✿ capítulo ocho

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Era una bonita tarde de viernes y JungKook estaba durmiendo en el sofá cuando TaeHyung entró con una radiante sonrisa al departamento. Ya estaba en el sexto mes e Irene le había dado una semana libre ya que, según ella, merecía descansar —verdaderamente era porque el embarazado estaba trabajando demasiado lento para el ritmo de la empresa y sus constantes quejas le dejaban un terrible dolor de cabeza, pero eso TaeHyung no debía saberlo—. Cuando el castaño vio a su novio durmiendo con la boca abierta sobre el sofá quiso lanzársele encima, pero debido a su condición no podría hacerlo, así que se conformó con dejarle un besito en la mejilla y acurrucarse en el pecho del azabache. Se quedó ahí por menos de cinco minutos, aunque no quisiera debía despertar a JungKook.

—Kookie, bonito, despierta —le zarandeó suavemente, quería despertarle no perturbarle—. JungKookie...

Este sólo balbuceó y giró su cuerpo, quedando totalmente boca abajo en el sofá.

—Uh, tendremos que tomar medidas drásticas, semillita —habló hacia su pancita para luego ir a la cocina y devolverse de la misma con un vaso con agua—. Perdóname, Kookie.

Y dejó caer el agua en la cara de JungKook, exaltándolo y viendo como poco a poco el ceño se fruncía más y más.

—¡Estaba despierto, mierda! Ahora estoy empapado y todo gracias a ti, muchas gracias, amor —dijo sarcástico.

—Aish, ya estás de mariquita malhumorada —TaeHyung cruzó sus brazos y puchereó—. Te despertaba porque con JiMinie íbamos a ir de compras para nuestra semillita, pero es claro que no querrás ir. Perdona por despertarte, puedes volver a tu estúpido sueño de belleza ahora.

—¿Yo la mariquita malhumorada? ¿Te estás escuchando? Estás asumiendo cosas incorrectas, TaeHyung. Ni por los jodidos rayos y centellas yo me pongo en estos dramas cuando te levantas de malhumor que, te recuerdo, es casi todos los días —bufó—. Mírame, osito, quiero que me digas lo que harías si te despertara de la manera en la que tú me has despertado a mí.

—Te echaría del apartamento.

—¿Ya lo ves? —TaeHyung resopló, no admitiría su derrota—. Bien, ven aquí, bebé.

El pelicenizo negó y apretó aún más sus brazos cruzados por sobre su pecho, casi que recostados en su vientre. Así que JungKook estiró uno de sus brazos para tomar el antebrazo de TaeHyung y tirar de él hasta atraparlo en sus brazos en un gran abrazo de oso, claramente, siendo cuidadoso con la semillita creciente.

—JungKookie tramposo, utilizas tu fuerza sobrenatural para someterme. ¡Violencia doméstica! ¡Auxilio! —dramatizó mientras sacudía su cuerpo como pececito fuera del agua.

—Ya, ya, osito —besó la mejilla del mayor haciéndolo sonreír y parar de moverse—. ¿Aún tengo permitido ir de compras contigo y JiMin?

—Sabes que sí, Kookie. Estaba esperando a que aceptaras, siento que esto es un pasito más cerca de nuestro bebé y, para serte sincero, estoy muy emocionado. Hubiera sido triste para nosotros que papá Kook no aceptara.

—Sería muy estúpido de mi parte no aceptar tal invitación, amor.

Sonrieron. Sonrisas radiantes y sinceras. El amor brotando de ellos como flores en primavera.

Los brazos de TaeHyung se envolvieron en el torso de JungKook y este colocó ambas manos sobre las mejillas esponjosas de su amado.

Finalmente, unieron sus labios.

Un beso tierno con movimientos lentos que expresaban aquel amor tan brillante y potente que cada uno siente por el otro. Un beso de aquellos que compartían en ocasiones especiales y mayormente felices.

lemonade baby ⌗ gguktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora