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IV

Bajamos del autobús, somnolientos. Aunque enseguida reaccionamos al mirar a nuestro alrededor. Ya ha amanecido, el sol nos da en toda la cara. Niall se pone sus gafas de sol, saca de su mochila las mías y las de Liam, y nos las da. Los tres tenemos unas rayban, aunque las mías y las de Niall son un modelo clásico de pasta negra, bastante simples, y las de Liam son el modelo piloto. Este ambiente es inconcebible. Tan sólo son las ocho de la mañana y ya hay mucho movimiento por las calles. Avistamos por las carreteras californianas coches normalitos, como Nissans, Fords o Chevrolets, pero de vez en cuando, nos sorprendemos al ver algún Ferrari o algún Lamborghini circular delante de nosotros.
-¡En ese coche llevaré yo a todas las tías con las que ligue! -dice Zayn, bastante ilusionado con la idea. Este chico no sabe hablar de otra cosa.
Una señora nos mira, asustada. No me extraña nada. Yo también me asusté un poco la primera vez que conocí a Zayn.
-Cuando consigas el dinero para comprarlo, avisame, que voy contigo-le reta Louis.
Descargamos nuestras maletas del enorme y espacioso maletero del autobús. Me veo obligado a sacar la de Liam también, puesto que está ayudando a una señora mayor a recoger la suya. Cuando le conocí, pensé que era un pelota. Pero a medida que le fui conociendo, me di cuenta de que en realidad lo hace porque le encanta ayudar. Por muy pocas ganas que tenga, siempre se ofrece en todo.
Los buses aquí no son como en
Londres. Cada autobús tiene un color y una forma diferente. Voy a echar de menos los buses rojos típicos londinenses. Aunque sólo son dos meses.
Cuando todos hemos recuperado nuestras maletas, nos dirigimos con ayuda del mapa de Liam a la sede del Beach & Fun Summer Camp, que es el nombre del campamento. Se supone que allí alguien llamará a un taxi para que nos lleve a la costa dónde se supone que éste se encuentra. Una señora muy amable nos desea mucha suerte antes de subir al taxi.
Los Ángeles no es sólo una ciudad rodeada de palmeras con un muy buen ambiente. Desde el punto de vista cultural, hablar de Los Ángeles es hablar sin lugar a dudas del cine, de Hollywood, la zona de producción cinematográfica más importante y deseada del mundo, pero además la música, la televisión o el arte tiene también un lugar destacado en la ciudad. Estoy deseando visitar Hollywood.
Puede que este campamento me vaya a gustar más de lo que me imagino.
Niall se pasa los veinte minutos de viaje inquieto, subiendo y bajando la ventanilla. Se suele inquietar cuando está sobresaltado, debido a la emoción. Se decide por fin en dejarla bajada durante todo el trayecto. Zayn no duda en aprovechar el momento y comienza a gritarle a las americanas que pasean por la calle cosas bastante pervertidas. Sus frases favoritas suelen ser: ¡Eh, preciosa! ¡Estás más buena que el helado que te estás comiendo! o también: ¡Hey nena, te invito a subir al coche! ¡Pero ten cuidado de no darte con la puerta en ese bonito culo cuando entres! Louis se carcajea, y se uniría a él si no fuera por la simple razón de que tiene novia.
El sueño que he tenido en el autobús me viene de forma repentina a la mente. Hasta ahora no me había dado cuenta. ¿Porqué habré soñado eso? En realidad, no ha sido ningún sueño. Esa discusión la tuve con Amber poco antes del baile de fin de curso.
Después de unos minutos de reflexión, decido contárselo a Liam, que está distraído leyendo un libro titulado "Las mejores zonas que visitar en California". Después de terminar de contarle mi sueño, interviene:
-Harry -me dice, cerrando el libro-Ya va siendo hora de que tú y yo dejemos de comernos la cabeza.

-¿Piensas dejarlo con Meghan?

-No, no, nada de eso. Pero, ahora que estos no me escuchan...-dice, mirando al trío calavera.

Liam suspira.

-A ti te lo puedo decir porque estás pasando por la misma situación. Desde que lo dejé con Sarah, no he podido parar de pensar en ella, aún saliendo con Meghan.

Lo miro y escucho con atención.

-En el baile de fin de curso -prosigue nervioso,-me la encontré. Había bebido unas copas de más, y decía muchas tonterías.