Capítulo 3: Primera Impresión (parte 1)

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- Llegas tarde Maki- Hiroko Nishikino mostraba cierta molestia.

-Mis disculpas madre, no se volverá a repetir- Maki había tomado pose sería pues su madre poseía una presencia colosal – Solo tuve un pequeño percance- decía mientras se dirigía al pequeño armario donde encontraría su cambio de ropa.

-¿Acaso ese "percance" era una mujer castaña de gran belleza?- sin emoción alguna Hiroko preguntó de forma retórica.

Maki al escuchar eso reacciono fijando su vista en la pared, pues sabía perfectamente porque su madre conocía de sus andadas.

-¿Hablaste con Eli y Umi de eso?- en su cabeza imaginaba a sus amigas burlándose y pensaba "me las van a pagar, malditas brujas" -... Te recuerdo que ya no soy una niña y puedo irme con quien yo quiera.

- Verás...- Su madre se separó del escritorio para rodearlo – Para tu mala... mejor dicho buena fortuna eres una Nishikino y mi hija, si deseas que vuelva meter las manos al fuego por ti cuando cometas alguna tontería, espero ser convincente cuando digo que lo único que hago es velar por tu seguridad- sonreía elegantemente emitiendo una ligera burla.

Maki suspiro derrotada, le era difícil contrariarla –De acuerdo, tu ganas, ahora dime ¿qué se te ofrece madre?

-Bien- continuaba la adulta –Como no llegaste a tiempo te pondré al corriente- tomaba asiento en el lugar de Maki –No sé si estabas enterada pero... tenemos planeado reformar algunos de nuestros métodos para darle terapia a nuestras pacientes y la mejor opción fue la implementación de musicoterapia -Maki asentía en acuerdo –Para esto esperamos ciertas aportaciones en convenio con una gran empresa musical, la dueña es amiga de hace muchos años de tu madre Midori y mía, su nombre es Yazawa Keiko- pausó un poco su diálogo para entretenerse con un bolígrafo y continuó –De hecho ambas estaban aquí hace un momento queríamos que la conocieras pero como evidentemente estabas ausente no pudo ser posible... Así que decidieron salir y convivir antes de despedirse pues Yazawa-san tiene negocios en el extranjero, por lo tanto, nos reuniremos cuando regrese de su viaje, necesito que estés presente.

Maki que estaba atenta escuchando, terminaba de colocarse su bata -Mmm... está bien madre, estaré sin falta, ¿Para cuándo sería?-

-La siguiente semana, te avisaré del lugar y el horario más adelante- Hiroko se levantaba del asiento dejando el bolígrafo sobre la mesa para dirigirse a la salida; no dudo en hacer un comentario más al ver a su hija de cerca –Antes de atender a algún paciente por lo menos deberías tomar un desayuno decente y aclarar el aspecto de tu cara, te ves lamentable- decía para después cerrar la puerta.

Maki posterior a eso, se tumbó en uno de los sillones recargando la cabeza en el respaldo, mientras observaba el techo dio un soplo de alivio, pues no le había ido tan mal.

Pasando unos segundos observo el reloj y decidió hacer caso de su madre, se dirigió a un café cercano para tener una atmósfera diferente a la del Hospital.

Al llegar, Maki examinó el lugar en busca de un asiento libre, inmediatamente una chica rubia llamo su atención incitándola a sentarse con ella y... su acompañante?

Maki le echo una mirada intimidante, al aceptar la invitación comenzó a dirigirse al encuentro con la rubia sin percatarse de su entorno y termino chocando con una chica que traía un vaso de café, líquido que acabo por derramarse en la blusa de la pelirroja.

Por otro lado, la chica salió rebotando del choque y cayó.

Maki al sentir lo caliente exclamó de coraje -Aahh! Rayos!!!!!- apretó los dientes y observaba el desastre en su torso, su mente ya procesaba la forma de liquidar a aquella persona tan descuidada que le había tirado encima el café.

Al mirarla pudo distinguir a una chica de cabello negro atado por dos coletas, yacía en el suelo adolorida por el sentón que se acababa de propinar, se veía joven y bastante agraciada "probablemente una colegiala" pensaba Maki, no pudo evitar ruborizarse pues aquella chica era linda, tanto que su enojo disminuyó.

-Maki, ¿estás bien?- Preguntaba la chica rubia que había llegado a la escena preocupada por su amiga.

-Eli...- Maki despertó de aquel encanto –Si, estoy bien, solo fue un accidente- respondía, para después ofrecerle ayuda a la pelinegra – ¿Te encuentras bien?- le preguntaba al mismo tiempo que le extendía la mano.

La chica acepto la ayuda, todavía sobaba su golpe y ya de pie miro a Maki con molestia frunciendo el ceño –Fíjate por donde caminas ¿Eres ciega? Pude haberme lastimado peor.

Maki que instantáneamente se había perdido en esos ojos color escarlata que poseía esa chica, agitó la cabeza a los lados para incorporarse y retomar su cabreo tras notar modo en que le reclamaba.

Continuará...

Bueno, a partir de aquí tengo planeado subir un capitulo por semana como mínimo, espero su apoyo, disfruten.

La chica que más odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora