lemonade baby ⌗ gguktae

✿ capítulo cinco

Por casualidades de la vida —besos y abrazos en la cama— TaeHyung había olvidado que la consulta con el doctor era el mismo día en que iba a salir de paseo con JungKook.

Por lo que ahora, en vez de estar tomando un tren directo a Busan, se encontraban en la sala de espera de la misma clínica privada en la que TaeHyung fue atendido por primera vez con algunas grandes maletas a su alrededor. Porque sí, TaeHyung lo había recordado cuando ya estaban de camino a la estación.

Pero el ser su primera revisión juntos recompensaba los boletos perdidos.

JungKook seguía con un agridulce sabor en su boca debido a lo que dijo la noche anterior. Los celos no traen cosas buenas y el castaño lo sabía bien, mas era inevitable para él el no sentirlos. La cafetería le tenía tan distraído que no se había dado cuenta de que se estaba perdiendo algunas lindas cositas de su osito y su semillita; como el que se perdió las dos primeras ecografías y que no les prestó suficiente atención cuando su bello TaeHyung se las mostró. Oh, vaya que estaba arrepentido.

Inevitablemente besó los finos labios de su pareja y posó su mano sobre el poco abultadito vientre del mismo: —Perdóname, ajonjolíto, por no haber estado con tu papi Tae la primera vez y que en mi lugar estaba la abuela. Pero de ahora en adelante, por siempre y para siempre, estaré aquí presente y me aferrare a ustedes como una garrapata.

TaeHyung rio suave en respuesta y entrelazó la mano contraria con la suya por sobre su vientrecito. Aquella inocente disculpa creó una conmoción en todo su ser, especialmente en su corazón el cual había comenzado a latir un poco más rápido de lo normal.

—Kim TaeHyung.

Y el mencionado esperaba que en el consultorio tuvieran pañuelos en caso de que JungKook lloriqueara tal y como lo hizo él con su madre en la primera cita.

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—Muy bien, joven Kim. Se encuentra rozando las nueve semanas y no se han presentado complicaciones a como en otros casos, si continua con buenos cuidados los riesgos disminuirían en un gran por ciento. Le recomiendo seguir con las clases de yoga y que comience a consumir las vitaminas que se le han sido recetadas, también le recomiendo que le entregue estos pañuelos desechables a su compañero.

Y a pesar que sus ojos estuvieran vidriosos rio ante el comentario del doctor, aceptando de paso los pañuelos. Se encargó de secar las mejillas de JungKook sin quitar la amplia sonrisa de sus labios y besó tierno las mejillas que ahora se encontraban rojitas.

El doctor le ayudó a quitar el gel y le entregó las vitaminas que necesitaba. JungKook estaba ido en su mundo observando feliz la pequeña ecografía en su mano.

—Nos estaremos viendo en un mes, en serio espero que todo siga así de bien, Kim TaeHyung.

—Muchas gracias, doctor Kim, me encargaré de poner a mi semillita fuera de riesgos.

Agradeció una vez más mientras hacía una venia hacia NamJoon —el doctor, quien es amigo cercano de Irene— para luego llevarse a JungKook a rastras. Si no se apresuraban corrían el riesgo de ser regañados por el padre del menor como hace unos años atrás, el señor Jeon es un hombre protector y el que llegaran dos horas más tarde de lo acordado sólo causaría preocupación en el señor.

—JungKookie, tienes tiempo de sobra para ver la fotito, por favor camina. Estas pesadito —puchereó, pero igual JungKook le ignoró.

—Lo siento, TaeTae, pero simplemente no puedo dejar de mirarla.