Fina línea

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Tarde de lluvia, me siento sola, abatida, abandonada... Una discusión un mensaje y todo se fue al carajo...

Esther sonrió "carajo" se le solía llamar al pequeño habitáculo desde el cual los vigías ejercían su labor, al estar tan alto en los barcos solía ser el peor punto para navegar. 

"No debí, jamás debí... Y empecé a recordar: aquél sujeto alto, corpulento con cada músculo de su cuerpo resaltado ¡Impresionante! Voz grave y varonil... Un sueño hecho realidad dado que siempre me ha gustado el hombre grande pero... ¡Qué enorme error!"

Esther se hallaba sumida en sus reflexiones, tomó una taza de chocolate caliente al que había añadido un poco de cognac encontrado en un rincón de la alacena...


"No debí, no debí... ¡Si tan solo!" La tentación había sido grande. "Desde luego, como crecí creyéndome fea... Pues, me deslumbré con un hombre tan guapo" 

"A ver, recordemos: Me fui al mall y le envié un whatsapp diciéndole que nos viéramos" No había sido Donovan; de hecho, él mismo le había dado la idea meses atrás. Recordó las palabras de él: "-Dale, yo no soy celoso-" Esther, demasiado enfadada para pelear respondió con cólera fría: "De cualquier modo, yo soy sólo su amante" 

Esther empezó a recordar

"Me subí en su auto, aquél día... Él se ofreció llevarme hasta mi trabajo y... Francamente está demasiado rico"

"Una vez en el auto, él sin siquiera cruzar palabra metió su mano en la blusa... ¡Mi blusa! cuando me percaté le estaba dando sexo oral... ¿Cómo demonios fui tan estúpida?  Se reprochó.  ¿Qué estaba pensando? Volvió a reclamarse.  ¡Bueno! fue muy excitante, admitámoslo pero..."

Esther sorbió el chocolate ¡se sentía tan mal! Admitía su error, pero... al mismo tiempo... No se lo reprochaba. Sabía que había hecho algo malo o quizás no malo, pero sí imprudente. Estaba segura, pero los estereotipos, la situación no le permitían verlo de ése modo, la ataban como una camisa de fuerza. La peor de todas, quizás porque era mental y aplicada sólo por ella para torturarla.

Y es que, se había decepcionado profundamente de Donovan; ella creyó que en él iba a encontrar la protección que, secretamente anhelaba. Esther con su carácter fuerte, con su decisión de triunfar a pesar de las circunstancias estaba deseosa de una pareja, varón que la complementara como, quizás en algún momento de la Creación el Creador había tenido en mente... Esther siguió sumida en sus recuerdos.

"Este sujeto se metió por una ruta que yo ni sabía qué existía, la verdad es que con semejante cuerpo fácilmente pudo haberme matado y no habría podido detenerlo ¡Demonios necesito aprender Krav Maga! Intimidada... Ésa es la palabra." 

Y así era, aquél sujeto que conociera por casualidad en su trabajo, mientras Donovan hacía sugerencias absurdas la intimidó al extremo que, por su propia seguridad Esther hizo cosas que bajo otras circunstancias no habría llevado a cabo. 

"Será mejor que siga con mi examen de conciencia... Me llevó al trabajo, me besó con esos besos de telenovela me dijo que siempre me cuidaría, que sólo le importaba mi bienestar... Horas más tarde, con la excusa de aplicarse una inyección, nos quedamos a solas  y  en aquella camilla me abrió la blusa y tomó mi seno en su boca... ¡Se sentía tan grato! Era tan excitante, saber que había clientes esperándome, que mis compañeros de trabajo estaban ahí hacía más apasionante el encuentro... Pero ¡NO! ¡No y mil veces no!"

Un nuevo sorbo de chocolate sacó a Esther de sus reflexiones, mal sentada como estaba en el sofá su pierna empezaba a "dormirse" y era indispensable cambiar de posición

Erotismo a flor de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora