Sentada detrás de él, sus manos lubricadas tomó el pene y sacando provecho de la ventajosa posición en que se encontraba, empezó a masturbarlo.
Las hábiles manos subían y bajaban, describían círculos y espirales, jugueteando incansables el miembro viril, y a cada tanto, sus pechos se acercaban y separaban de la espalda de su amante al compás de su respiración.
Corrientazos de placer recorrían la espina dorsal de Donovan, haciéndole suspirar a cada caricia... A veces con mucha presión, a veces delicadas como mariposa. Esther era toda una diosa del sexo; jamás, a pesar de su vasta experiencia Donovan había dado con una mujer como ella: tierna, fogosa, sensual, ingenua... ¡Segura!
Ante la presencia de su cuerpo desnudo eran inexistentes las estrías, "llantas" sobrepeso que Esther tenía. Se miraba al espejo y aprovechaba para tomar las manos de Donovan y masturbarse con ellas... ¡Que importaba si las modelos de revista tienen un índice de masa corporal ideal! Esther era feliz y dichosa en cada encuentro con Donovan.
Las caricias seguían cada vez con mayor intensidad, más y más fuertes... Estimulando de muy diversas maneras la lujuria de él... Sin piedad, Esther imprimió más fuerza a sus caricias: deseaba la eyaculación... En un grito Donovan eyaculó con fuerza... y sus manos quedaron llenas del líquido viril.
Con su lengua lo limpió del genital masculino, mientras él sonreía como un ángel. Esther se gozaba en aquella sonrisa tan llena de paz y regocijo, tan masculina... Era impresionante lo mucho que ése hombre le gustaba... La embelesaba mirarlo con su cabeza apoyada en la almohada, sonriente gozando la sensación del reciente orgasmo; pero era una sonrisa distinta a cuantas le conocía y la paz de su expresión en ése específico instante.
Después de un rato de calma y jugueteo, Esther se propuso recrear la primera cita una noche de marzo empezó a besarlo como si fueran adolescentes, lo que puso su mente a volar... ¡Esa mujer se le pegaba en los sesos como si fuera un chicle! Se besaron labios, ojos, orejas, se acariciaron sin pudor alguno eran solamente un hombre y una mujer que se deseaban
Donovan dedicó sus mejores esfuerzos a los senos de aquella mujer: los acarició, los besó, tomó los oscuros pezones delicadamente cual niño recién nacido con lo que ella, se revolvía de placer en sus brazos...
Pero, Esther había estado estudiando...
Estudiando...
Estudiando
Consultó páginas y páginas en la nube e hizo su propio resumen:
Para que su pareja aprenda a controlar la respiración durante la práctica indíquele los siguientes pasos:
Debe respirar únicamente por la nariz.
Haga que respire profundamente y mantenga el aire en sus pulmones por lo menos 5 segundos. Así varias veces.
Indíquele nuevamente que respire profundamente, ponga dos o tres dedos dentro de su boca, bien profundo y sin presionar la lengua. Luego pídale aguantar la respiración por 5 segundos. Retire los dedos y déjela descansar. Hágalo así varias veces.
Ahora sugiérale respirar por la nariz mientras usted mantiene dos o tres dedos en la profundidad de su boca por lo menos durante un minuto.
Ahora haga exactamente lo mismo, pero esta vez cambie los dedos por el pene en erección.
Ponga su pene dentro de la boca de ella y lentamente sumérjalo hacia el borde posterior de la garganta.
Sentirá que el glande de su pene golpeará la campanita de la garganta (donde tiene lugar el reflejo nauseoso). Ante esta exposición. Dígale que se relaje e intente mantenerlo adentro por el tiempo que más pueda. Mientras tanto usted intente no moverse.
Mantenga el pene en su garganta pero esta vez trate de ir un poco más profundo. Exíjale a ella mantener la respiración por la nariz porque en este proceso sentirá muchas ganas de vomitar.
