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-como que no sabes donde esta mi sonikku?!- chilla, de forma muy aguda, una eriza de puas rosas con un gesto muy infantil de enojo

-no lo se amy, no a vuelto desde ayer, creo que se fue de viaje, como normalmente hace y lo sabes- habla desde abajo de su avion, al cual le tiene un gran cariño, el zorrito genio de dos colas manchado de grasa por todo su pelaje

-jooo- hace un puchero, llegando a parecerse a la boca de un pez -yo que me esforze en hacerle esto- movio inquieta un canasto bordado que traia consigo -quieres comerlo conmigo tails?- cambia su expresion

-claro amy- sale de abajo de su avion limpiandose la grasa de los dedos, yendose con la rosada hacia el comedor para digustar de la comida

Pero, al zorrito le preocupa que su hermano haya desaparecido así de repente, normalmente le avisa cuando se va ya que han sido muy unidos. Hermanos de otra madre.
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Mientras tanto.......

En un laboratorio oculto en las profundidades de la tierra, un globo, que no sabe  flotar, vierte un liquido rojizo a uno verde causando una pequeña explosion que no hace ningun daño. Este lo vierte en uno lila y asi repite el proceso con otros liquidos que contiene en una larga mesa

-sonic the hedgehog, pronto, muy pronto, lograré quitarte de mi camino- sonrie dirigiendo su vista a un libro grueso con muchas formulas dificiles de decifrar para alguien de poca mentalidad y a lado de esta un pequeño frasco con una pequeña pero significativa cantidad de sangre

Y, detras de la puerta de ese laboratorio. Sus robots, los cuales estan construyendo algo que su amo ordeno.
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El sol del amanecer se hace presente, dando inicio a un nuevo y normal día para la mayoria de mobians. En las profundidades de una vieja base, unos ojos esmeraldas se forzaban por abrirse. El color habia regresado a sus mejillas al igual del azul electrico, caracteristico de sus puas. Abrio los ojos con lentitud y pereza despues de intentarlo varias veces, a pesar de mejorar no estaba al 100% de su capacidad aún. Cualquier movimiento brusco lo empeoraria

Cuando el manto nubloso de sus ojos desapareció, una figura conocida estaba frente a el, sentado en el suelo, cruzado de brazos; y lo mas curioso, completamente dormido, o eso daba a entender por el leve ronquido que se podia escuchar

El azul parpadea varias veces, incredulo. Para confirmarlo revisa su cuerpo, encontrando alrededor de su torso un pedazo de tela que servia como venda.

Su vista vuelve al chacal, revisando con mayor cuidado. Logra divisar rastos de sangre seca en sus garras; a su lado varios trozos de algodon con sangre, una botella de alcohol sin su respectivo corcho, hilo y aguja que tenian un tenue color corinto de sangre seca, algunos resipientes de agua rojisa y vendaje viejo manchado tambien por sangre. No acabe añadir latas de comida y agua para beber.

El erizo cobalto no entendia nada; pero, al no poder moverse aún no tuvo otra opcion que quedarse quieto viendo al chacal dormido.

Al pasar los minutos el azul se aburria y a la vez se ponia nervioso por estar allí. Estiró su mano logrando alcanzar una de las latas de comida, la cual lanzo al chacal dandole justo en la mascara, provocando que se le aflojara un poco. Otra lata fue lanzada dandole de nuevo.

-tsk, que verga estas asiendo!- molesto, despierta, ajusta de nuevo su mascara

-buenos días se dice, a caso tu mamá no te enseñó buenos modales?- el azul sonrié de la misma forma de siempre inclinando su cabeza levemente

-y a ti no te enseñó a no lanzarle cosas a los demás?- usa el sarcasmo. Se levanta de donde está con cierta dificultad. Quien no lo estaria por dormir en el suelo, dos noches seguidas?

-por desgracia no, mi madre decia que debía respetar pero nunca especifico a quien- su sonrisa no se pierde, pero su mirada demuestra nervios y curiosidad mezclados

-sabandija- gruñe.

El chacal se acerca al azul, con una postura algo amenazante provocando cierto nerviosismo en él. Lo que no esperaba es que una lata salvaje apareciera bajo sus pies, haciendo que caiga sobre el erizo.

Logró detener su total caida con los brazos, pero quedo en una pose muy comprometedora sobre el ojiesmeralda logrando admirar un brillo extaño en sus ojos, el mismo que vio antes de intentar matarlo. Sin querer, bajo su mascara, sus mejillas se prendieron en un color rosa fuerte.

-ammm...... mobius llamando a infinite~- el azul mueve su mano frente el chacal, incomodo por la situacion, tratando de hacerlo reaccionar, cosa que logra despues de un par de segundos

Infinite se levanta algo incomodo y mira a otro lado. Sonic lo ve, luego alza los hombros restandole importancia. Claro que el no se salvó de tener las mejillas rosas por la mirada intensa del villano sobre el

Un silencio llena la habitacion hasta que un sonido algo escandalozo lo rompe. Proveniente del estomago del erizo causando un pequeño sonrojo de vergüenza, el blanquinegro sonrie al verlo. Claro que, por la mascara que lo oculta no se puede notar.

Se retira con esa imagen en la mente, sintiendo algo curioso en su pecho. Se siente calido como un buen chocolate caliente en un frio dia de invierno. Acaricia el lugar un poco. Es raro para el. Al regresar trae consigo una lata de comida ya abierta, de esta salia un pequeña estela de vapor indicando que esta caliente.

El ojiverde se vuelve a extrañar cuando el chacal esta sentado frente a él, extendiendo una cuchara con el contenido de la lata. Bueno, no todos los dias tienes a un enemigo, que casi te mata, cuidando de ti, no?

El cobalto abre sus labios levemente, recibiendo la sopa con cuidado por lo caliente que se encontraba.

-por que haces esto?- habla bajo recibiendo otra cucharada

-calla y come- sigue hasta que el sonido de su estomago hace eco en toda la habitacion dejando una pequeña tencion en el aire

-tu no.......mmm!.- sus palabras son calladas por la cuchara que entra sin autorizacion quemando levemente su lengua

-no preguntes- gruñe, sacando la cuchara y llenandola para darla de nuevo.

Cosa que el azul evita a toda costa, moviendo su rostro a diferentes lados, esquivando la cuchara

-joder, come de una vez- algo irritado

-come conmigo, si no, no- hace un leve pero notable puchero, sacando ese comportamiento infantil y jugueton.

El chacal siguió intentando. Se canso y se dio por vencido. Retiro levemente su mascara dejando ver su boca para tomar un poco. El erizo sonrió y acepto la siguiente cucharada. Asi siguieron, compartiendola hasta acabarla.

Infinite se retiro para dejar los utencilios que usaron, en eso recuerda la escena fijando su vista en la cuchara. Un leve color rojizo aparece en sus mejillas. Pracaticamente se estuvieron besando de manera indirecta

-estupido erizo- lanza la lata y la cuchara a cualquier parte del lugar

Nuestras Versiones del Paraiso (soninfinite)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora