Erotismo a flor de piel

Numen

Ella removióse en el tálamo, el sueño reparador por fin -tras tantos meses de angustia, incertidumbre, dolor por la pérdida- no la había abandonado aún.
Una sensación casi olvidada le hizo traer a su memoria los hechos de algunas horas antes (habrían sido horas, o quizás minutos, había perdido la razón del tiempo y del espacio) el olor exquisito, mezcla de algún perfume comercial pero más aún de testosterona y piel la hizo sentir complacida. Mentalmente exploró su cuerpo... "¡Sí!" se dijo "fue real, no una fantasía de las mejores"

Había despertado en el lecho junto a aquél numen. Su esencia desbordada en su matriz era la mejor fantasía hecha realidad. Se quedó quieta, fingiendo dormir... Él, conciente, despierto totalmente recorría su núbil cuerpo desnudo vistiéndolo en ósculos, ella percibía su respiración temiendo arruinar la seducción del instante... Sólo alcanzaba a imaginar ésos ojos cafés, la fascinación que había de asomarse en ellos, el embeleso con que habría de contemplarla admirándose en ella, saciándose en su cuerpo manifiesto... Concentrada como estaba en sus sensaciones sintió la tibieza en su matriz, que lenta pero firme iba aumentando hasta que el clímax la desbordó y tembló de éxtasis en sus brazos, con los que sólo había alcanzado a fantasear unas cuantas semanas atrás.
No alcanzó a fingir más, abrió sus hermosos ojos cafés, encontrándose con los de él, acarició su cabello entrecano y sonrió...
Un beso interrumpió la sonrisa...
Esther deseó tanto que sus cuerpos hallaran la posición... Pero ¿Cómo decirlo? ¿Cómo expresarlo sin parecer... La pregunta quedó en el aire. Sólo las miradas bastaron para complementarse uno al otro y temblaron juntos, el universo se detuvo para ambos siendo dos pero uno sólo al fin
Éxtasis, magia