Siéntate derecha con los hombros hacia atrás e inclina tu cabeza hacia atrás de manera que tu boca quede alineada con tu garganta, así permitirás que el pene se deslice profundamente sin forzarlo
Tienes que conseguir más allá de la curva de tu cuello. Quieres hacer una línea recta desde la boca hasta la
Usa tu lengua: Todos tenemos un reflejo de hacer arcadas cuando un objeto extraño quiere pasar por nuestra garganta, es normal, sólo debes acostumbrarte. Para ayudarte un poco, tienes que usar tu lengua, debes hacer el mismo movimiento con ella que haces cuando vas a comer. La parte de atrás de la lengua debe bajar (como si te estuvieras mirando las amígdalas en el espejo) al mismo tiempo que la lengua sale un poco, luego tomas el pene con tu lengua y lo traes hacia tu garganta. Usar tu lengua va a ser muy agradable para él y te ayudará a conquistar esta técnica de forma más fácil.
4. Ve de a poco: Si es tu primera vez, no intentes introducir su pene completo hasta tu garganta, porque tus ojos van a llorar y no vas a poder tragar en 3 días. Hazlo de a poco, introduce la cabeza de su pene, mantenla ahí, luego sácala y sigue jugando. Cuando te sientas confiada, hazlo de nuevo y empuja un poco más con tu lengua. Si te dan reflejos de arcada, intenta respirar y mantenerlo ahí por unos segundos, no demasiado tiempo porque la idea es que lo disfrutes. Te vas a dar cuenta de que -de a poco- vas a lograr introducir más y más de su pene en tu garganta.
Deseaba sorprender a Donovan con un deep fellatio.
Se acostó en la cama, con su cabeza un poco colgando del borde y una almohada justo bajo sus cervicales, Donovan acercó su verga erecta a su boca y ella empezó a tragarla poco a poco...
Las arcadas pudieron más y, entre vergonzosa y risueña dijo a Donovan que las estrellas porno no baritan cuando hacen el deep fellatio.
Donovan rió de muy buena gana la ocurrencia de comparar sus sonidos con los de un elefante, era maravilloso como disfrutaban tanto juntos y aquel deep fellatio fue muy grato, aunque Esther estuviera tan avergonzada. La tomó en sus brazos cariñosamente, mientras se miraban a los ojos... Ese juego de ojos café era místico, sentir sus cabellos en la piel pegajosa del sudor, del semen, de los fluidos vaginales... Durante el feep fellatio Esther tuvo un squirt y eso, a Donovan le llamó muchísimo la atención, ella nunca lo había hecho estando con él...
Se decidió a darle más placer oral, lentamente recorrió su abdomen hasta llegar a su vagina... Delicadamente besó su monte de Venus, mordisqueando cuidadosamente la delicada piel. Esther solía depilarse de raíz lo que hacía su piel más suave y libre de vello, bajó por sus piernas buscando los labios que le costaba decidir cuáles disfrutaba más. Su lengua empezó a recorrer decididamente la vagina: clítoris, labios menores... la penetraba con ella poco a poco hasta que su olfato le advirtió de algo nuevo: aunque de su genital había brotado un líquido, no se trataba de orina, ni tampoco de eyaculación femenina que ella tanto anhelaba era un líquido muy diferente a todo lo que había brotado anteriormente pero... muy grato.
Le hacía saber que ella estaba absolutamente relajada, que se sentía muy bien con él...
Decidió jugarse una carta... Entre juguetón y decidido empezó a estimularla analmente con los dedos. Ella no opuso resistencia alguna... Primero un dedo, luego otro, hasta llegar a tres... Calculó que tres dedos harían el diámetro de su falo... Lubricó, con el mismo fluido vaginal, con su saliva, con su misma lubricación hasta que poco a poco consiguió penetrarla por el ano. Esther gemía de placer y le pedía más, le exigía que la penetrara con fuerza, o tal vez le decía que lo hiciera lentamente porque quería disfrutarlo...
Donovan gozaba disfrutándola así la penetró a su placer mientras ella temblaba y se revolvía en la cama gimiendo, exigiéndole más y más picha.
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Erotismo a flor de piel
RomanceSexo Donovan es un hombre maduro, sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Esther es una mujer inteligente y sensual que se acerca a sus cuarentas y ha pasado por pésimas experiencias Ambos han llegado a un "tratado de no agresión" con el cual compart...