Acto 11: Pesadilla 2

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No tenía nada de raro que a diario me despertara con un golpe nuevo, no tenía nada de raro porque podía verlo más tranquilo al descargar su ira contra cualquier cosa, más que nada, en contra mía.
Sí yo era obediente él me trataba tan dulcemente... pero si no, llegaba algún tipo de castigo torturoso y lleno de ira.
¿Cuanto llevaré aquí? Mi periodo había llegado un par de veces, incluso tuve que ponerme compresas de papel higiénico para no manchar mi ropa, Jeff odiaba que lo tuviera, decía que le asqueaba y que odiaba que me quejara de los constantes cólicos por mi falta de nutrientes.
Pero...¿Hace cuanto mi ropa ya no estaba limpia? ¿Hace cuanto me había acostumbrado a este olor? Olía a lo que Jeff olía antes, a drenaje; mis dientes... ¿Hace cuanto tenían esta macilla tan amarillenta?, mis manos, ¿Hace cuánto se veían así de delgadas?¿Cómo llegué a este punto?.
No entendía porque hace algún tiempo atrás la sensación de suciedad era como mi peor enemiga, recuerdo el aroma del apartamento, olía a manzana, mi ropa olía a suavizante, me bañaba demasiado seguido. Mi ropa no se veía así de mal, no quería verme al espejo, temia que al verme terminaría de enloquecer, terminaría por querer huir.

Extrañaba mi casa, mis muebles, mi trabajo, y más que nada extrañaba a Alex; pero tenía que quedarme aquí, me lo merecía, tenía que sufrir de alguna forma...aunque sinceramente, esto ya no parecía una tortura como antes.

Jeff the Killer me abrazaba y besaba a cada rato, un sueño hecho realidad, alguien como él estaba junto a mí. Y aunque tuviéramos malos ratos en los que sus pequeñas crisis lo llenaban, simplemente salía de la nada y regresaba con otro corazón para mí... Comencé a guardarlos en pequeños frascos con alcohol y ponerlos frente a la ventana para que se vieran hermosos, comencé a arreglarme seguido para convencerlo de que me hiciera suya, aunque igual no tenía que esforzarme tanto, él era bastante pasional en ese aspecto... Él me amaba.

***

-DANIEL, ¿DÓNDE CARAJO ESTÁS?

Comenzaba a sospechar que "Daniel" era el pequeño niño de ojos mieles de las fotos, comenzaba a creer que antes de que yo llegara también hubo otra persona ... Su falso amor.

-SERENA, TRAEME PUTA COMIDA, ¿ACASO NO VES QUE ESTOY HAMBRIENTO?

-Lo siento, amor.

Sirvo la comida tan rápido como puedo y me quedo ahí, últimamente está más distante conmigo, no me llama más por mi apodo cariñoso o me toca, simplemente se queda sentado viendo a "Daniel".
La comida se acaba y yo le suplico para que regrese a la ciudad por más comida, sin embargo a él no parece importarle tener hambre... Parece que no le importa vivir, solo quiere ver la fotografía mientras llora en silencio.

Cuando le sirvo de comer solo dejo el plato a un lado, procuro no hablarle para que no se moleste.

- Daniel... Tengo que verte, ¿Por qué te escondes? Yo no te hice nada a ti...

***
-Por favor...- Suplico cuando su miembro choca suavemente con mi entrada, él obedece y entra bruscamente, me somete y hace lo suyo mientras yo me regocijo del placer y dolor.

Así se siente el amor.

Me sieento en un estado de negación total, me siento mal al pensar en lo que estoy permitiendo pero sé que es lo correcto, justo ahora ya nadie me espera afuera, no puedo hacer más, no puedo ir a otra parte.

No me a llegado el periodo, y estoy feliz de que eso pasara, porque le daré a Jeff un "Daniel", un niño de ojos mieles como los míos, un niño que él no tendría que ver solo en fotografías.

***

Estoy lista, hoy es el día, le diré que hay un bebé en mi interior, estoy segura de que se pondrá feliz.
Lo veo de espaldas, está en el sillón, viendo a la nada.

F A K E -L O V E (Jeff the Killer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora