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Siento su dedo frío tocando mi labio, el tacto provoca cosquilleo, me veo en la necesidad de hablar.

-G-gracias... -titubeo

Sus ojos brillan, quisiera decir... Rogar... Que no hubiera parado.

Se acerca unos centímetros más a mi, yo hago lo mismo. No evito temblar.

Las miradas, el vestido que de un momento a otro se ha vuelto tan corto a mis ojos, la gran escena ante mi. Sé lo que puede pasar... Con tanta dificultad me alejo de ella, quedando en la otra esquina. No volteo a verla, la cara de decepción en este instante me perturba.

Como obra de dios, mi celular suena. Sea quien sea me ha salvado.

-¿Si? -digo

-¿EN DÓNDE ESTÁN? ¡MAX ME DIJO QUE SE FUERON! -dice Pato gritando

Agh,  retiró el celular de mi oreja... Suspiro y contesto.

-En la plaza West, sentadas en unas escaleras del centro.

-Dios Elena, me preocupe al no verlas... ¿Qué estaban haciendo? -su tono baja

-Solo hablar, y comer... -digo sincera

-No vuelvan tan tarde... ¿Ok? -por el gran tono de voz, veo que ahora es mi madre

-Si, esta bien.

Ella cuelga, guardó el celular y por fin me tomo de valor para verla. Su mirada se encuentra en la escalera, se ve algo perdida. Siento calambres en el vientre, ¿qué debo hacer?

-Creo que es hora de irnos. -digo al fin

Ella tarda unos minutos en contestar, alza la mirada y responde:

-Si.

Ambas nos levantamos, ella se adelanta un poco, yo camino atrás suyo. Parece molesta...

                              






Save Alene (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora