaban de mi.
-Has despertado, mi hermosa Serena.- Se acercó con la intención de tocar mi mejilla y yo sólo me hundí en mi lugar para evitar su tacto.- Tranquila, preciosa, yo no te haré daño.
Volvió a acercar su mano, se veía muy sucia, sentí que me haría daño incluso cuando había dicho que no lo haría y comencé a llorar mientras balbuceaba plegarias para que no se acercase, él pareció sorprendido ante mi comportamiento, como si hubiese esperado algo diferente de mí, puso cara de fastidio y desaprobación.
-¡MALDITA SEA, DIJE TRANQUILA, ¿ACASO NO ME ESCUCHASTE?!.- Gritó con tono autoritario, quitando totalmente la faceta de tranquilidad y comprensión.
Ante el miedo de sus palabras decidí quedarme quieta y callarme antes de que perdiera su poca paciencia conmigo, Su mano sucia volvió a acercarse a mi rostro y ésta vez permití que tocara a su gusto; sus manos se sentían ásperas y grandes, un cosquilleo bajo por mi mandíbula cuándo sus dedos viajaron al rededor de ella, se veía complacido, como un cazador que acababa de atrapar a la mejor de las presas, se le notaba extasiado e incluso bastante feliz.
Esto me pasa por considerar que un sujeto que no conocía podía ser un buen partido, fui una total idiota.
-No me hagas daño.- Su sonrisa se ensanchó, al menos en la parte de sus labios, las cicatrices de sus mejillas se quedaban inmóviles en su lugar.
"Está demente".

ESTÁS LEYENDO
F A K E -L O V E (Jeff the Killer)
FanfictionSe dice que el síndrome de Estocolmo tiene mayor posibilidad de ser adquirido por las mujeres por su propio instinto maternal. Se le llama Falso Amor a este síndrome por qué los sentimientos no son reales, pero Serena no lo veía así. "Jeff es bueno...