Mi Primer amor

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-realmente eres tú?-dijo Arnold Shortman sonriendo terriblemente sexy de lado

-ahh... ahh ... du.. ss... si ? .... bu... bueno eso creo- dijo helga casi tartamudeando, sin aliento y mordiéndose un labio

Arnold no resistió más y la abrazó, ella correspondió al abrazo resistiendo las lágrimas para no llorar,ambos querían llorar, pero después de un momento, sintieron una calma, una calma que no habían experimentado en años, todo el dolor que había en sus corazones desapareció por un instante, Era una gran paz. Helga cerró sus ojos y aspiro el aroma de el, por su parte Arnoldo asia lo mismo. Nadie dijo que era fácil, el volverse encontrar, ambos se separaron, Seguían contemplándose el uno al otro, en realidad ninguno de los dos podía creer lo que miraban. Era irreal como un sueño, un sueño del cual no querían Despertar, tantas veces que se avían llamado con el pensamiento, tantas veces que deseaban estar el uno con el otro. pues si pensaban en un lugar calmo, solo se remontaban a ese 19 de junio.

el celular de Helga los hizo regresar al ahora haciéndoles caer en cuenta, que era real ambos estaban hay, contestó sin ver la pantalla pues, temía que si apartaba la vista del rubio el desaparecería.

-Tanto odio, y rencor me tienes ?- escucho del otro lado de la bocina, era Roger pidiendo una oportunidad.

-q... qu... que?-dijo Helga sin quitar la vista del rubio aún estaba como hipnotizada.

-por que no intemtamos esto de nuevo sin ningún reproche ni nada de reclamos solo volverlo a intentar-

De repente para Helga ya no era importante la voz que tenía del otro lado de la bocina, tampoco es que fuera una fácil para enamorarse de alguien tan rápido, simplemente que frente a ella estaba el causante de sus desvelos, el primer amor de su vida, su primer beso, al que por 18 años amo y nunca sacó de su mente, el que le daba paz con solo pensarlo, hasta que un día se convenció así misma de que nunca mas lo volvería a ver y que era necesario continuar con su vida.

-estoy ocupada- y colgó la llamada

Arnold Shortman, seguía como en un trance, su corazón latía tan rápido, era perfecta, por un minuto olvido a los niños. Y que no estaban solos.

-mama tengo pueño- dijo Rachel

-ahhh... si!!- dijo sorprendida viendo a Rachel y queriendo guardar el cel, el cual se le callo, Arnold y ella intentaron tomarlo al mismo tiempo chocando sus cabezas. Por lo que rieron tontamente.

-yo... amm... hola Arnoldo... digo!! ... Arnold , qué tal, amm... vengo porque... quería... saber si aún es casa de huéspedes, verás mi....- decía avergonzada mente, Helga apartando la vista del rubio pero no pudo terminar porque el Arnold shortman la interrumpió

-porque tu casa está destruida y no tienen donde quedarse verdad ?- sonrió tontamente, pues en verdad el abrazarla despertó muchas cosas dentro de él, que no avía experimentado desde que tenía 11 se sentía como un adolescente un tonto.

Helga abrió los ojos -como rayo... -agitó su cabeza sorprendida y sonrió contestando-si-

Arnold Shortman avía pasado por su casa muchas veces en esos días, notando lo deteriorada que estaba por eso sabía, que si venían necesitarían un lugar, por lo que arreglar las otras habitaciones de sunset arms, era con ese fin.

-pasa helga...  pasen.... pasen-les dijo apartándose de la puerta para dejarlos pasar, reconoció al hijo de Helga y sus amigos a los cuales les guiño un ojo. cuando paso helga no pudo evitar notar su vestimenta, lo cual lo sonrojó, en definitiva ya no era una niña, era una mujer muy bella y tenía un cuerpo con una sensualidad arrebatante.

El hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora