Había transcurrido un par de días desde el nacimiento de YuSeong. TaeHyung ya podía volver a casa, sin embargo, su bebé aún no. Aunque el parto salió bastante bien —aún y cuando tuvieron que intervenir con una cesárea— la presión alta del pelicenizo en aquel momento terminó afectando de manera leve a YuSeong; por lo que el pequeño bebé se encontraba en el área infantil en la sala de incubadoras.
No había día en que la joven pareja no visitara a su lindo niño, su lindo limoncito. Y sus tíos postizos —en especial los padrinos y SeokJin—, no se quedaban atrás ya que venían a penas sus trabajos se lo permitían. Por eso mismo, YoonGi se quedaba a cargo de la cafetería y TaeHyung tenía la licencia por maternidad. Por lo que sus obligaciones laborales no se veían interrumpidas mientras ellos cuidaban de su bebé.
Al paso de los días, tanto TaeHyung como JungKook, terminaban de darle los últimos detalles al cuartito de YuSeong. A su vez, decidieron pasar la cuna a su habitación —temporalmente— para poder mantener el ojo sobre su bebé hasta por las noches. Lo que pasó con el recién nacido no fue algo grave y realmente no afectaría en el desarrollo del mismo, fue lo que había dicho el doctor, pero eso no logró convencer a TaeHyung y a eso se debía, más que todo, el cambio.
JungKook entró a la habitación que se le había cedido a YuSeong mientras seguía en revisión, encontrando a su novio con bebé en brazos de espaldas a la puerta y a él. Notó de inmediato que la camisa de botones del pelicenizo se resbalaba grácilmente por uno de sus hombros. Arqueó las cejas.
—Tae, osito, ¿qué haces? —preguntó sin poder evitarlo.
—Sshhh, JungKook-ah —respondió TaeHyung, sin volver a verle—. YuYu está por dormir.
Y, aunque lo dicho por TaeHyung le causó demasiada ternura al azabache, eso no respondía a su incógnita respecto a la camisa de su novio. Por lo que volvió a preguntar, esta vez en un tono más suave y bajo.
—Estaba alimentando a nuestro bebé, Kookie... Estaba alimentándolo de mi propio, propio pecho —dijo, sin embargo, sus últimas palabras sonaron más como un susurro bastante temeroso.
Y no era para más. Pues, se suponía que TaeHyung no calificaba para esa cualidad de más.
—¿H-Hablas en serio?
TaeHyung atinó a asentir suavemente, para no incomodar a YuSeong con el movimiento de su cuerpo, para luego decir un «ven y míralo por ti mismo». JungKook, como buen cachorro, obedeció las palabras del mayor y se acercó; quedando con los ojos bien abiertos después de comprobar que, pues sí, YuSeong se encontraba pegado tal imán al pecho caramelo de TaeHyung.
—¿De verdad sale algo de ahí? Que la última vez que lo hicimos me quedé en ellos un buen rato y nada salió de ahí además de tus preciosos gemidos —mencionó casual, logrando avergonzar terriblemente al castaño.
—¡No puedo creer lo que acabas de decir! —exclamó, riendo en el proceso, pero sin dejar el cuidado para no aturdir al bebé—. Son cosas diferentes, conejo tonto.
—Yah, sí, diferentes —se terminó de acercar y tomó asiento junto a TaeHyung, lanzándole una mirada picara escondida por su brillante sonrisa—... ¿Puedo probar?
—¡JUNGKOOK! —chilló sonrojado sin poder contenerse, causando que YuSeong se asustara y comenzara a llorar—. Ay, perdóname, cielito, es que tu papá Jungoo es un tonto.
El azabache sonrió. La vocecita aguda que TaeHyung utilizó para hablarle a YuSeong le llenó el corazón de amor. Pero verle arrullar a su limoncito con tanto cuidado y amor terminó de hundirlo —más de lo que siempre ha estado— en el abismo del enamoramiento.
Finalmente, y casi quince días después, YuSeong estaba en casa. Había llegado al peso ideal con el paso de los días y el doctor Kim decidió que ya podría salir del hospital, claro, debían seguir ciertas indicaciones para evitar infecciones o enfermedades. YuSeong era un bebé prematuro, después de todo, y tenía algunos cuidados de más que un bebé nacido de nueve u ocho meses.
JiMin insistió ferozmente en preparar una fiesta de bienvenida, pero Tae se negó rotundamente. Quería dejar ese momento como íntimo para los tres, como la pequeñita familia que ahora eran. Pero de igual forma permitió a su mejor amigo preparar su fiesta el sábado de esa misma semana —siendo miércoles el día en que YuSeong llegó a casa. JiMin aceptó gustoso.
Su día de bienvenida fue bastante ameno y tranquilo, el amor de familia inundando todo el pequeño, pero dulce, hogar.
JungKook preparó unas deliciosas brochetas de cordero para almorzar y YuSeong disfrutó de un rico biberón recién hecho y tibiecito. El azabache no perdió ni la mínima oportunidad para tomar muchas fotografías de los grandes amores de su vida.
Por ahí de las cuatro de la tarde, TaeHyung pidió a JungKook que le enseñara a preparar algún tipo de repostería. El menor aceptó sin rechistar y preparó todo lo necesario para, valga la redundancia, preparar unos bollitos de miel muy fáciles pero deliciosos. Aunque la tarea quedó a medio hacer ya que ambos se fundieron en una larga sesión de besos, dejando la cocina hecha un desastre de harina y trastes sucios... Ups, ardua tarea tendrá la pareja después.
Por otro lado, YuSeong se encontraba babeando en su cuarto sueño después de haber comido un poco junto a su papi Tae. Ajeno a todo el desastre de amor que sus dos papis eran.
lemonade baby│capítulo once
bueno, ¡al menos no pasó un mes desde la última actualización! eso es un gran paso para la humanidad, ajám.
i know, está cortito. pERO ESTÁ LLENO [Y HECHO] CON MUCHO AMOR, por favor acepten esta basura, sí.
// por si gustan saber, la fecha de nacimiento de YuSeong es el primero de noviembre uwu //
ahora sí ;;;
gracias por leer y perdonen cualquier error
♡
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lemonade baby ⌗ gguktae
Fanfiction❝una forma un tanto peculiar de anunciar la llegada de un nuevo miembro.❞ │mpreg!au│prohibida cualquier tipo de copia o adaptación. historia original ✦ koalateacher© ·° #18 en kookv ÷ 220320 °·