Ella despertó aquel día movida por sus hormonas...
sin titubear, la confianza que él le había dado empezó a surtir su efecto. Tomó su celular y empezó a escribirle a él.
"Te deseo. Deseo tu verga dura y viril clavándose como puñal en mi femineidad, que entregues tu semen como ofrenda a la diosa que habita en mí. Y fantaseo, fantaseo."
El encendió su teléfono y tras revisar los mensajes de su negocio, abrió aquel mensaje de ella. Acababa de despertar y la natural erección que poco antes había suprimido regresó con más fuerza.
Revisó cada rincón de la habitación. "¡Mierda!" Masculló al no encontrar dinero. Aquella mujer era pasión en su estado más prístino y la falta de dinero no le permitía pagar el hotel de paso o motel para disfrutarla; estaba pasando por una racha dura en esos días, esa racha que tan bien conocía desde que tomó la decisión de dedicarse a su pasión: El Arte.
A lo que él hacía caso omiso era a los sentimientos de ella.Ella le tenía un sincero afecto y por eso cedió al acuerdo que él le propuso: ser su amante. Sin embargo, cada día, la segunda persona en quien ella pensaba era él, a quien le enviaba el primer mensaje del día era él... meses,atrás habían tenido su primer encuentro sexual, ella usaba un vestido que la hacía ver femenina y dulce... no tenía lencería pues hacía años que no contaba con una pareja y usó lo que tenía. Lo único importante para ella era estar con él.
Tiempo atrás habían acordado al menos tres encuentros sexuales antes de decidir si se sentían bien juntos, al menos había oportunidad de enmendar algún error.
En ese momento, en ése, primer encuentro ella necesitaba hacer el amor, necesitaba que fuera más allá que la satisfacción de una necesidad primitiva, pero él no había llegado a entender aquello: sólo deseaba el cuerpo femenino para saciar sus apetitos.El viaje desde,la casa de ella hasta el motel lo hicieron conversando de todo un poco, ella nerviosa, el lujurioso.
Cerraron las puertas y se encontraron con unas gradas... "¡Ufff! Al menos podré mostrarle mi trasero y eso sé que a él le gusta" él la siguió, se besaron y él sentó en la cama con ella en sus piernas mientras ella trataba, por todos los medios de estar tranquila y dejarse llevar... bloqueo tras bloqueo en su mente se fueron presentando y, como en las caricaturas sentía un diablillo y un angelito susurrando en sus oídos. Se dejó desnudar y, a su vez desnudó "¡Que rico estás!" Pensó... ¿lo pensó, o lo,expresó? Esther se quedó dudosa... Ese punto en sus recuerdos parecía haberse borrado.
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Erotismo a flor de piel
रोमांसSexo Donovan es un hombre maduro, sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Esther es una mujer inteligente y sensual que se acerca a sus cuarentas y ha pasado por pésimas experiencias Ambos han llegado a un "tratado de no agresión" con el cual compart...