✿ capítulo cuatro

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A una semana de que TaeHyung cumpliera los tres meses de embarazo a Irene se le ocurrió la gran idea de inscribir al de cabellos cenizos en clases de yoga prenatal.

TaeHyung se negó rotundamente a ir, pero estamos hablando de Bae JooHyun, mejor conocida como Irene, la persona que en una discusión nunca perdía. Y ahora TaeHyung se encontraba, literalmente, atado al asiento copiloto con el cinturón de seguridad. En los asientos traseros reposaba un mat de yoga y un bolso con agua, toallas y un cambio de ropa todo comprado por Irene... Oh, también la ropa deportiva que TaeHyung llevaba puesta fue donación de la chica.

—Ahí sólo van a haber mujeres chismosas que no apartaran su mirada de mí y luego hablaran mal cuando la clase termine. ¿Acaso sabes cuántos hombres están embarazados y van a clases de yoga? Porque yo creo que no hay. —mencionó TaeHyung mientras cruzaba sus brazos por sobre su pecho—. Te odio, araña tramposa.

—Oh vamos, te dije que eras especial, no que eras único. Si en la clase hay otro chico me llevaras a comer al restaurante de la madre de YoonGi el viernes y tu pagaras todo lo que coma.

—Bien, pero si no hay ningún otro aparte de mi te aviso que vi un hermoso abrigo hace unos días.

Irene asintió sin miedo, de todos modos, sabía de otro chico que estaba en las clases debido a que se inscribió el mismo día en que ella inscribió a TaeHyung. Comería como reyes aquel viernes.

Llegaron al pequeño edificio en donde se llevaban a cabo las clases y TaeHyung lamía una y otra vez en un tic nervioso. Sentía que todas las personas que se topaba en el camino le arrancaban sus prendas con los ojos. En especial las ancianitas.

—Irene, creo que ya he ganado la... —su pequeño canto de victoria se fue al caño al ingresar a la sala que le correspondía y encontrarse casi que de frente con un muchachito bajito de cabellos rojizos.

—¿Decías, TaeTae?

Y el mencionado no respondió, él en verdad quería aquel abrigo y ahora debía invertir en una cena que le saldría más costosa de lo que es su salario. TaeHyung cruzó sus brazos por sobre su pecho y caminó hasta una de las esquinas del salón, pero terminó tropezando con el mat de una de las mujeres que ya se encontraban preparadas. Se visualizó a él mismo tirado en el piso y asustado por el golpe que pudo dañar a su bebé, pero la mano del chico pelirrojo de antes se aferró con fuerza a su brazo y luego lo atrapó en un abrazo, evitando así la caída de TaeHyung.

—Aigoo, ¿te encuentras bien? —habló el pelirrojo mientras se alejaba un poco de TaeHyung.

—Yo... Uh, sí —sus mejillas se encendieron cuando sintió la mirada de todo el salón sobre él—. Gracias —terminó susurrando para luego ir junto a Irene y abrazarla.

Estaba muriéndose de la vergüenza. La clase no había ni empezado y TaeHyung ya no quería volver a poner un pie en ese lugar.



Al final de cuentas no resulto siendo tan malo. La instructora explicó un poco de los ejercicios y que estos iban a ser diferentes conforme los meses fueran pasando y su pancita aumentando de tamaño.

El chico pelirrojo lleva por nombre BaekHyun y terminaron intercambiando números telefónicos al final de la clase, ya que BaekHyun se había acercado a TaeHyung y charlaron un poco mientras se realizaban los intervalos de descanso.

—Tenía el presentimiento de que te terminaría gustando de alguna forma u otro, ¡hasta lo aposté con JiMin y he perdido!

—¿Cuál es esa manía tuya por apostar siempre por cualquier cosa?

lemonade baby ⌗ gguktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora