Acto 13: Poca cordura

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Las paredes de mi habitación estaban amarillentas y desgastadas, pero seguían siendo bonitas, entre los pasillos había un montón de gente, pero yo no podía salir, yo era peligrosa.
Los días dentro de este lugar eran rutinarios, uno idéntico al anterior, las terapias consistían en constantes medicaciones que me hacían sentir mal y terriblemente vacía, me hacía sentir como basura.

-Serena, vamos a salir al patio.

Normalmente cuando salía al patio era escoltada, no podía hacer nada más que sentarme y mirar a la nada, mi vida no tenía sentido, sólo estaba esperando a que Jeff me salvara, que viniera a sacarme de esta lugar, por lo menos quería que reconociera que yo era su más fiel compañera.

Habían pasado un par de semanas, aunque llevaba poco tiempo aquí me parecía muy lento a comparación de los supuestos tres meses y una semana en la cabaña, yo no lo sentí así, al menos no por el hecho de que los rutinarios días iban y venían; probablemente la semana más lenta fue en dónde Jeff había llevado a la chica a casa, había pasado bastante desde que Alex murió hasta que la chica llegó, probablemente mi mente no me permitió asimilar correctamente los demás días y simplemente me pareció confuso escuchar que paso tanto.

Las noches eran silenciosas, sin embargo, en esta logré escuchar como mi puerta se abría lentamente, me quedé quieta y fingí seguir dormida, sentí una leve caricia en mi pierna para después recorriera el tacto a mi pecho y finalmente mi rostro, despacio y sin prisa pasó un dedo por mi mandíbula para después acercarse y respirar cerca de mí. ¿Jeff?.

......

....















El niño de las fotos, el pequeño Daniel que ya no era tan pequeño estaba frente a mí, sus ojos mieles iguales a los míos me miraban con pena y asco.

-¿Daniel?.- Murmuré más para mí que para él, tenía la misma ropa que yo e incluso el brazalete de paciente .

-Te conozco.- Dijo con sorna.- Noté que esperabas a alguien más.

Esperaba a Jeff, lo seguía esperando, tenía que esperarlo.

-No lo esperes, no vendrá por tí, además, este es el único lugar que no pisaria por su cuenta.

- Va a venir.- Le aseguré.- Dijo que volvería.

El chico sonrió, y al hacerlo noté lo similares que eran.

-Este es un lugar seguro, no va a venir.

-¿Cómo que seguro?.

Se recargo en la pared de la habitación.

-Estoy aquí para que él no me haga daño, también para no hacer daño.

Sus ojos se nublaron y de inmediato recordé los ojos azules de Jeff en la misma situación, perdidos en la nada, sin brillo o algún tipo de esperanza.

-No veo por qué le harías daño a alguien.

-¿No lo ves? Entonces realmente no conociste a mi progenitor, el es... La clara respuesta al por qué lo dementes no deberían tener hijos.

***
Jun era una chica criada en los montes de este pueblecillo, su casa estaba situada en medio del gran bosque, vivía con sus padres.
Un día cierto individuo entró por su ventana, ella lejos de temerle se portó coqueta, Jun era una chica muy promiscua para su edad, se sintió atraída por el extraño muchacho de inmediato, y mostró sumisión total con tal de liberarse de sus pesados padres
Jun Mccann dejó que Jeffrey Woods matara a su padre y madre, de esa forma la casa quedó a su nombre y fue feliz un buen tiempo, solo que, Jeff amaba profundamente a Jun, pero Jeffrey no, Jeffrey la odiaba.
Jeff solía maltratar tanto a Jun, solía encerrarla e incluso encadenarla, él estaba obsesionado con ella y ella ya no lo quería más, Jeff pensó que sería una buena idea darle razones para quedarse con él.
Jeffrey Woods abusó sexualmente de ella infinidad de veces hasta que el síndrome de Estocolmo hizo efecto en ella, Jeff creó a Daniel... Él eligió el nombre.
Siete años más tarde Jun Mccann se suicidó en el umbral de la puerta, se apuñaló múltiples veces en el vientre, Daniel escapó y pidió ser encerrado diciendo que él había asesinado a su madre con siete años de edad.

F A K E -L O V E (Jeff the Killer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora