Maratón 1/5: Sacrificio inesperado.

27.7K 1K 135
                                    

Nos llevaron a una especie barrio. Habian varias casas alrededor de un gran pozo y de varios establos. Habia un monton de vacas, cerdos, caballos, ovejas y varios animales mas. La verdad es que apestaba bastante. No entendia como la gente podia andar tan tranquila por ahi. Algo me decia que no eran los animales precisamente lo que apestaba. Entramos en una pequeña casita, era bastante acojedora. Todo estaba impecable, era una casita de dos pisos, en el de arriba habia tres cuartos y un baño. En la de abajo estab la cocina y el salon. El hombre del sacrificio se quedo a solas con nosotros. Si no contabamos a los hombres que habian tras las puertas.

- Sentaros por favor - nos dijo señalando el sofa.

Encuanto nos sentamos nos observo a cada uno de arriba abajo.

- No teneis sortija - dijo.

- No, nos las robaron mientras dormiamos - dije yo.

- Un hombre no lo es del todo si no sabe defender a su familia - dijo mirando fijamente a Wlliam.

- Bueno, si hubiese sido mas grave hubiese dado mi vida por salvarlas - dijo ceñudo.

No pude evitar sonrojarme, sabia que se estaba enfadando y he de admitir por mucho que me cueste, que se veia realmente sexy.

- Eso es una buena respuesta joven. Se que estareis pensando en lo de antes y que tendreis miles de preguntas. Atacar. - dijo haciendo un gesto con la mano.

Madre mia, lo que queria preguntarle era como podian matar a una joven inocente, queria gritarle que estaban locos. Que eran ellos los que se merecian morir. Pero justo cuando fui a abrir la boca William me corto.

- ¿Como se puede sacrificar a una joven sin pestañear?

- Sabia que preguntarian eso, aun que pense que seria tu esposa - dijo mirandome - Veras, cuando despertamos un dia y vimos todo lo que habia ocurrido, supimos enseguida que dios nos habia salvado. Habia extinguido a todos los pecadores, ateos, homosexuales etc. Pero un dia una criatura horripilante salida del mismo infierno ataco a mi hija, esta estaba embarazada de un policia con 23 años. Era la deshonra de familia. Cuando sucedio esto lo entendi, entendi que no eran demonios, eran seres enviados por dios para acabar con los pocos pecadores que quedaban vivos. Supimos al instante que teniamos que ayudar a nuestro señor, para el dia de su llegada ser recompensados. ¿No hariais vosotros lo mismo?

- No - dijimos al unisono.

- ¿Ni siquiera por vuestra hija? - pregunto.

- Por mucho que quiera a mi hija, no se puede ir matando a seres inocentes sean de la religion o preferencia que sean.

- Hace un momento has dicho que darias tu vida por ellas.

- Y lo haria, pero no mataria a seres inocentes.

Me parecia que se estaba contradiciendo un poco, dado en lo que trabajaba.

- Algo me dice que ya lo has hecho.

Vale, este hombre me leia la mente.

- Nunca he matado a nadie inocente, eso es de perturbados y de sadicos.

- ¿Que es lo que intentas decir hijo?

- Que sois unos sadicos, pertubados y asesinos. No sois mejores que la gente que llamais pecadores.

- Cassie, ¿por que no os vais tu hija y tu a la casa de invitados para que podamos hablar a solas?

Mire a William y el me acaricio la espalda y asintio. Madre mia, tenia que decirle que no hiciera eso.

- Claro.

Coji a Cassandra en brazos y me diriji a la puerta.

- ¿Nos os despedis de Willian?

- Si, si. Estoy un poco despistada - dije con un nudo en el estomago.

¿Debia besarles o simplemente decirle adios? ¿Y si a el no le hacia gracia?

- Vamos - dijo el hombre.

Me hacerque hasta donde estaba William.

- Luego nos vemos cielo - dijo dandome un beso.

Fue uno corto y simple, pero hizo que las piernas me temblase y que me fuese casi imposible hablar. Cassandra le dio un beso en la mejilla.

- Adios papi.

Salimos de esa casa y los hombres de la puerta nos llevaron hasta la casa de invitados. Era exactamente igual que la anterior, hasta tenia los mismos cuadros. M e tumbe en la cama con Cassandra. No podia parar de pensar en ese beso, todavia notaba el calor de sus labios en los mios y su caricia en mi espalda. Por primera vez en mucho tiempo deseaba a un hombre. Hacia mucho que no me sentia asi y mas hacia que no estaba con un hombre. Dados los tiempos raro seria que fuese virgen. Inevitablemente me quede dormida pensando en el.

Cuando desperte la casa estaba completamente oscura y Cassandra dormia a mi lado. Me levante sin hacer ruido y mire en las habitaciones para ver a William, pero no estaba en ninguna de ellas.

Sali de la casa para buscarle, pero no lo encontre. Fui a la primera casa en la que habiamos hablado con aquel hombre. Me encontre en la puerta a los hombre que me acompañaron a la casa de invitados.

- Necesito hablar con mi marido - dije lo mas firme posible.

- No puedes todavia siguen hablando.

- me da igual - dije intentando entrar.

Ellos me empujaron levemente para alejarme de la puerta.

- Hazte un favor y vuelve a la casa, preciosa.

Les heche una mirada asesina y fui de regreso a la casa. ¿Por que demonios seguian hablando? ¿De que estarian hablando? Estaba bastante intrigada y preocupada. Cuando llegue a casa y entre en la habitacion una sombra me sorprendio por detras.

- No digas nada, no grites o te corto la lengua - dijo una mujer.

Yo asenti y ellas me solto y se situo enfrente mio con Cassandra mirandonos.

- Bien, te preguntaras donde esta tu marido ¿no?

¿Hay alguien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora