El preludió de la Revolución: Aire de Guerra

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— No puedo creerlo... ¿Samael? — No solo David, también el gran jefe Isaac se encontraban anonadados por lo que Bull les había contado. Aquel joven que había ganado su confianza, que juró servirles era un espía de otra gente, quien viera sus movimientos para saber qué hacer y por donde moverse.

— Lo siento jefe, pero es la verdad. Él fue el causante de todo lo que ocurrió anoche. — Los 3 hombres se encontraban en el recibidor del hospital esperando a que diera la hora para que Abel bajara, el joven alfa se había quedado todo lo que quedaba del día cuidando de Tom, quien recibió daño tras el ataque que había organizado lobos renegados y salvajes con la ayuda de Samael.

— ¿Cómo esta Tom? — Preguntó David mirando a Bull.

— Estará bien, gracias a la marca del lobo pudieron salvarle la vida. Dijo el doctor que despertara dentro de poco. — Bull parecía preocupado al contar eso. — Jefe, ¿Cree que este estemos ante el inicio de una revolución?

— Si... — Dijo en seco Isaac quién mostro su celular al hombre frente de él. — Y tal parece que este país y Canadá son el punto de partida.

Bull se quedó mirando asombrado al ver la pantalla del celular, eran imágenes de noticias. Lobos de grandes tamaños han sido vistos a lo largo del país. Nueva York, Texas, Pennsylvania, Los ángeles, San francisco, grandes ciudades han sido testigo de la reunión de los animales, mientras tanto en la frontera entre Estados unidos y Canadá, incluyendo las cascadas del Niagara también se habían divisado grupos de lobos así como en ciudades de aquel país. La gente en redes sociales y medios se preguntaba de dicho fenómeno y como es que había tantos lobos en cantidad en ambos países.

— Si la humanidad se entera de nuestra existencia. Todo se volverá un caos y una guerra empezará. — Dijo temeroso David apretando sus puños sintiéndose incapaz de poder hacer algo.

— Nuestra especie será cazada y ellos no se quedarán así como así, habrá muertes por todo el mundo.

— Sin el equilibrio que protegemos. Todo el mundo perecerá, las divinidades de los cielos se encargarán de ello. — Isaac tenía una mirada de impotencia a no saber qué hacer ahora, ya que prácticamente solo quedaba mostrar la transformación a los humanos para que todo se fuera al carajo. Las cosas sí podrían empeorar y eso ocurrió al ver la llegada de uno de los hombres de Bull corriendo y gritando. — ¡Tienen que venir! — Gritó hasta llegar en frente de los 3 hombres. — Estamos en problemas.

Rápidamente todos fueron a la entrada del hospital donde su camino fue detenido al salir y ver la situación, aproximadamente 20 lobos se encontraban afuera viendo atentamente y gruñendo, la gente pavorida simplemente corría y se escondía a ver a las bestia. Los Sang d'Argent se mantuvieron atentos de los movimientos, sabia a lo que ellos venia, Tom.

Isaac y David se miraron mutuamente, mirando al hospital y al cielo que estaba empezando a oscurecer, esperando que Abel viera lo que estaba ocurriendo, pero el joven policía no sabía nada, estaba contestando la llamada de Gideon afuera de la habitación de Tom, Abel miraba al joven y solo se alegraba que viviera.

— Todo es un caos, no sé qué hacer, tengo a los alfas de otras manadas encima de mí y simplemente no entiendo la razón por la que mis padres hicieron lo que hicieron...

— Oye tranquilo... Ahora mismo necesitas ser lo más frio posible, antes que nada debes de descubrir quien esta detrás de esto, Sang d'Argent piensa que es alguien en tu familia.

— Pues está en chino, mis padres están incapacitados mentalmente para dirigir una revolución, mi abuela está más preocupaba por lo que dicen los espíritus que por lo que ocurre en el mundo terrenal y hace una semana vi como mi tío era matado por una jauría de lobos salvajes. No queda nadie, necesito tu ayuda Abel.

Sin Manada, Orígenes: Oliver & MaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora